Aprecia el valor de tu talento y trabajo
15461
post-template-default,single,single-post,postid-15461,single-format-standard,bridge-core-3.0.5,mec-theme-bridge,qi-blocks-1.2.7,qodef-gutenberg--no-touch,qodef-qi--no-touch,qi-addons-for-elementor-1.6.9,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,qode-theme-ver-29.1,qode-theme-bridge,wpb-js-composer js-comp-ver-6.9.0,vc_responsive,elementor-default,elementor-kit-14558

Aprecia el valor de tu talento y trabajo

Que un título no defina tus capacidades. Seas obrero, ingeniero, barbero o cualquier otra profesión, tu trabajo es valioso y debes aprender a darle la importancia que se merece trabajo es valioso y debes aprender a darle la importancia que se merece.

Mientras más prosperas, más tienes que conducir tu vida correctamente pagar tus impuestos, hacer las cosas en orden vivir una vida honesta y correcta delante de Dios. 

Enséñale a tus hijos el valor del dinero, aprende a disfrutar del trabajo que tienes, porque tu trabajo no importa el que sea, es honorable. Siente orgullo en la profesión que tienes, en cada barrio no hay  Unda de Yankee, un Lindor, un artista famoso, pero en cada barrio hay un barbero, un mecánico, un abogado, que paga su vida, paga sus impuestos y pone a sus hijos en la escuela. 

Dios le advierte al pueblo:”Acuérdate que fui yo que te prosperé, que no eres no es tu talento”. Cuando nosotros miramos nuestra vida, realmente tu talento, lo que tienes en tus manos, te lo dio Dios. 

A veces, menospreciamos lo que tenemos y lo que somos, pero los que verdaderamente sabemos de dónde Dios nos sacó, lo único que nos queda es darle gracias a Dios porque es por su gracia y su favor que estamos donde estamos y nunca nos podemos olvidar que sin Él nada podemos hacer, mientras más prosperas más tienes que producir tu vida correctamente pagar los impuestos y hacer las cosas en orden para vivir una vida honesta y correcta delante de Dios. Enséñale a tus hijos el valor del dinero y cuánto cuestan las cosas. 

Cuando era jovencito yo quería unas tenis Jordan como todos y fui donde mi papá le dije lo que quería, me dijo que no me las iba a comprar y me molesté con él y le dije:“Tú qué predicas en la iglesia que dé prosperidad que todo el mundo” y me dijo mi papá “Hagamos algo, un negocio yo te voy a pagar 20 dólares por cada libro que tú leas. Entonces tú lees un libro y me contestas diez preguntas, si contesta las diez preguntas bien por cada libro tienes 20 dólares”.  En aquellos tiempos estaban a 200 dólares los tenis que quería  y él escogió los libros. 

El primer libro por el que me pagaron 20 dólares se llama “Cómo ganar amigos e influenciar sobre las personas” de Dale Carnegie, entonces me senté con él y me hizo 10 preguntas, me dio 20 dólares.  Culminé el dinero de aquellos libros y con el dinero en mis manos, saqué el diezmo lo traje a la casa del Señor y fui a comprar tenis.  Cuando vi las tenis, de repente me gustaron otras. 

Lo mismo me pasó con mi hija, con un bulto caro y le dije no, no porque no tenga o no pueda. Le dije: “Hagamos un trato, trabaja en la tienda de ropa de tu mamá por un tiempo y como yo sé que es costoso lo que tú quieres, yo te pongo la mitad así que ya comenzaste con la mitad, vete a trabajar el resto”.  Terminó su semana de trabajo que fueron unas cuantas y yo la llevé a la tienda, cuando salió de la tienda salió con otro bulto.  Y yo le dije: “¿Qué pasó? Dime la verdad” Y su respuesta fue: “Cuando vi que la cartera se iba a vaciar y todo lo que me costó trabajarlo, entendí que este bulto es mejor”. 

Una de las cosas que tenemos que enseñar esta sociedad a nuestros hijos es el valor del dinero y el Señor dice: “Sabes que yo te voy a prosperar, te voy a dar casas que tú no edificaste, te voy a dar viñas que tú no sembraste y voy a darte cosas buenas. Te voy a bendecir, te voy a prosperar. Solo te pido tres cosas: número uno, Acuérdate de no olvidarte que fui yo quien te sacó de casa de servidumbre, número dos, guardas mis mandamientos cuida tu vida haz como yo te pido que hagas y número tres, enséñale a tus hijos cuánto vale lo que les he dado y de dónde lo saqué”. 

