25 Mar La puerta

En el mundo hay ciertas puertas que son icónicas, ciertos lugares de referencia que cuando uno los mira, tienen un gran significado. Por ejemplo, hay una puerta en Londres que quizás muchos han visto: la famosa puerta que se llama The Tenth Downing Street. Esta puerta es muy conocida porque, si estás pendiente a las noticias internacionales, cuando los periodistas se paran frente a ella, es que viene algún anuncio importante parlamentario. En este lugar se encuentra la residencia oficial del primer ministro británico. Lo interesante de esta puerta es que nadie entra por ella, solo se sale por ella. Es, vuelvo y repito, uno de esos momentos icónicos durante el año o las épocas, ver esta puerta abrirse y esperar algún tipo de anuncio importante.

Está también la famosa puerta de Coca-Cola, no sé cuántos han visto la bóveda. Esta puerta es tan famosa porque detrás de ella está la fórmula de la Coca-Cola, que solo cuatro personas conocen. Hay cuatro personas que conocen esa fórmula, no pueden viajar en el mismo avión porque si se cae el avión, se pierde la fórmula. Es todo un secreto y detrás de esta puerta está ese secreto bien guardado.

Hay una puerta que quizás algunos nunca han escuchado de ella: es la puerta que se llama la Puerta del Fin del Mundo, que está en Noruega. Se llama así porque detrás de esta puerta están todas las semillas de todas las especies de plantas. Porque si algún día hubiera un desastre mundial universal y se destruyera el planeta Tierra de alguna forma u otra, se tendrían todas las semillas necesarias para volver a sembrar el planeta Tierra. Y ahí se guardan estas semillas en este lugar. Así que cuando miras esa puerta, te anuncia el fin del mundo, podemos decir así, o advierte de un posible fin del mundo. Pero al mismo tiempo, esa puerta, el día que se abra, también quiere decir que comenzaría un mundo nuevo, porque está la semilla para comenzar el mundo nuevamente.

Pero hay una puerta muy importante para nosotros los cristianos: es la famosa puerta de la iglesia de Wittenberg. En esta puerta, en particular, fue donde Martín Lutero, en el 1517, clavó las 95 tesis que fue su protesta en contra de la Iglesia Católica y de todo aquello que se promovía en aquel momento, basado en la revelación que él recibió acerca de que la salvación es por fe, es por la gracia de Dios. Ese día, 31 de octubre, que hoy el mundo celebra como Halloween, para nosotros los cristianos es el día de la mayor iluminación y conocimiento de la fe y de la experiencia de nosotros como creyentes. Y desde ahí es que se abre la puerta a entender que no es por obra que el hombre se salva, sino que es por la gracia y el favor de Dios para nuestras vidas. Cuando miramos esa puerta, tenemos que ver ese tiempo de reforma de toda la iglesia, que todavía en el día de hoy vivimos y experimentamos.

Pero ninguna de estas puertas es tan importante como la puerta más poderosa, que es Jesús. Jesús declaró: “Yo soy la puerta”. Él es la puerta a la salvación. Así que vamos a aplaudir fuerte al Señor. Ninguna de esas puertas es tan importante como nosotros entender que el acceso al Padre solo lo tenemos a través de la persona de Jesucristo. 

Y de eso es que quiero hablarte en el día de hoy, cuando Jesús declaró en una ocasión: “Yo soy la puerta de las ovejas”. Yo soy la puerta que trae salvación a tu vida.