Refúgiate en la presencia de Dios
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Refúgiate en la presencia de Dios

Porque mucha gente en el día de hoy, nos pasa todos, de alguna manera u otra tenemos sustitutos ante tas cosas a nuestro alrededor. Y aunque no nos demos cuenta, aún la presencia de Dios la hemos logrado sustituir por muchas otras cosas.

Y sólo gente que realmente han tenido en un momento dado la necesidad de encontrarse con Él, son los que verdaderamente pueden buscarlo con esa pasión.

Hay un hombre en la Biblia que tuvo esa gran experiencia, se llama el gran salvista David…

El salvista David era un hombre desesperado por la presencia de Dios, pero por supuesto tenemos que entender por qué nunca pudo confiar en su padre, nunca pudo confiar en su familia, no tuvo a nadie que realmente le apoyara, no tuvo a nadie que realmente creyera en él.

Él tenía únicamente que refugiarse en el Señor.

Ahí en lo oculto, en lo escondido, cuando nadie lo aceptaba, cuando lo menospreciaban, el único lugar donde él podría refugiarse y encontrar consuelo, era en la presencia de Dios.

De allí es que surgen los mejores salmos que todavía cantamos o leemos en el día de hoy. De un hombre apasionado por la presencia de Dios, simplemente porque no tenía más nada en la vida ni más nadie en quien confiar.

Qué dichoso lugar cuando no tenemos en quien confiar y sólo tenemos que confiar en Dios. Qué maravilloso lugar cuando no tenemos en nada en qué apoyarnos y lo único que realmente podemos hacer es encontrarnos con Él, buscarlo a Él, y darle a Él toda nuestra atención.

Qué maravilloso momento en nuestra vida cuando realmente entendemos que sin Él nada podemos hacer, y que nuestra vida, desde ese momento, cambia para siempre.

Ahora, la vida de David no siempre fue necesitada, nos siempre fue una vida de tragedias ni de abandonos…

David logró alcanzar el propósito de Dios.

David llegó a ser el rey, pero la experiencia de estar delante de la presencia de Dios fue tan poderosa para su vida, que, aun siendo rey, nunca se olvidó de lo que era más importante.

Uno de los temores más grandes que todos debemos tener en nuestra vida, es llegar a un lugar de bendición, de prosperidad, alcanzar nuestras metas y nuestros logros, y que nos olvidemos de quién fue el que nos llevó hasta allí.

Si hay un lugar de peligro en la vida de una persona, es cuando llega a un grado de comodidad, a un grado de complacencia, donde se olvida de quién lo llevó hasta ese lugar y deja de perseguirle con esa pasión, con ese deseo con el que comenzó a seguirlo en el momento en que no tenía absolutamente nada.

Pero David no fue así; David fue un hombre que buscó a Dios en cada momento, aun cuando fue rey.

Y yo quiero mostrarte un momento en el que, David siendo rey, busca traer la presencia de Dios. Y aprendamos varias cosas en el día de hoy que nos ayudan a poner todo esto en perspectiva.

La palabra del Señor dice en el libro de 1 Crónicas 13:1:

Entonces David tomó consejos con los capitanes de millares y de centenas, y con todos los jefes. Y dijo David a toda la asamblea de Israel: Si os parece bien, si es la voluntad de Jehová, nuestro Dios, enviaremos a todas partes por nuestros hermanos, que han quedado en todas las tierras de Israel. Y por los sacerdotes y levitas que están con ellos en las ciudades y ejidos, para que se reúnan con nosotros. Y traigamos el arca de nuestro Dios a nosotros, porque desde el tiempo de Saúl, no hemos hecho caso de ella… Y dijo toda la Asamblea que se hiciese así porque la cosa parecía bien a todo el pueblo.

Y mira lo que David realizó en esta ocasión.

David se dio cuenta de que no se le había hecho caso al arca del pacto. Que no se le había hecho caso a la presencia de Dios por mucho tiempo. Y Dios lleva a David a ese lugar de prominencia, de ser un gran rey, de tener grandes victorias.

