02 Oct ¿Es posible tener demasiado conocimiento? El problema del exceso de conocimiento

Hay dos palabras que hablan del conocimiento y son la palabra epignosis y la palabra gnosis. 

La palabra que usa Pedro aquí es la palabra epignosis y, como ustedes ven, saqué hoy mi griego y mi hebreo para impresionarlos a todos ustedes. Nada es mentira, vayan a la concordancia y los van a encontrar. Esto es bien fácil si ustedes lo buscan. 

Epignosis viene de gnosis. Gnosis es el conocimiento carnal, natural, de la mente que se llena de conocimiento y epignosis es el conocimiento que te lleva a un total discernimiento, a poder tener una experiencia, a poder hacer que el conocimiento mental que tienes se convierta en una experiencia de tu vida, en tu vida. 

Cuando nosotros hablamos de epignosis, básicamente hablamos de que nuestro corazón reaccione al conocimiento de Dios, que nuestra mente se alinee al conocimiento que tenemos de él. Por eso es que no se trata solo de conocer de Dios o de conocer acerca de Dios. Aquel que conoce solo de Dios, aquel que conoce acerca de Dios, se vuelve vanaglorioso, cree que sabe más que todos nosotros.

Pero si tu corazón no reacciona a ese conocimiento, si tu vida no me muestra, si tu corazón no me muestra que tú lo conoces a Él y sigues siendo el mismo amargado, el mismo frustrado, el mismo malcriado donde quiera que tú vas y cuando te miro y te veo no veo ningún cambio en tu vida, lo que me dices es que tú tienes gnosis. 

Tú tienes conocimiento de Dios, acerca de Dios pero no tienes epignosis. No has crecido en el discernimiento de Dios porque tu corazón no reacciona correctamente al conocerlo a Él y nosotros tenemos que aspirar a que nuestro corazón y nuestra vida completa reaccione al conocimiento verdadero de Dios para que seamos libres de los apetitos de la carne y caminemos por el hambre y la sed de justicia, de conocerle a Él cada día. 

Ese debe ser nuestro objetivo: llenarnos del conocimiento de Él pero es para que mi corazón reaccione a Él y viva para Él cada día. 

Analicemos estas dos palabras por un momento que vemos en segunda de Pedro. Vemos la palabra epignosis y en otros lugares ustedes van a ver esa palabra gnosis y hay un gran reto en el tiempo, en el día de hoy con ese conocimiento cómo te acabo de mencionar. Gnosis quiere decir ese conocimiento natural en nuestra mente, en nuestros pensamientos. Epignosis es ese conocimiento que se mete en nosotros, en nuestros corazones, que provoca que yo viva de una manera diferente que me provoca a mí reaccionar a Dios y que mi corazón se alinee con Él. 

El problema que tenemos hoy o uno de los problemas que hay en nuestra sociedad hoy es que hoy estamos llenos de conocimiento. La gente tiene conocimiento que antes no tenía y eso es un reto para nosotros los creyentes. Antes la gente sabía menos de lo que sabe hoy o por lo menos tenía menos maneras de buscar información. 

La Iglesia Católica en un momento dado restringió la Biblia diciendo que el que la leía se volvía loco, esa es la historia. El reto que tenemos hoy con la juventud es que conocen más de lo que realmente pueden asimilar en sus cabezas porque el conocimiento de Dios siempre estará limitado por lo que tu cabeza pueda aguantar. Dios te va llevando poco a poco, la única razón por la que tú y yo podemos conocer a Dios es porque Él se deja conocer. 

Pero Él se va a dejar conocer en la medida que nuestra cabeza lo aguante, cuando ahora mi cabeza no aguanta todo el conocimiento que tengo me envanezco en mi conocimiento y me dejo llevar por Él no por el conocimiento de aquel a quien debo conocer. Entonces tenemos el reto de que la iglesia hoy no quiere dar explicaciones para satisfacer el conocimiento y la gente tiene más conocimiento del que pueden aguantar y la iglesia tiene entonces que llevarlos a entender que tu mente necesita ser satisfecha con el conocimiento de Dios. 

Vamos a tener que empezar a dar explicaciones, explicaciones que hagan sentido, por supuesto, va a haber un punto donde hay cosas que no te las voy a poder explicar porque si te las explico, Dios deja de ser Dios. Hay un momento en el que tú vas a tener que creer. 

Es lo mismo que pasa con tu pareja, hay gente que dice: “Convivo con mi pareja, tengo intimidad con mi pareja, porque no estoy dispuesto a casarme. ¿Cómo no lo conozco?”. 

Bueno, hay un momento en el que tú tienes que conocer lo suficiente para atreverte a hacer el compromiso y el resto tienes que vivirlo por fe, es una cajita de sorpresas, así pasa con Dios. Y por supuesto, cuando me comprometo y me caso, ¿qué debo hacer? ¿Dejar de conocer? No, cada día debo conocer más y por los próximos 20 años de mi vida tengo que buscar conocer más: conocer más lo que le agrada, conocer más lo que no le agrada, conocer lo que le gusta, conocer lo que no le gusta, conocerlo en las buenas y en las malas. 

Conocer a esa persona cada vez más y mientras más la conozco, más la amo. Mientras más la conozco, más la quiero porque ahora busco complacerla, cómo  busco complacer a mi pareja. Ahora sé lo que le gusta y lo que no le gusta.