30 Apr Dios te dará la fuerza
Y cuando vi que se lo llevaron esposado de mi casa, eso fue como si se hubiera muerto. Cuando meses después, en la corte federal allí en San Juan, por donde yo paso corriendo cada rato porque soy atleta, un día mi papá nos llamó allí y él dijo: ‘Yo me voy a declarar culpable hoy. Porque mira, yo he hecho cosas de las que no estoy orgulloso y yo tengo que afrontar mis consecuencias’. Y nos dijo: ‘Ustedes tienen que seguir viviendo su vida’. Eso fue como un luto, como si se estuviera muriendo delante de nosotros.
Génesis capítulo 42 nos muestra otra muerte y otra resurrección. Dice: ‘Y aconteció que vaciando ellos sus sacos, he aquí que en el saco de cada uno estaba atado su dinero. Y viendo ellos y su padre los atados de su dinero, tuvieron miedo’. Esta es la historia de Jacob, que está en el momento en su vida donde hay escasez, donde ellos estaban, y él manda a sus hijos a Egipto. Y estamos hablando de un Jacob no que estaba trabajando por Raquel y por Lea, ese muchacho con vida que dijo: ‘Siete años de trabajo, catorce años de trabajo yo doy por esa mujer bella que yo amo’. No estamos hablando de ese Jacob, estamos hablando del Jacob que su esposa se le había muerto, estamos hablando del Jacob que un día le dio una túnica de colores a lo más que él quería, que era su hijo José, y ese niño un día salió por la casa y no regresó a la casa. Estamos hablando de ese Jacob que había vivido luto tras luto y ahora, encima, se había quedado sin dinero y manda a sus hijos a Egipto. Y ellos llegan allá y cuando llegan allá, les hacen creer que ellos habían hecho algo mal, les confisca las cosas y les dicen: ‘Ahora tú traes a Benjamín, trae a lo que dejaste allá’. Y ellos van donde el papá y le dicen: ‘Tenemos que volver porque nos metimos en un lío en Egipto, tenemos un problemón que tenemos que resolver y nos están diciendo que nos llevemos a Benjamín’. Y escucha las palabras de Jacob, Jacob dice: ‘Me habéis privado de mis hijos. José no aparece, ni Simeón tampoco, y a Benjamín le llevaréis. ¿Contaréis para mí son todas estas cosas?’. O sea, le está diciendo: ‘Ustedes se meten en el lío y el que sale perdiendo siempre soy yo’. Y Rubén habló a su padre diciendo: ‘Harás morir a mis dos hijos si no te lo devuelvo. Entrégalo en mi mano, que yo te lo voy a devolver’. Rubén puso su palabra por la vida de su hermano y le dijo: ‘Sabes qué, papá. Yo te entiendo y te entiendo tanto que yo me lo llevo y si yo no te lo devuelvo, tú te quedas con los míos. Toma la vida de mis hijos’.
Mira lo que dice: ‘Y el hijo no descenderá con vosotros, pues mira, el hermano ya murió y él es lo único que me queda’, dijo este viejito Jacob. Su esposa se había muerto, su hijo para él se había muerto y si aconteciera algún desastre en el camino por donde vais, usted y yo, los que somos papás, sabemos lo que le estamos diciendo, lo que le está diciendo: ‘Ustedes están puestos para el problema siempre y me van a traer otro problema más’. Mira lo que le dijo: ‘Haréis descender mis canas con dolor al Seol’. Hay un cuerpo que estaba como muerto y por fe volvió a la vida, hay un padre que entrega a un hijo por fe, lo ve regresar. Pero hay un viejito que ha perdido todo lo que tiene y ese es otro tipo de resurrección, porque Jacob estaba muerto en vida.
Jacob sentía que no le quedaba nada, Jacob dijo: ‘No tengo esposa, lo más que amo lo tuve que enterrar. Un día vi a mi muchachito salir por la puerta, no regresa’. Y hay momentos en nuestra vida en que nosotros vivimos así, tenemos experiencia qué cosas mueren delante de nosotros, tenemos experiencias que nos hacen sentir un luto. Contaba yo en el servicio anterior que el día que yo vi cuando mi papá se lo llevaron preso y bendito, mi papá está por ahí hoy tan lindo. Miren qué cosa más bella, mire, ponte de pie papi para que todo el mundo Vea que tú eres una persona que existe de verdad. Y cuando yo vi que se lo llevaron esposado de mi casa, eso fue como si se hubiera muerto. Cuando meses después, en la corte federal allí en San Juan, por donde yo paso corriendo cada rato porque aceren que era yo, soy atleta, un día mi papá nos llamó allí y él dijo: ‘Yo me voy a declarar culpable hoy. Porque mira, yo he hecho cosas de las que no estoy orgulloso y yo tengo que afrontar mis consecuencias’. Y nos dijo: ‘Ustedes tienen que seguir viviendo su vida’. Eso fue como un luto, como si se estuviera muriendo delante de nosotros.
Elvis
Posted at 08:31h, 30 AprilBendiciones de lo alto 🙌
SADELA JOSE LATUFF PINEDA
Posted at 09:36h, 30 AprilAMEN PASTOR ESO ES VERDAD
Marttha
Posted at 16:01h, 16 MayAmén