Pero David un día realizó que lo importante no era que él llegara a ser rey, lo importante era lo que él podía hacer cuando llegara a ser rey.

Y cuando llegó a ser rey, se dio cuenta de que lo más grande que él podía hacer, era traer el arca del pacto de regreso al centro de la ciudad de Jerusalén.

Yo quiero decirte en el día de hoy que cuando Dios te prospera, cuando Dios te bendice, nunca te puedes olvidar de cual debe ser la misión principal tuya.

La misión principal tuya y mía no es llegar a ser el rey, la misión tuya y mía no es prosperar, no es avanzar en esta vida, tu misión es que cada vez que avancemos, podamos poner en el centro de nuestra vida, de nuestra familia la presencia de Dios, y que usemos nuestros recursos para ponerlo a Él por encima de todas las cosas.

David no se olvidó de lo que él tenía que hacer, David no fue una persona desentendida, David no dijo: “¿Saben qué? Llegué hasta aquí. Finalmente se cumplió mi propósito”.

David realizó que sin Dios no era absolutamente nada.

Y siendo rey, teniendo ya grandes victorias, teniendo una gran fama, su labor principal no fue conquistar una ciudad más, sino traer la presencia de Dios a Jerusalén.

Traer la presencia de Dios, una vez más de vuelta al pueblo de Dios. Traer el arca del pacto.

Y hoy, yo quiero que tú y yo entremos en esa misión. Que traigamos una vez a nuestras vidas, a nuestras casas, a nuestros hogares, la presencia de Dios.

Que sea realmente el centro de nuestras vidas.

David tenía una gran intensión, pero hizo lo incorrecto al traer el arca del pacto.

La Biblia dice, en el libro de 1 de Crónicas: 15 que David comienza a estudiar cómo era que él tenía que traer el arca del pacto.

El error de David fue que usó de modelo cómo los filisteos se llevaron el arca del pacto para el traer el arca del pacto de regreso a la casa de Dios.

Me explico…

Cuando los filisteos se llevaron el arca del pacto y se la robaron, la pusieron en un carro lleno de bueyes. Y fueron los bueyes los que llevaron el arca del pacto a donde estaban los filisteos.

Entonces cuando David comienza a buscar cómo transportar el arca del pacto, su último modelo, su última manera que él vio cómo el arca fue transportada, fue con animales, fue con bueyes, así que él hizo lo mejor que él podía hacer en su mente.

Dice la Biblia que hizo un carro nuevo. Pero no importa lo nuevo que ti lo hagas, si no lo haces como Dios quiere que tú lo hagas, no sirve.

Oye bien en el día de hoy, en la vida no se trata de agradar a la gente si no los agradas con lo que ellos quieren.

Tú no puedes venir aquí y decir: “Voy a pintar a la iglesia”, y traer la pintura del color que tú quieres… Y luego vienes aquí y pintas la iglesia de un color que a nadie le gusta, y entonces te decimos: “Oye, pero si ese color no es. Ese no es el color que necesitamos”, y luego dices que somos unos malagradecidos.

Si tú quieres agradar, tienes que hacerlo no a la manera que tú quieres, sino a la manera que la otra persona quiere, porque tú lo que buscas es agradar a la otra persona.

Y hay un error que se comete en el día de hoy en la iglesia, y es que pensamos que Dios va a ser atraído con lo que nosotros queremos darle y no con lo que Él quiere recibir.

Es uno de los grandes errores hoy en la casa de Dios…

Nosotros queremos que Dios reciba lo que yo quiero darle sin darnos cuenta que Él no tiene que recibir lo que yo quiero darle, si no es lo que Él quiere recibir…

3 Comments
  • Alicia Farías González
    Posted at 08:51h, 09 November Reply

    Amén! No hay lugar más grande, que estar a tus pies, e tu presencia! Bendito y alabado sea tu Santo Nombre…. gracias Señor… gracias Pastor Otoniel bendecido 🙌

    • Marivanet
      Posted at 08:03h, 10 November Reply

      Te bendigo Alicia

  • Jhon Mario Rojas
    Posted at 16:59h, 09 November Reply

    Amén y amén

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