19 Jan Cree en ti y cumple tu palabra

Definamos que es un pacto, un pacto es dar tu palabra de algo que realizarás. ¿Se pueden hacer pactos con Dios? Sí, algunos de los pactos más comunes de los cristianos es el ayuno, ofrendas por un día especial, establecer días de oraciones.

¿Pero es la palabra pacto la más correcta? Dios es el único que puede cumplir con los pactos, es el único que dió su vida por nosotros, el único que estaba dispuesto a morir por nosotros. 

Vamos a la división del libro de Mateo, capítulo cinco en el verso 33 al 37, que habla específicamente de los juramentos. 

“Habéis oído que fue dicho a los antiguos. No jurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo digo no juréis en ninguna manera, ni por el cielo, porque es el trono de Dios, ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies. Ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey, ni por cabeza ni por tu cabeza jurarás. Porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar”

Interesante estas palabras de Nuestro Señor Jesucristo, lo que se decía en la antigüedad acerca de hacer promesas y hacer juramentos. 

Ahora, la diferencia entre un juramento y un voto en términos bíblicos, se puede decir es que la palabra pacto conllevaba muerte. 

Cuando una persona rompía un pacto se sabía que iba a morir, era una entrega total. Por eso la palabra pacto en realidad se hace o se deja únicamente para Dios y es el único que puede cumplir con los pactos. 

Un voto se lo hacemos a Dios. En cuanto a los juramentos los hacemos entonces con otras personas, es un compromiso formal, sabiendo que lo estamos haciendo delante de Dios y es Él el que espera que yo cumpla la palabra que se dió, es decir, no es algo que puedes tomar en vano. 

Y esto lo vemos claramente en la Biblia nos damos cuenta que tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento vemos experiencias donde hubo hombres que hicieron pactos e hicieron declaraciones de tal magnitud con otros hombres y que son ratificados en la Palabra de Dios.

Ya desde ahí esa es una parte de una enseñanza importante. El juramento es el fin de toda controversia, porque lo hace para no dejar espacio a la duda.

Y el Señor dice: “No jures por el templo, no jures por tu cabeza, no jures por nada”. ¿Por qué razón? Porque Dios, es el dueño del templo y de todas las cosas. 

Por esto, cuando des tu palabra y seas una persona íntegra, las personas no dudaran de tus juramentos y no tendrás necesidad de decir “te lo juro”. Porque cuando tu le pides a alguien que te lo jure es porque ya en el pasado te ha fallado o simplemente tu no crees que te va a cumplir.