22 Nov Aprovecha la oportunidad de encontrarte con Dios
Que nunca en nuestra iglesia se pierda esa capacidad de ser hospitalarios…
Que a donde quiera que nosotros vayamos, dondequiera que nosotros estemos, y que la gente que llegue a este lugar, se sienta bien recibida, se sienta bien amada, que las puertas estén abiertas.
Que vamos a invertir lo que tengamos que invertir para hacerte sentir bien en este lugar, que vamos a hacer el mejor esfuerzo para que cuando llegues, tengas el mejor ambiente en el mejor momento, la mejor sonrisa, el mejor abrazo…
Quizás no somos una iglesia perfecta, no tenemos todas las facilidades que quisiéramos tener, quizás las hermanitas aquí tienen que caminar con los tacos entremedios, pero vienen en tacos como quiera…
Y con que estén bailando en el Espíritu de aquí al carro, ¡no hay problema!
Saben que están entrenados los tobillos y las batatas, y saben que no tienen que hacer otro ejercicio y serán felices y vos a hacer lo mejor posible… Siempre… por atenderte…
No generó problemas en gastar, en invertir, para dar lo mejor a todo el que está aquí.
Yo quisiera que mantuvieras ese deseo en tu casa, que tu casa sea un lugar de recibir gente…
Aquí hay gente que debería decidir abrir un oasis, o un grupo.
No importa si la casa aún no está completada o terminada, o si falta algo por pintar.
Pinta lo que tienes, mejora lo que tienes, pero recibe a alguien, da de lo que tienes, haz un esfuerzo, que lo tengas ahí en tu casa, que le puedas demostrar a la gente que los creyentes somos gente que amamos, que sabemos servir, que sabemos compartir, y que no escatimamos en hacer sentir bien a otros y en que se hagan sentir bien recibidos.
Ahora, después de todo este contexto, lo segundo que yo quiero que tú veas es que cuando observas estos versos:
“Y alzó sus ojos y miró, y aquí tres varones que estaban junto a Él y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos y se postró en tierra…”
Dos cosas hizo Abraham: la primera fue la actitud de salir corriendo. Era la actitud de esperar, con expectativas, ahora sale corriendo, demuestra esa actitud de rapidez, de hacer algo con pasión…
Pero no tan sólo eso, tan pronto llega allí, se postra a los pies. Es un acto de humillación. ¡Qué interesante!
Y todo para recibir a tres hombres. Que no eran tres hombres cualesquiera. Era Dios quien había llegado allí.
Me pregunto yo: ¿cuántas veces se habrá aparecido Dios en el Encinar de Manre, y por tu estar encerrado en la cabaña, no lo has visto?
¿Cuántas veces se ha aparecido Dios fuera de tu casa o de tu carpa para encontrarse contigo y por tus depresiones, tus tristezas, tu culpabilidad, por estar encerrado en tu casa sin hacer nada, Dios te está esperando que te encuentres con Él.
De la misma manera que Dios no se metió en la cueva con Elías y hace que Elías se salga de la cueva. Dios nunca le habló a Abraham dentro de su carpa.
Siempre lo tuvo que provocar a salir para demostrar un encuentro con el Señor.
Ahora, qué triste si estás esperando y cuando él aparece, no estás corriendo y no estás en la actitud correcta de humillarte delante de Él.
¿Realmente tu corazón reconoce que necesitas al Señor? ¿Qué era lo que estabas buscando?
¿Cuál es la actitud que tienes en el día de hoy?
Ahora, mira lo que ocurre.
La Biblia dice que pasó de estar humillado a la actitud de un siervo. Y dijo: “Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de ti siervo”.
¿Alguien aquí puede decir: “que no pase esta noche sin que cambie algo en mi vida?”.
Señor, que no pase esta semana y que algo no se transforme en mi casa.
Señor, que no pase un momento como este y que yo no vea un cambio en mi vida.
¿Cuántas cosas pasan delante de nosotros y nosotros no aprovechamos la oportunidad?
¿Cuántas cosas pasan delante de nosotros y simplemente hacemos caso omiso y nos movemos a lo próximo, a lo próximo, a lo próximo?
Pero Abraham se dio cuenta: “esta oportunidad yo no la puedo dejar pasar”, y yo vengo hoy a hablarle a una iglesia que no va a dejar pasar esta oportunidad.
Esta oportunidad no se vuelve a repetir, estas noches en su presencia no se vuelven a repetir.
Quizás en otro año lo haremos, quizás en otra fecha lo haremos de alguna otra forma, pero esta no se volverá a repetir.
Lo que Dios quiere hacer ahora, sí lo dejas pasar, ese es tu problema.
Si dejas pasar lo que Dios está haciendo en esta hora simplemente porque estás viendo los problemas, las dificultades, las situaciones, y todas las cosas qué hay a tu alrededor, ese es tu problema.
Pero yo vengo a hablarle a una iglesia que dice en el día de hoy: “esto no pasa delante de mí. Algo va a pasar, yo voy a hacer que te quedes aquí hasta que me des lo que tienes para mi vida”.
Yo voy a quedarme aquí, yo voy a estar acá, hace mucho calor en este día, el camino ha sido demasiado difícil dadas las cosas que están a mi alrededor.
Me han puesto a sudar, he vivido momentos de ansiedad, momentos de estrés, la pandemia me puso a mí a sudar, los problemas económicos me han puesto en el calor del día y me tiene asustado.
Las dificultades allá afuera en la calle me tienen con miedo, que la gente dice que se va a acabar la comida, me tienen con miedo.
Y aquel dice que se va a acabar el mundo.
El calor del día es demasiado, pero yo en vez de estar esperando anticristo, en vez de estar esperando escasez, lo que estoy esperando es tener un encuentro con el señor y el día que lo tengo, no lo voy a dejar pasar.
Si he hallado Gracia en tus ojos, esta noche no pasa.
Tú no pasas de aquí sin que algo ocurra en tu casa, sin que algo ocurra en tu hogar, sin que algo ocurra en tu vida, sí que algo ocurra en tu matrimonio, sin que algo ocurra en tu negocio, no pasas de aquí…
¡Señor, no te vayas!
Jhon Mario Rojas
Posted at 10:26h, 22 NovemberAleluya, Gloria a Dios
Rossymar Hernández Malave
Posted at 13:59h, 22 NovemberDios lo bendiga Pastor…Le,deseo lo mejor del mundo para usted y toda su Familia…He, visto varios vídeos de usted,los cuales me han enseñado y cada día aprender más de la Palabra que usted imparte a las Personas y al Mundo…