27 Feb ¿Quién es Dios?

¿Quién es Dios? ¿Qué imagen viene a tu mente cuando yo te digo “Quién es Dios”? ¿Qué es lo que tú piensas? ¿Cómo tú visualizas a Dios? Estoy seguro que muchos tienen diferentes imágenes de Dios, según su experiencia, su cultura y su fe.

Para alguna gente, Dios es como un abuelito que tú tienes que visitar de tiempo en tiempo, que te va a contar las historias viejas de siempre y que te va a perdonar todo lo que tú hagas y que te va a recibir siempre. Esa es la imagen de algunos.

Para otros, Dios es un juez severo sentado en el trono, que va a mandar al infierno a medio mundo y solo unos pocos se van a salvar. Es el Dios que manda fuego y castigo a los pecadores. Esa es la imagen de otros.

A lo mejor nunca te habías hecho esa pregunta, pero piensa conmigo en el día de hoy: si yo te pregunto “Quién es Dios”, ¿cuál es la imagen que tú tienes? Yo puedo predecir tu futuro por la imagen del Dios que tú tienes en tu cabeza. Tu identidad como cristiano depende de la imagen de Dios que tú tienes en tu cabeza. El concepto de Dios de una iglesia determina su identidad y hacia dónde va y cómo ve su futuro.

Esto no es algo para jugar, porque si no conozco a Dios realmente cómo es y la imagen que tengo es una distorsionada, mi futuro depende de qué Dios yo tengo en mi cabeza. Porque aunque Dios es real, yo me voy a relacionar con él basado en la imagen que tengo.

Por ejemplo, una de las ideas que nos muestra la palabra de Dios es que lo veamos como padre. El problema que mucha gente tiene es que el concepto de padre para muchas personas está distorsionado, porque los padres en la Tierra le han fallado. Y si el padre que tú tenías en la tierra te falló, o tú construiste en tu mente lo que debe ser el padre ideal, vas a comparar a Dios con la imagen del padre que te falló, o del padre que tú crees que deberías ser, o del padre que tú crees que tú deberías ser. Y así, entonces, vas a pensar que así se debe tratar contigo.

Entonces, tu futuro, tu vida como cristiano, como creyente, como ser humano, va a depender de la imagen que tú tengas de él. Tienes que saber que nunca te podrás mover más allá de la revelación que tengas de Dios. Nunca vas a alcanzar más allá de la revelación que tengas de él. Si tú no puedes ver a un Dios que sana, nunca podrás creer por sanidad. Si tú no puedes creer que hay un Dios que te prospera, que te bendice, que te salva, que te perdona, que tiene misericordia de ti, nunca te podrás mover más allá de la revelación que tienes de él.