18 Nov ¿Conoces tu verdadero llamado?
Todos los pastores tenemos que quitarnos la presión de encima de lo que otros estamos haciendo.
Yo creo que nosotros debemos tener muy claro para lo que Dios nos llamó, nuestra identidad y nuestro propósito, y confiar en ese llamado que tenemos; y lo que Dios nos ha pedido que hagamos es lo que dará los resultados por sí mismos y que será lo que Dios apoye y lo que Dios utilice.
Me explico…
Cuando llega alguien que quiere pastorear, yo hago unas preguntas muy básicas a todo el mundo.
1 ¿A cuáles personas tú les vas a predicar?
Siempre esa pregunta chica, porque me dicen: “A todo el mundo”. ¡No!
¿Cuál es el mensaje que tú tienes? ¿Para quién en específico?
2 ¿Hay un pueblo, ciudad o un país que arde en tu corazón? ¿Hay un pueblo en Puerto Rico o un país en donde tu digas “yo tengo un llamado o un clamor por ese lugar”?
¿Por qué para mí esas dos preguntas son importantes? Porque, por ejemplo, yo sé que Otoniel Font le predica a las naciones, pero mi mensaje, lo que Dios ha puesto en mi vida, no tiene la misma forma de llevarlo que otros ministros o pastores que tienen un llamado en específico.
Por ejemplo, hay pastores que son llamados a ministrar a personas que han estado en drogas; eso no quiere decir que nuestro mensaje no le llegue a una persona que está en drogas o que ha estado en drogas.
Pero la realidad es que para trabajar con esa necesidad, hay un lenguaje, hay un mensaje, hay una forma de hacerlo, y yo creo que nosotros debemos tener eso muy claro.
Creo que a veces nosotros pensamos que imitar el mensaje de otros es lo que dará resultados. Y sin darnos cuenta de que Dios puede utilizar nuestro estilo y nuestro llamado, porque a la larga y a la postre, el que da el crecimiento es Dios.
Yo sé que nuestro mensaje es un mensaje de fe, de prosperidad, que habla mucho en el área empresarial, de mucha responsabilidad social, nos involucramos en temas y en cosas en las que otra gente no se involucra, pero si te fijas, todo está relacionado.
Estamos en los medios de comunicación, en las redes sociales muy activos, trabajando con los problemas sociales, lo que está ocurriendo, somos muy vocales en ese sentido y no todo el mundo tiene ese llamado ni ese estilo, y por esa razón es que Dios tiene gente en cada lugar y en cada área.
Ahora, el día en que yo imite al otro y lo que el otro hace, entonces le doy poder a lo que el otro hace y no al Dios que me llamó y que tocó mi vida.
Yo hace muchos años atrás tuve esa frustración. Y la he tenido varias veces.
He tenido el conflicto de que he pensado en: “si no cambio el mensaje, si no lo ajusto, si no lo mejoro, si no lo pinto diferente, pues no voy a ganar más gente por las críticas que hay”.
Y yo recuerdo hace muchos años atrás estar en un momento de frustración pensando en eso. Pensando en: “Mi mensaje no es atrayente. Yo sé que Dios me usa y que es un mensaje verdadero, real y de la palabra del Señor, pero no es el mensaje que la gente quiere escuchar. Mi estilo no es el que más la gente quiere escuchar…”
Y yo estaba en esa frustración.
Recuerdo un día estar a las 02:00 AM prendiendo el televisor y poniendo un canal de televisión cristiano y de repente aparece Joel Austin predicando…
Entonces recuerdo que, en ese entonces, estaba en un estadio. Y el lugar estaba lleno.
Entonces yo estoy viendo a un hombre que rompe todos los parámetros de todos los pastores modernos.
Un hombre con un traje azul, con una camisa blanca, con una corbata sin mucho flashing, sin muchas cosas que llamen la atención, sin ser muy excéntrico, con una sonrisa y con un mensaje bien simple: “Echa hacia adelante, progresa…”, te lee un chiste al principio, y recuerdo haber pensado que se trataba de la voz de Dios, porque yo estaba en ese momento orando y en ese conflicto.
Y yo sentí que el Señor me dijo: “si yo lo puedo usar a él, y él tiene esos resultados, ¿te das cuenta de que no es por como se viste? Es por lo que tiene que cumplir, por el llamado y la seguridad de lo que él tiene que hacer y lo que hay en su interior que yo estoy usando para mi gloria.
