11 Mar ¿Estás con Dios por lo que te puede dar?
Yo te invité y te dije que vinieras a predicar porque yo sabía que de otra manera no ibas a venir, pero Dios puso en mi corazón regalarte una luna de miel. Así que, si quieres predicar, predica; si no, te voy a regalar una luna de miel. Así fue y me llevó a un hotel. Yo prediqué en un hotel que tenía piscina. Nunca había estado en una bañera dentro del cuarto, tan grande que yo podía nadar en ella. Esto es prosperidad.
Cuando la gente vio que Jesús multiplicaba panes y peces, dijeron: «Aquí está nuestro Rey». Qué mucho le gusta a la gente un gobierno que los mantenga. Lo querían hacer rey y Jesús salió corriendo y se fue. Bien interesante, porque él viene a ser el Rey de reyes y Señor de señores y podríamos pensar: «Esta es la forma de yo ser rey, tengo el favor del pueblo». Pero Jesús, Dios, no quería el favor del pueblo porque él les pudiera dar de comer, porque él sabía que si les daba de comer de ese pan toda la vida siempre tendrían necesidad y él no quería satisfacer necesidad, él quería transformarlos. Y la transformación requiere de otro nivel de entendimiento, de otro nivel de revelación y de otro nivel de pan.
Pero la gente hoy es igualita. ¿Por quién votamos nosotros en las elecciones? Por el que ofrezca más días libres. Alguien que le ponga la mano ahí, por favor. ¿Por quién votamos? Por el que ofrezca más, el que ofrezca darnos, el que ofrezca hacer aquello. Cuando usted mira las propuestas que hay hoy, yo no veo ninguna propuesta en ningún lugar que realmente provoque transformación en nuestro país. No veo una propuesta que yo pueda decir: «Sabes qué, hay un cambio». La gente y las masas siguen a aquel que les puede dar el pan diario, sin darse cuenta de que todo el que vive de ese pan diario siempre tendrá necesidad y nunca estará satisfecho en su vida.
Y Jesús dice: «Yo no quiero ser tu rey porque tú me busques a mí por el pan, tú me busques a mí porque yo soy tu pan y lo demás yo lo voy a suplir, pero no me busques a mí por los milagros, no me busques a mí por las profecías, no me busques a mí por lo que yo te puedo ofrecer, disfrútame a mí por la presencia». El matrimonio más triste que hay es aquel que necesita tener un montón de cosas para sentir amor entre ellos, el que no sabe disfrutar de la presencia de su pareja, de sus hijos, cuando no hay nada o cuando hay poco y no encuentra disfrute y siempre necesita del nuevo viaje, del nuevo crucero, de aquello, de lo nuevo, para la excitación, la motivación, para ver a esa persona. Ha perdido la verdadera razón de tener una pareja al lado de uno y es disfrutar la presencia. Hermanos, óigalo bien en el día de hoy: es mejor un hamburguer con la persona correcta y paz en el corazón que un steak en el restaurante más caro y vivir un infierno en tu corazón. Es la verdad.
Ahora, óigame bien, prospere para comerse el steak algún día, no hay problema. Pero cuando no hay, hay que disfrutar. Nosotros hemos vivido, mi esposa y yo, hemos vivido momentos así. Hace un par de años atrás, los momentos difíciles, cuando el aniversario de boda le dije: «Mi amor, mira, aquí está tu regalo, tarán, no hay más nada. Esto es lo que hay, no hay nada que comprar, no hay nada que…». Y ella me dijo: «Bueno, ya, aquí está el tuyo, es más nada». Nos pasó hace 14 años atrás, un momento muy difícil. De verdad era una mano adelante, una mano atrás y cuando dije: «Mira, tú sabes, este año sí que no hay nada». Felices y recuerdo ese día, que al día después de decir eso nos llama el pastor Cash Luna. Ahí fue que lo conocimos formalmente, aunque lo habíamos conocido un tiempo atrás, pero me llama el pastor Cash Luna y me dice Miro, Toniel, quiero invitarte a predicar acá, a Guatemala. ¿Qué si quieres venir en esos días? Y yo, por hacerme el importante, abrí mi agenda falsa y moví las páginas. «Déjame buscar si tengo el espacio». Entonces me dice, le dije: «Mira, lo que pasa es que esos días son mi aniversario de boda y no sé si mi esposa quiera ir conmigo, pero déjame preguntarle». Colgué, le dije: «Mi amor, Dios suplió pasajes». ¡Mire qué cosa tan impresionante! Y lo cuento porque ayer mi hija Yibel cumplió años. Mi esposa y yo estábamos buscando quedar embarazada por diez años y cuando llegamos allá, a Guatemala, el pastor me dijo: «Mira, yo te invité y te dije que vinieras a predicar porque yo sabía que de otra manera no ibas a venir, pero Dios puso en mi corazón regalarte una luna de miel. Así que, si quieres predicar, predica; si no, te voy a regalar una luna de miel». Así fue y me llevó a un hotel. Yo prediqué en un hotel que tenía piscina. Nunca había estado en una bañera dentro del cuarto, tan grande que yo podía nadar en ella. Decía: «¿No será esto prosperidad?». Y después de diez años de espera, en aquel tiempo diez años de espera, cuando regresamos a Puerto Rico, mi esposa estaba embarazada. Mi esposa no tenía un problema físico, lo que necesitábamos eran vacaciones. ¿Para usted, cómo Dios provee?
Y ayer esa niña cumplió catorce años, ¿verdad? Pero hay momentos así y uno tiene que aprender a disfrutarlos y tienes que aprender a disfrutar de lo que Dios te da en el momento que tú lo tienes. Amén. Si tú vives con alguien y, especialmente, con Dios por el pan que él te puede dar, tienes una vida muy triste. Tienes una vida muy triste. Es muy triste que te vas a dar cuenta de que hay mucha gente en tu vida que el día que tú dices: «Ya no te puedo ayudar más», ese día se vuelven tus enemigos, ese día se van, ese día desaparecen, ese día simplemente dicen: «Hasta aquí terminamos».
Y eso le pasa a muchos matrimonios, eso le pasa a muchas personas, le pasa mucho jefe con sus empleados pero que tú y yo no seamos de esos, no lo hagamos a él nuestro rey por el pan que él nos puede dar.
Oswaldo Monier
Posted at 09:59h, 11 MarchQue Tú Presencia me Acompañe por Siempre AMADO PADRE CELESTIAL
AMÉN 🙏🙏🙏🙏
SADELA JOSE LATUFF PINEDA
Posted at 11:06h, 12 MarchSALUDOS PASTOR FONT LO ESPERAMOS POR VENEZUELA….
Martha
Posted at 18:59h, 13 MarchAmén gracias mi Sr por tu misericordia