15 Apr El poder del arrepentimiento
Dios desea que te arrepientas continuamente. Algunas personas argumentan que solo es necesario arrepentirse una vez, ya que Dios te ha perdonado todos tus pecados. Es cierto que eres salvado una vez al entregar tu vida al Señor, pero a partir de ese momento y durante los próximos 30, 40 o 50 años, debes arrepentirte constantemente, no por temor a perder tu salvación, sino para experimentar la salvación que Dios desea para ti. Existen implicaciones espirituales significativas que quiero que consideres hoy.
Observa lo que dice Juan capítulo 15, donde se revela lo que el Señor desea hacer con nosotros y lo que quiere que tengamos claro en nuestros corazones. El versículo 1 dice: “Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, sino permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”
Hay varias lecciones que deseo que lleves en tu corazón hoy. Primero, somos nosotros quienes elegimos si somos ramas para la leña o ramas para dar fruto. En la Biblia, las ramas sirven para dos propósitos: para leña o para fruto. Si te cortan, es porque eres leña y te quemarás. Puede que haya leña que tarde en quemarse, pero eventualmente se quemará, porque lo que no da fruto verdadero no sirve para nada. Hoy debes decidir si serás leña o una rama que da fruto. La decisión es simple: si quieres dar fruto, debes permanecer en Él. No hay complicaciones; debes permanecer en el Señor, en su palabra y en comunión con Él. La decisión es tuya. Él dice: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis, y os será hecho”. Si permaneces en Él, darás fruto. Eres tú quien debe decidir permanecer, y la decisión es clara: tienes dos futuros posibles, ser leña o ser una rama que da fruto. Mi oración es que hoy seas de las ramas que dan fruto.
¿Cuáles son los frutos de los que nos habla la Biblia? Hay tres frutos muy claros mencionados en la Biblia. Primero, el fruto del Espíritu, que se describe en el libro de Gálatas capítulo 5. Este pasaje habla de la conexión con el Espíritu Santo y menciona nueve manifestaciones de ese fruto: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Cuando permaneces en Dios, el fruto del Espíritu comienza a manifestarse desde tu interior. A medida que continúas en Dios y en su palabra, este fruto se manifiesta en tu vida. De repente, ya no buscas alegría externa porque tienes el gozo del Señor en tu hogar y en tu vida. Antes necesitabas ir al cine o buscar entretenimiento externo, pero ahora encuentras satisfacción en el gozo del Señor.
Ir de vacaciones y disfrutar de actividades de ocio es agradable, pero cuando estás conectado con el Señor, estas cosas se vuelven secundarias. Ya no necesitas ir a un restaurante para ser feliz o comprar algo para sentir un momento de alegría. Cuando estás en comunión con el Señor, algo dentro de ti comienza a manifestar ese gozo y esa paz que reside en tu interior. Por ejemplo, aquellos de nosotros que hemos desarrollado el fruto del espíritu sabemos que no somos perfectos, pero estamos en el camino. No se trata de tener tolerancia, sino de tener paciencia. La tolerancia es aceptarte como eres y simplemente soportar lo que está sucediendo en el mundo sin desear cambiarlo. La paciencia es seguir trabajando, sabiendo que habrá resultados y cambios en esta tierra y en esta vida, y que si continúas trabajando, Dios se encargará de transformar todas las cosas.
Por lo tanto, los cristianos no deberíamos tener solo tolerancia; deberíamos tener paciencia. Pero, ¿cuánto del Espíritu Santo necesitas para tener una paciencia profunda en tu interior? El mundo busca tolerancia, pero Dios nos ofrece paciencia. El segundo fruto del espíritu que menciona la Biblia se encuentra en el libro de Mateo, capítulo 5, versículo 8, donde se habla de que debemos dar frutos de arrepentimiento. El fruto del arrepentimiento no es solo el momento en que te conviertes, sino también cuando te das cuenta de que hay algo en tu vida que necesitas cambiar y lo haces.
Dios desea que te arrepientas constantemente. Algunas personas dicen que solo necesitas arrepentirte una vez porque Dios te ha perdonado todos tus pecados. Es cierto que eres salvado una vez al entregar tu vida al Señor, pero a partir de ese momento y durante los próximos 30, 40 o 50 años, debes arrepentirte constantemente. No por miedo a perder tu salvación, sino para vivir la salvación que Dios desea para ti. Cada semana debes reflexionar y darte cuenta de que no debes seguir pensando o viviendo de cierta manera, y hacer los ajustes necesarios.
El problema no es que falles; el problema es no arrepentirse. Hay personas que quieren que el Señor los acepte sin arrepentirse, pero eso no es correcto. Debes luchar toda tu vida y mostrar el fruto del arrepentimiento constantemente. Cada vez que vengas aquí, debes examinar qué hiciste mal, qué necesitas arreglar, cambiar o mejorar. Debes hacer los ajustes necesarios para que Dios te lleve al lugar que Él desea para ti.
Nazlith Amaya
Posted at 07:40h, 16 AprilAmén pastor todos los día tengo que arrepentirme sabes pensamos que con llegar a la iglesia y proclamar su nombre y como
Lo dice la palabra que somos salvo las personas pecan y hacen lo malo pero dicen que son salvo
SADELA JOSE LATUFF PINEDA
Posted at 08:02h, 16 AprilBUENA PALABRA MI PASTOR
Ángel Rodríguez
Posted at 09:15h, 16 AprilAmén 🙏🏼
Jhon Mario Rojas
Posted at 09:24h, 16 AprilGloria a Dios
Oswaldo Monier
Posted at 07:18h, 17 AprilMe arrepiento de todo pecado para acercarme más A TÍ AMADO PADRE CELESTIAL
AMÉN 🙏🙏😘🙏🙏