25 Nov Reclama tu bendición

Yo no soy mucho de carros; no es mi disfrute. A mi esposa sí le fascinan… A mí no. Mi esposa ve carros y se muere…

Ella se crió en un garage, en un taller. Así que ella sabe más de carros que yo.

A mí no me apasionan, me apasionan otras cosas. ¡Me apasionan los aviones! Y tuve uno, que me regalaron. Y lo vendí, ¿por qué razón? Por los chismosos.

Y después me puse a pensar… ¿Por qué vivir de lo que los otros dicen y de lo que los otros piensan?

Hay muchas explicaciones detrás de todo eso, hay muchas cosas que son prácticas.

Nadie me regala un avión hoy, ¿verdad? No estoy pidiendo que usted me regale nada, así que estoy simplemente explicando un punto.

Pero, en estos días, de repente vino a mi corazón ese deseo de tener un auto en particular.

Nunca me había gustado un auto, pero fue lo primero que vino a mi mente.

Es que si me ven con eso, me van a chavar… Y oiga bien, por favor, entienda lo que estoy diciendo, porque no voy a salir a comprarlo y le dije al Señor: “Señor, en base a mi razonamiento a la fe, hasta que el templo no esté y hasta que yo no compete lo que tengo que completar, no voy a comprarlo… Porque primero tu casa”.

Con eso, lo aplacé por un par de años más.

Pero lo que tuve que vencer es esto que te estoy diciendo. Porque si algo nos mete el mundo en cabeza, es la condenación de que no podemos disfrutar de las bendiciones que Dios te quiere dar.

Tu familia te hace sentir culpable, el mundo te hace sentir culpable, y Dios todo lo que quiere darte es… ¡Deleite!

Yo no sé cuántos aquí están listos para tener deleite en su vida…

Me voy a gozar cada bendición en mi vida al mximo…

Dios los está llamando, Dios los está llamando, Dios los está llamando, Dios los está llamando, Dios los está llamando, Dios los está llamando, Dios los está llamando, y prepárate, porque la presencia de Dios se va a manifestar como todas las noches en este lugar y algo va a suceder.

Van a venir esos mensajeros y van a ir la tienda de tu casa, van a ir a la tienda de tus hijos, de tus sobrinos, van a ir, van a ir, los vas a ver, vas a ver que van a llegar en el nombre Poderoso de Jesús.

Padre, hoy declaramos libertad de los cautivos, libertad en esta hora, libertad de toda ideología, libertad de toda decisión, de toda decisión negativa del pasado, de la droga, de la apatía, para aquellos que en el día de hoy no confían en ti y no creen en ti.

Padre, por el poder de tu palabra, donde quiera que estén hoy, Señor, aparécetele en la tienda, llega hasta ellos, llega hasta ellos, llega hasta ellos, Señor, llega hasta donde están, llega hasta donde están, llega hasta donde están.

Vamos, iglesia. Por unos momentos más tú puedes hacer algo mejor que eso, que se oiga, que se oiga esa petición del corazón.

Van a llegar, va a llegar, va a llegar, va a llegar, la promesa de Dios viene para sus vidas, la promesa de Dios viene para sus vidas, la promesa de Dios viene para sus vidas.

Óyelo bien, óyelo bien en el día de hoy, hay trabajo para tus hijos, hay provisión para tus hijos, hay cuidados para tus hijos, Dios va a cumplir su palabra para tu vida, hay puertas abierts que Dios les va a dar por cada semilla que tú has sembrado.