15 Apr  Dios Salva Familias

Hoy celebramos la muerte de nuestro Señor Jesucristo, y en tres días celebramos su resurrección.  Pero si no hubiera pasado el momento que se celebra en el día de hoy, ninguno de nosotros pudiera declarar salvación a través de su sacrificio.  Este es un tiempo especial en el que podemos llenarnos de fe, de expectativa, recordando lo que él hizo por nosotros, lo que representa para nuestras vidas, y creerle a Dios por la salvación de nuestros familiares y seres queridos.  

Hoy el Coliseo Roberto Clemente en San Juan, Puerto Rico, se vuelve casa de Dios y puerta del cielo, donde estaremos compartiendo con miles de personas que llegarán a recibir una palabra de fe, y que declararán que Jesucristo es el Señor.  Hoy será glorioso, será un tiempo espectacular.  

Estamos en el cierre de nuestra campaña de oración por tus familiares y seres queridos, donde hemos estado creyendo que, en el nombre de Jesús, ellos recibirán salvación.  Hemos estado orando por miles de nombres que nos han llegado en los pasados días.  Estamos creyendo que los tuyos recibirán salvación, que sus vidas serán cambiadas.  Todavía hay esperanza, posibilidades, oportunidad; todavía Dios es capaz de hacer esto en favor de todos los tuyos.  

En Éxodo 12, vemos esa primera vez en que se celebra la Pascua, esa fiesta que se hacía trayendo y presentando el cordero que permitía que se pudiera expiar los pecados de todo el pueblo para reconciliar a Dios y los hombres.  El sacrificio de nuestro Señor Jesucristo es uno eterno y permanente; ya, a través de ese sacrificio, podemos tener eternamente conexión con Dios y permanencia en nuestra relación, pero todo comenzó en el libro de Éxodo, capítulo 12.  

“Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: 2 Este mes os será principio de los meses; para vosotros será este el primero en los meses del año. 3 Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. 4 Mas si la familia fuere tan pequeña que no baste para comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno según el número de las personas; conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero.”  Éxodo 12:1-5  

¿Por qué llamar tu atención a esta porción en particular?  No necesariamente es la parte más emocionante, pero es una de las partes que presenta el verdadero principio de lo que nosotros como creyentes debemos creer.  En el momento que Dios iba a sacar al pueblo de Israel de Egipto, en el instante donde ya el milagro va a suceder, ya lo que habían estado esperando y se había profetizado por tanto tiempo, ya llegó el momento, no se podía detener ni retener un minuto más, y el Señor manda a todo el mundo a sentarse por familias.  

Esta instrucción llama la atención porque el Señor no mandó a preparar un ejército ni hombres de guerras; los mandó a sentarse en familia.  Y lo hizo de tal manera que aquellos que eran solteros, viudos o tenían familias muy pequeñas, que quizás no tenían provisión o que el cordero que tenían no era suficiente, se reunieran todos en familia, se sentaran todos en esa conexión, en ese momento donde vamos a compartir el pan el uno con el otro, que nadie quedara solo o fuera, todos entrarían en esto.  En el momento que Dios va a traer liberación, Él comienza hablando a la familia, uniendo a la familia, a los hogares, para prepararlos para que coman el cordero, para que como familia pudieran salir juntos de la esclavitud y del problema en que se encontraban y alcanzar el propósito divino.  

Dios no tan solo salva individuos, sino familias.  Dios salva familias.  Dios, a través de ti, puede cambiar generaciones completas.  No te conformes con ser el único salvo; no te desesperes ni pierdas la esperanza de que tu familia llegue a los caminos del Señor.  Dios salva familias.  En el momento que Dios va a traer liberación, Él libera familias completas.  No importa cómo se vean las cosas, la salvación puede llegar a todo tu hogar, si tú hoy puedes creer.  

Esto lo vemos desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento, lo observamos en el plan de Dios trabajando con la familia, con los individuos.  Estamos en un tiempo donde el soltero o que ha enviudado o su familia se ha roto por alguna razón u otra, piensa que este mensaje no es para ellos, pero es todo lo contrario; este mensaje es para ti.  Dios no tan solo te va a unir a la familia de la fe, sino que también, a través de ti, puede salvar a toda tu familia.  No estamos hablando únicamente de matrimonios, sino de cómo un hijo puede afectar la vida de sus padres, de cómo una persona soltera, que no se ha casado, que ha enviudado, puede afectar todas sus generaciones.  Dios salva familias.  

En Génesis, vemos que se salvan Noé y su familia.  En la historia de Moisés, Dios salva a las familias, manda que se sienten alrededor del cordero a comerlo juntos porque así saldrían de allí: juntos.  Llegaron juntos y saldrían juntos.  Dios bendijo a Abraham y a toda su familia.  A través de Rahab se salvó toda su familia; por su acto de fe, se impactó toda su familia y fue salva.  Cuando el Espíritu Santo envía al apóstol a la casa de Cornelio, dice la Biblia que toda la familia se llenó de su Espíritu.  

Estamos creyéndole a Dios por tus hijos, por la salvación de los tuyos, creemos que hay libertad para toda tu familia.  

Qué poderoso cuando recibes esto en tu corazón, cuando tienes fe.  Toma hoy un momento y considera que todos vayan a la iglesia juntos en familia; tal vez no todos lleguen y te toque ir solo, de forma simbólica, pero toma un instante para creerle a Dios que tú y todos los tuyos serán salvos.  Hoy hay salvación para tu familia.