01 Jan  El trabajo te bendice

Vamos a vivir tiempos complicados los próximos meses. El mundo lo está anunciando y las malas decisiones de los gobiernos van a provocar mayor inflación, posiblemente una recesión y una depresión mundial en muchos aspectos. Y cuando oigas esas malas noticias allí afuera y anuncien todos esos problemas, ¿qué vas a decir? Prosperidad, yo vivo en un mundo alterno, yo vivo en otro Matrix. Yo creo en la prosperidad.

Mira lo que dice la Palabra del Señor en el libro de Deuteronomio, capítulo 11, del verso 8 al verso 12. Dice: “Guardad, pues, todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis fortalecidos, y entréis y poseáis la tierra a la cual pasáis para tomarla; y para que sean prolongados los días sobre la tierra de la cual juró Jehová a vuestros padres que había de darla a ellos y a su descendencia, tierra que fluye leche y miel. La tierra a la cual entras para tomarla no es como la tierra de Egipto, de donde habéis salido, donde sembrabas con tu pie como huerto de hortaliza; la tierra a la cual pasáis para tomarla es tierra de montes y de vegas, que bebe las aguas de la lluvia del cielo; tierra de la cual Jehová tu Dios te cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin”.

Dios le dice al pueblo en un momento dado: “Te saqué de Egipto y te voy a meter a la Tierra prometida. Y desde ahora te digo que lo que voy a hacer contigo en la Tierra prometida no se parece en nada a lo que pasaba en Egipto. Para tú vivir en esta nueva tierra tienes que acostumbrarte a algo totalmente diferente a lo que vivías en el ayer. Antes tú regabas tu huerto como de hortaliza. Antes tú tenías que poner tu pie, hacer un trabajo en exceso para recibir el agua. Pero Dios dice: Yo te voy a sacar y te he sacado de este lugar, de este viejo sistema, y te voy a llevar a una nueva dimensión, a un nuevo lugar. Y tienes que cambiar tu manera de pensar, porque las cosas no van a ser de la misma forma”.

Antes de entrar a unos aspectos profundos, hay tres cosas bien simples, de forma general, que yo quiero que tú entiendas con estos versos. Varias cosas podría decir, en realidad cuatro. 

Número uno: Esta es una promesa condicional. Esta es una promesa simplemente condicional, porque Dios dice: “Si guardas mis mandamientos”, esto no es para cualquiera. 

Número dos: El hecho de que Dios le entregara la tierra no quiere decir que no hay que poseerla, el grupo que estaba en aquel lugar tenía que saber que tenía que conquistar la tierra. La promesa de prosperidad no es para vagos. Hay que luchar, hay que conquistar, que Dios te la dio, está para ti, está reservada para ti, pero la tierra prometida se conquista. Se lucha, se esfuerza y si algo quiero ser vocal en esta iglesia y en Puerto Rico es que tenemos que devolverle el orgullo a la gente por trabajar. Hay que devolverle el orgullo a nuestros hijos por trabajar, por luchar. Hay que enseñarles a trabajar, hay que enseñarles a ahorrar.

Hoy mi hija, una de ellas, la tercera, tuvo su primer trabajo. Le conseguimos su primer trabajo para que trabajara. Llegó a casa cansada. ¿No? Y deja que cuando le den el cheque, ahora yo le saque el diezmo. Ahí es que el cansancio va a sufrir. Y cuando le saque lo otro para ahorrar. En estos días le dieron un regalo, no sé quién le dio 100, algo así. Y ella viene, me dice: “Mira, voy a comprarme todo eso”. Para, sácame el billetito de los 20 pesos del diezmo primero y lo que te queda, haces lo que te da la gana. Alguien tiene que enseñarle. 

Detesto, detesto que en este país no seamos orgullosos en tener las vacaciones más largas del mundo, las navidades más largas del mundo, lo que sea más largo del mundo.

Detesto que ese sea el vacilón que hay allá afuera. Detesto que yo vaya al aeropuerto y lo que hay allí afuera sea: “Aquí están las navidades más largas del mundo”. ¿Sabes lo que dice eso? Que somos un chorro de vagos que nos amamos en no trabajar. Detesto que en Puerto Rico el aguinaldo más bonito de este año fuera: “En Puerto Rico se bebe, se fuma”. Cuanta cafrería había, que podían decir, la dijeron en el mismo aguinaldo y la cantaron por todo Puerto Rico, y que lo que exportemos allá afuera sea reggaetón barato. Y que nos conozcan allá afuera solo por el reggaetón barato. 

Después nos quejamos de que nos digan, nos traten como basura latina. Pues, si nosotros mismos nos vendemos así, después no nos molestemos de que alguien allá fuera, en el congreso, diga: “Puerto Rico es un mantenido” pero si es que nosotros se lo ponemos en bandeja de plata. Días libres tras días libres, bono tras bono. Solo por existir, respirar, un bono, otro día libre. 

Con todo respeto a los que son unionados, yo no sé cómo lograron que en las uniones le den el día de cumpleaños libre a la gente, sin cargo vacaciones, encargo de el día de cumpleaños. ¿No? Y nos sentimos orgullosos de eso. Hermano, perdóneme, pero si algo tiene que tener la gente es orgullo por trabajar, que tú produces, que luchas, que trabajas, que las cosas no salen de la mata, hay a lo loco. 

La promesa de prosperidad no es que vaya a ser fácil. La promesa de prosperidad es que tú puedes salir y trabajar y esperar resultados, porque Dios va contigo en tu trabajo. Dios te prospera, Dios te bendice y tú sientes orgullo en decir: “Salí, trabajé, luché y Dios me prosperó. Dios me prosperó, me dio la mano, me ayudó, hizo esto por mí. Lo conquisté, lo logré, lo alcancé”.