Esa es la fórmula segura para que Dios pueda confiar en ti todo lo que él te ha prometido, esto es un mensaje para hacerte creer el dinero te va a llegar del cielo, pero sí que puedas entender cómo tomar decisiones en tu vida para que puedas avanzar hay cuatro ideas con las que yo quiero terminar en el día de hoy que creo que nos ayudarían a desatar esta promesa sobre nuestras vidas y debemos tener presente. 

Número uno, aprendamos a disfrutar nuestro trabajo, aprende a disfrutar lo que tú haces, aprende a gozar de lo que tú haces, aprende a disfrutar del trabajo que tienes. Y enséñale a tus hijos que tu trabajo no importa el que sea, es honorable y siente orgullo en la profesión que tienes. 

Hace un tiempo atrás, el gobernador me pidió que fuera parte de un comité para asesorarlo en seguridad de Puerto Rico y un montón de cosas que habían como 50 personas de diferentes sectores y no sé por qué me dividieron en un grupo de personas que nuestras ideologías no son muy consonas entonces, allí estaba. 

¿Qué vamos a hacer aquí? Estamos trabajando con todo el mundo, me toca a mí comenzar y yo cedo mi turno y digo “Si da tiempo al final yo doy mis comentarios y hablo la verdad”. Me sentía cómodo al principio con el grupo que estaba rodeando porque simplemente sé que sus ideales y los míos son muy diferentes. 

Después de todo, había muchas cosas con las que no estaba de acuerdo y otras sí, pero hubo una que me impactó. Una activista muy conocida en este país, comenzó a decir en cada barrio de Puerto Rico hay un Daddy Yankee, un Lindor, un Yandel y comenzó a mencionar ciertos atletas y ciertos deportistas cuando me tocó la parte de dar mi opinión le dije: “Con mucho respeto a esta dama, en cada barrio no hay Yankee, un Lindor , no hay un artista famoso, pero en cada barrio hay un barbero, un mecánico, un abogado, un sastre en cada barrio. Hay alguien que con sus manos se gana honestamente el pan de cada día y lo que tenemos que enseñarle a nuestros jóvenes no es admirar aquellos que son las excepciones, por las razones que sean, pero encontrar orgullo en lo que hacen en cada barrio hay un mecánico que paga su vida paga sus impuestos pone a sus hijos en de la escuela, financia proyectos”.

La realidad es que no todo mecánico cobra igual, porque en toda profesión los mejores son los que se distinguen y si le enseñamos a nuestros jóvenes que en la profesión que disfrutan hacer se convierten los mejores, no hay límite para lo que pueden lograr en la vida. Pero mientras le enseñamos a nuestros jóvenes a que solo los artistas o los peloteros son los que alcanzan esas grandes cosas sabe dónde terminarán. Enseñémosle a la gente el valor del trabajo. 

Pablo decía que cuando tú te conviertes quieres demostrar que eres cristiano. Pablo dijo el que robaba, no robe más, trabaje con sus manos y mi Dios, pues suplirá todo lo que te falta. Enséñale a tus hijos que el trabajo es digno no importa el que sea y de donde tú sales. Y lo que tú haces tan sencillo pueden tener una vida maravillosa. 

7 Comments
  • Santiago
    Posted at 07:35h, 09 March Reply

    excelente

  • Alicia Farías González
    Posted at 08:53h, 09 March Reply

    Amén… Cuando yo era pequeña,escuchaba a mis padres, decir , hay que trabajar para comer.. el trabajo dignifica al hombre…y para gloria de Dios hemos prosperados.

  • Angel Rodriguez
    Posted at 08:55h, 09 March Reply

    Amén

  • marttha
    Posted at 11:49h, 09 March Reply

    Amén amén

  • Jhon Mario Rojas
    Posted at 17:09h, 09 March Reply

    Amén y amén

  • Tatiana Gonzalez Peña
    Posted at 18:25h, 09 March Reply

    Amén, desde pequeña me enseñaron mis abuelos a trabajar, si quería algo, ellos me daban la mitad y yo debía conseguirme la otra mitad, entonces hacía rifas, entregaba fotos, vendía pasabocas y así completaba.

  • Oswaldo Monier
    Posted at 07:03h, 10 March Reply

    Gracias Amado Padre Celestial por todo tu amor y misericordias
    AMÉN 🙏🙏🙏🙏

Post A Comment