Y desde ese día entendí que realmente no podemos quedarnos en un estereotipo de lo que Dios puede usar, y tratar de ir a lo moderno y compararnos con otros pensando que lo que somos no será efectivo.
Cada uno de nosotros tenemos que estar en nuestro camino, en nuestra identidad, en el lugar al que Dios nos llamó y confiar en que será Dios quien haga la obra.
¿Que podemos aprender de otros? Sí. ¿Qué podemos quizás imitar ciertas cosas? Sí. Pero confiar en que de eso depende nuestro llamado, ¡no!
Mis inicios fueron muy bonitos porque venía con el apoyo de un ministerio, venía de un momento en el que el ministerio del que me estaba lanzando, Fuente de agua viva, estaba en su pico más alto, y no era que un hubiera problemas, pero era un momento bien especial.
Éramos jóvenes, estábamos con nuestros retos, pero fue un momento bonito e interesante en nuestra vida.
Cuando regreso a Puerto Rico, vengo con una expectativa. Yo no pensaba quedarme en Puerto Rico, pues era algo supuestamente temporal.
Era algo tan sólo de un año, donde íbamos a estar simplemente apoyando en aquel momento dado a la institución, etc.
Un día nos encontramos con que íbamos a estar a cargo de la institución y a cargo de la obra bajo un momento bien difícil que fue la ruptura del matrimonio de mis padres y todo lo que causó.
No fue lo mismo cuando empecé.
Ahora habían deudas, conflictos familiares muy duros y muy difíciles de pasar, y todo lo que crea ese conflicto.
Como en toda familia, cuando hay un divorcio, de la manera que sea, siempre hay laceraciones emocionales, todo este tipo de cosas, hacer algo tan público, y todas las implicaciones y todo lo que hay…
Problemas económicos, mucha gente que se va de la iglesia, así que, jamás ni nunca fue igual.
Cuando comencé, esto era otra cosa, agárrese quien pueda, hay que creerle a Dios, y ahora los problemas no son $1.000 para pagar la renta.
Antes eran $1.000 cuando yo comencé para pagar la electricidad, ahora son $140.000 mensuales; era trabajar con conflictos legales que nunca había tenido y con un montón de cosas que nunca había experimentado.
Así que fueron tiempos muuuy diferentes, y siendo joven aún. Tenía tan sólo 30 años.
Y te puedes imaginar todo a lo que eso conllevó y ha conllevado durante estos pasados 17 años, por eso tengo que dar testimonio, hasta aquí nos ha traído el Señor.
Seguimos aquí, nuestra iglesia ha ido progresando, ha ido aumentando, estamos cada vez creciendo más, nuevos pastores, nuevas iglesias, nuevas emisoras de radio, de televisión, y Dios ha sido bueno, pero fue un proceso de mucha batalla y lucha, y definitivamente no fue igual que el principio.
Todos somos formados por las experiencias que tenemos o por lo menos tienen un impacto en nuestra vida.
Definitivamente pienso diferente del ministerio, de la vida, de la familia, del evangelio, de la sociedad… Hay un montón de cosas que uno comienza a repensar y a reajustar en la vida personal y en la vida ministerial.
Así que creo que es parte de lo que somos hoy ese proceso histórico que vivimos y seguiremos formándonos cada vez más.
Ysa Miranda
Posted at 08:45h, 18 NovemberExcelente !!! Gracias muchas bendiciones
Jhon Mario Rojas
Posted at 12:52h, 18 NovemberAmén, Gloria a Dios
Leandro sardiña
Posted at 20:14h, 19 NovemberAmen , excelente testimonio pastor gracias ,Dios lo siga bendiciendo
Sandra Judith Aguilar Muñoz.
Posted at 08:57h, 20 NovemberGracias pastor por compartir su testimonio
Rossymar Hernández Malave
Posted at 12:21h, 20 NovemberBendiciones Pastor… Dios le de mucha Sabiduría e Inteligencia…He visto varios vídeos de usted …Le, deseo lo mejor del mundo para que siga adelante impartiendo la Palabra de Dios a todas las Personas y a las Naciones…Mil bendiciones para usted y todo su Equipo de Trabajo… Díos lo bendiga siempre…
INDIRA LUZ GONZÁLEZ VALENCIA
Posted at 11:35h, 28 NovemberGracias pastor por su testimonio Excelente bendecido
INDIRA LUZ GONZÁLEZ VALENCIA
Posted at 11:37h, 28 NovemberGracias pastor por su testimonio Excelente bendecido pastor