22 Aug Crecer en el conocimiento
Hoy es día de victoria, porque la Palabra de Dios es el mapa de mi vida, la brújula de mi destino, la luz que alumbra mis pasos y la llave que abrirá puertas de salvación, de sanidad, de bendición, de prosperidad y de fe para mí y mi familia. Juntos declaramos y creemos que seremos empoderados por la palabra. Y dale el mejor aplauso que puedas ahí al Señor por su Palabra.
Es normal que el ser humano tenga hambre, lo que tenemos que cuidar son nuestros apetitos. Hay una gran diferencia entre estos dos conceptos. Y lamentablemente, en la sociedad en la que nosotros vivimos, con tanta abundancia de comida, con tanta abundancia de mercadeo a nuestro alrededor, de anuncios para provocarnos a tomar acción, la gente vive más por apetitos que por hambre.
De forma básica, el hambre no es otra cosa que el sentido natural de tu cuerpo mandándome una señal diciéndome que necesito comer, probablemente pasaste una cantidad de tiempo sin alimento, tus energías comienzan a bajar y el cuerpo te avisa y tienes que comer, pero los apetitos no tienen que ver con el hambre. El apetito tiene que ver con los deseos, tiene que ver con las emociones, donde comenzamos a desear ciertas cosas.
Lo interesante es que hace falta también apetito para satisfacer el hambre, una persona puede tener hambre y perder el apetito por ejemplo, las personas que están deprimidas. Una persona puede llegar al punto de simplemente morirse de hambre porque pierde el deseo de simplemente comer.
Pero la realidad es que deberíamos vivir más por el hambre que por el apetito; a menos que el apetito sea por las cosas correctas porque la realidad es que lo triste del apetito, como es algo mental o emocional, el apetito desea cosas que no son tan satisfactorias para nuestras vidas; por lo tanto deseamos comida que es comida chatarra; deseamos alimentar nuestras emociones; deseamos más que simplemente satisfacer nuestra hambre; simplemente lo que satisfacemos es quizás el estrés, la ansiedad, la depresión; por eso el comer chocolate, el comer dulce, el comer a la hora inapropiada; y comenzamos a desear las cosas que no son correctas en nuestra vida.
La realidad hoy no es una clase de nutrición; la realidad es que yo quiero que apliquemos eso a lo que es el espíritu; porque nosotros en el espíritu debemos tener hambre y tenemos que vencer los apetitos de nuestra carne.
Nuestro Señor Jesucristo nos dijo claramente: “Tengan hambre y sed de justicia”. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán verdaderamente saciados.
Todos los días de nuestra vida nosotros vamos a tener una batalla entre el hambre y el apetito; vamos a tener que ceder a nuestros deseos o vamos a tener que escoger realmente cuál es el alimento que necesitamos cada día en nuestras vidas. Y es mi oración en esta mañana: que cuando tú salgas de aquí tú sólo desees una cosa: conocerlo a Él más; al Cristo crucificado; resucitado por ti y para ti; y que puedas tener el deseo de conocer a Dios cada día más; que haya hambre en tu vida; sed de justicia; sed de juicio; que cada día cuando tú te levantes te inspires y deseas conocer más de Él.
Cuando nosotros miramos la vida de Moisés, en el libro de Hebreos se nos dice que Moisés actuó por fe, Es de los pocos que vemos en el listado de la fe y dice la Biblia que por fe renunció a ser hijo de Faraón y dejó todas las riquezas de este mundo para perseguir a Dios; para perseguir a Dios.
Ahora, es bien interesante cuando uno estudia la Biblia, porque en Hebreos nos dice que fue un acto de fe lo que tú y yo muchas veces hemos considerado un error. ¿Cuántas veces hemos dicho que por error Moisés mató al egipcio para liberar al pueblo de Israel? Pensamos que fue un error, pero aunque haya sido un error ante nuestros ojos y quizás delante del ojo de Moisés, para Dios no fue un error. Para Dios fue Moisés renunciando a todo, porque Moisés muy bien pudo haber ido a pedir perdón y le iban a perdonar.
Probablemente él era el hijo de Faraón. ¿Usted cree que al hijo de Faraón no lo hubieran perdonado? No, pero Moisés dijo: yo no vuelvo atrás y lo que parecía un error lo llevó a él a tomar una decisión de abandonar todo en su vida que no tenía sentido.
Y a los 80 años, cuando ahora se encuentra delante de Dios una vez más, le dice a Dios: sé que tienes un propósito para mí; y sé que fuiste tú quien me guardaste; pero aún eso no me interesa, porque si no te conozco a ti, no conozco nada.
Hay un momento en la vida de todo hombre que, mientras más rápido llegues a él, más pleno vas a vivir; donde te das cuenta que lo que has perseguido toda tu vida es vano. Moisés llegó a una edad, a los 80 años cuando se dio cuenta.
Cuando uno llega a una edad donde uno sabe que le queda menos de lo que ha vivido, los pocos años que nos quedan lo queremos pasar persiguiendo lo que realmente tiene valor pero si entendiéramos eso antes, viviríamos toda una vida de plenitud y no caeríamos en los apetitos de la carne.
Me da tristeza con esta generación que lo que busca es sexo, dinero y fama porque cuando lleguen a los 40 años, muchos de ellos tendrá algún dinero para lo cual calmar su mente. El resto se dará cuenta de cuando abran sus ojos: no tienen hijos; y si los tienen, tienen tres o cuatro regados por todos sitios; no tienen buenas relaciones; no tienen casa; no tienen carro; no tienen nada.
Cuando despierten a los 45 años de edad se darán cuenta que les queda menos tiempo para lograr lo que debieron haber logrado y tendrán tan solo dos opciones en ese momento: o siguen viviendo como niños inmaduros persiguiendo las cosas que no tienen valor o tendrán que tornarse a Dios y decirle: Señor, los años que me restan te voy a perseguir a ti para que todas esas cosas que tú me des me las des y yo pueda tener satisfacción en mi vida.
LATUFF SADELA
Posted at 15:31h, 22 AugustVERY GOOD VIDEO
Luis Omar Ramos Ortiz
Posted at 18:33h, 22 AugustAmén gracias
Oswaldo Monier
Posted at 18:50h, 22 AugustToda la Gloria y toda la Honra para Tí Amado Padre Celestial
AMÉN 🙏🙏🙏🙏 o
marttha
Posted at 20:15h, 22 AugustAmén