26 Feb El enfoque

Que ellos sepan que no vinieron del mono, que ellos sepan que no vinieron de la nada, sino que el Dios Todopoderoso los creó y los formó. Desde pequeños, es nuestra responsabilidad día tras día enseñarles que Dios es real. Y hoy vamos a trabajar, y no sé si la semana que viene vamos a seguir un poquito, pero vamos a trabajar con el aspecto de la existencia de Dios. Y me gustaría que anotaras eventualmente varias cosas que te van a ayudar a ti a poder entender este concepto. Me parece que lo que te voy a mostrar es poderoso.

Deuteronomio capítulo 6, me gustaría que fueras ahí primero conmigo. Deuteronomio capítulo 6 es el quinto libro de la Biblia, desde el verso 1 en adelante. Fíjate lo que el Señor le dice a su pueblo en esta ocasión: “Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla; para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados. Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres. Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes; y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”.

¿Cuáles palabras tienes que recordar? Amarás al Señor Jehová tu Dios. Lo vas a amar, lo vas a amar. Y eso se lo vas a enseñar a tus hijos. Y vas a enseñar a tus hijos que Dios es real. Y vas a enseñar a tus hijos a amar a Dios. Y le vas a hablar de esto mañana, tarde y noche. Y lo vas a poner en la puerta, y lo vas a poner en tus manos, y lo vas a poner en tu frente. Y lo vas a compartir con todo el mundo. Y le vas a decir a todo el mundo que Jehová es tu Dios, y que tú le amas con todo tu corazón. Y que él es real y que existe. Ese era el mandamiento que Dios le dio al pueblo de Israel. Y esto es lo que tiene que pasar de generación en generación.

Oiga bien todos los que me están escuchando aquí y allá de forma virtual en el día de hoy: la responsabilidad de que las próximas generaciones reconozcan y amen a Dios es de cada padre de familia, es de cada abuelo, de cada tío, que tome a sus hijos, a sus sobrinos, a sus nietos, y les deje saber que Dios es real, que a Dios hay que amarlo, y hay que decírselo mañana, tarde y noche. Que ellos sepan que no vinieron del mono, que ellos sepan que no vinieron de la nada, sino que el Dios Todopoderoso los creó y los formó. Y desde pequeños, es nuestra responsabilidad día tras día enseñarles que Dios es real. Ese es el mandamiento. Y eso debe estar en nuestra frente, debe estar en nuestras manos