24 Mar El favor y la gracia de Dios

En Hechos capítulo 2 el verso 14 dice la Biblia que ya había descendido el Espíritu Santo sobre los Apóstoles y dice la Palabra del Señor: “Entonces Pedro poniéndose en pie comenzó a predicar y comenzó a hablar”

Y qué maravilloso es ver a Pedro puesto de pie y que Dios lo usara como lo usó ese día, pero para poder entender eso hay que ver el contexto de la vida de Pedro y es el mismo de muchos de nosotros, es el contexto de este servidor. 

Sabemos que Pedro era un hombre inestable y no tenemos que asumirlo porque Simón significa alguien inestable. Él Señor le cambia el nombre a Pedro para decirle te vas a convertir un día en una roca, algo firme y la pregunta que hay en la mente de muchos de nosotros es ¿Cómo nosotros siendo tan inestables y tan imperfectos todavía Dios puede usarme? ¿Dios me sigue amando? ¿Cómo puedo terminar de pie y parado? Si cuando Dios me conoce y conoce todas las cosas sabe que estoy en mis altas y que estoy en mis bajas.

Hay muchas veces que nos descartamos todos nosotros simplemente porque nuestra vida emocional tiene altibajos. Hay gente que dice no venir a la iglesia porque se sienten imperfectos. 

¿Te ha pasado que un día te levantas pensando que puedes mover todas las montañas por la fe? ¿Cuántas veces no te has atrevido a orar por alguien para que se sane? Y es que estando alto no tomamos en cuenta esas cosas. 

Pero Dios no tiene trato con nosotros, todo lo contrario, la vida de un cristiano no es perfecta. Está llena de grietas que Dios pinta de oro para que todo el mundo vea que Él puede usar aquello que la gente ha menospreciado. 

Yo vengo a decirte en el día de hoy que un día tú vas a estar de pie a pesar de tus altibajos y un día Dios te va a usar a pesar de tus momentos de fe tan grande y tus bajones tan grandes, de tus emociones descontroladas, de tus desaciertos, de los errores que comete y que tú puedas saber en el día de hoy que Dios te va a usar y que todavía cuenta contigo. 

Lo único que Él quiere saber es si le amas hoy, no si le amaste, no si le vas a amar mañana. Es decirle que lo amas hoy. 

Ponte a pensar en lo siguiente, si fueras Dios, ¿Te darías tú lo que Dios te ha dado a ti a pesar de todo lo que Él conoce de ti? Sabiendo que un día crees, un día no crees y un día tiene grandes revelaciones.