Tu Herencia de la Fe 
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Tu Herencia de la Fe 

Es sumamente importante que, como cristiano, entiendas la importancia de la fe como parte de tu herencia a las futuras generaciones.  Tu herencia a las futuras generaciones de tu país no puede ser únicamente tu cultura, tu lenguaje, tus tradiciones; tiene que haber una cultura de fe.  Se tiene que perpetuar este mensaje porque es la única manera en que se podrá vivir no importa lo que pase.  Los tiempos pueden ser diferentes, pero lo mismo que nos funcionó en el pasado, funciona para este tiempo también.  Es la fe lo que hace la diferencia en la vida de una persona, no importa el tiempo o la época que viva.  Es la fe lo que te hace levantarte.  Y esa fe es la que tú tienes que provocar en la vida de los demás.  Una fe de conquista, de crecimiento, de desarrollo.  

Nadie debe sentirse avergonzado de esa fe.  No es una fe para escapar, para salir huyendo, sino para conquistar tu país y conquistar al mundo.  La fe que Dios ha puesto en tu corazón y la palabra que se ha sembrado en tu vida, es una fe que no te permite quedarte quieto en el lugar donde estás; es una fe que te dice que tienes que ir por más, que tienes que seguir hacia adelante.  Esa es la herencia de la fe que tú tienes.  

El problema es que muchas veces, a través de los tiempos, la gente no logra entender esto y decide quedarse a la mitad del camino o simplemente decide retroceder.  

¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? 2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? 3 ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? 4 ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano. 5 Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe? 6 Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. 7 Sabed, por tanto, que los que son de fe, estos son hijos de Abraham. 8 Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. 9 De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.”  Gálatas 3:1-9  

Pablo está preguntando: ¿quién te convenció de otra manera?  Les está diciendo: ¿recibiste el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?  La respuesta que ellos tendrían que dar es que lo que recibieron de Dios, lo recibieron porque oyeron la palabra con fe.  Pablo no está hablando de las manifestaciones del Espíritu Santo, sino de la vida de un cristiano por el Espíritu.  Está diciendo: ¿vas a volver a lo tradicional, a lo antiguo, al pasado; o vas a volver a lo que te dio el inicio: la fe?  Y los lleva al ejemplo de Abraham.  Si tú eres de fe, tú no eres hijo de Moisés, o sea, no eres hijo de la ley, sino que eres hijo de la fe, de Abraham.  Tu herencia espiritual viene de un hombre que creyó a Dios por fe cuando no había nada, cuando no había nadie.  Dios sabía que en el futuro habría gente como tú, que creería, y de antemano le estaba diciendo a Abraham que él era el primero de esos que vendríamos miles de años después.  Y previendo que nos justificaría por la fe, Dios dijo a Abraham que en él serían benditas todas las naciones.  Y la Biblia nos añade: De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.  En Fuente, decimos “Dios te bendiga” a los que no son de la fe, pero los de la fe somos ya bendecidos, no estamos esperando una bendición; los que ya hemos creído con el creyente, Abraham, caminamos por fe, vivimos por fe, creemos que somos bendecidos no por el dinero o las cosas que tengamos, sino por la convicción que nos hace caminar en esta tierra seguros y seguras de la promesa de Dios para cada uno de nosotros.  

Nunca te avergüences de la herencia de la fe.  Que te llamen de super fe.  Por causa de la super fe es que has logrado lo que has logrado.  La pregunta es ¿qué vas a hacer?  ¿Vas a negar tu herencia, vas a volver al pasado, vas a volver a lo del ayer, vas a cambiar lo que te funcionó por algo que no le ha funcionado a otros?  ¿O vas a asegurarte de caminar con la seguridad del llamado que Dios nos dio en esta tierra y hacer algo más poderoso por la fe que ha sido depositada en ti?  

La gente de Fuente camina diferente, piensa diferente, habla diferente.  Allá el que quiera volver atrás.  Hay quien quiere cambiar la fórmula que le ha servido toda la vida.  El que nos sigue de años, sabe que hemos permanecido siempre en la misma línea de palabra.  Ahora tenemos pantallas, ropa más moderna, los tiempos cambian, pero lo que nos funcionó veinte años atrás es lo que nos va a funcionar este año también, y es lo que le va a funcionar a la próxima generación.  

Si una iglesia ha sido consistente a través de los tiempos en Puerto Rico, ha sido la nuestra, y por eso Dios nos ha llevado desde una casita, hasta donde estamos hoy.  Tenemos que sentirnos orgullosos de la herencia que tenemos.  Y Pablo les está diciendo eso a los gálatas: ¿quieren volver a la ley?  La herencia que tú tienes, lo que recibiste, lo recibiste por fe.  

Como cristiano, tienes una gran responsabilidad no tan solo de vivir basado en la herencia que tienes, sino de transferirla a otros.  Próximamente comenzaremos a construir; será uno de los templos más modernos de Puerto Rico, de los pocos edificios que se están construyendo en este tiempo, pero el orgullo no es el templo ni para dónde mira el edificio, el orgullo es para dónde miran los que van a ese templo.  El orgullo es lo que vamos a hacer dentro de ese edificio, el orgullo es que vamos a levantar una generación de fe, una gente que no importa la época en la que vivamos, sepan que la solución a cualquier problema, es la dependencia total del Dios Todopoderoso; que tengan una fe firme en el corazón, que cuando no sientan, cuando no vean, todavía sigan caminando por fe.  Esa es la herencia que tenemos que tener, y nos toca a todos.  

31 Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué y que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel.”  Josué 24:31  

Mientras Josué estuvo, el pueblo sirvió a Dios.  Josué se muere, y el pueblo sigue sirviendo a Dios porque los ancianos hicieron que el pueblo siguiera sirviendo a Dios.  Josué hizo lo correcto y levantó ancianos que, cuando él no estuvo, el pueblo seguía sirviendo a Dios porque había ancianos.  

El legado más grande que podemos dejar en la iglesia no es el templo, sino gente que, cuando el pastor actual no esté, viva por fe.  Porque vivir por fe en la iglesia es fácil; es cuando tú estás en tu trabajo que tú tienes que dar ejemplo.  Dicen que cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta; y la realidad es que la gente se comporta a veces como ratones, si no hay un gato que vele, no se comportan; hay gente que simplemente, si el pastor está, van a la iglesia; pero tú debes ir a la iglesia porque los cristianos vamos a la casa del Señor, esté el pastor o no.  Esté el pastor o no, si está Dios, eso es todo lo que hace falta.  Igualmente, estés tú o no, si sigue Dios en el lugar es todo lo que hace falta.  Tiene que haber convicción, una iglesia madura, poderosa, que transfiera su fe, sabiendo que no todo el mundo reacciona igual; lamentablemente, tus hijos muchas veces reaccionan solo si tú estás; pero tú no vas a estar siempre, así que lo grande es cómo se comportan si tú no estás.  Y Josué logró transferir su fe a un grupo de ancianos que, cuando él no estaba, el pueblo completo servía a Dios.  

10 Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel.”  Jueces 2:10  

Los ancianos no hicieron su trabajo.  No levantaron una generación que conociera a Dios.  El libro de Jueces es una montaña rusa para la moral del pueblo de Israel.  Se levanta un juez; no hay ni reyes en ese tiempo.  Dios tiene que levantar uno con un linaje nuevo.  Lo que había era jueces, líderes temporeros que subían y llevaban al pueblo a un momento.  El primer juez de Israel fue Otoniel, quien se casó con la hija de Caleb porque cuando Caleb lo vio, dijo: este es como yo, quiere conquistar.  El problema era que se levantaba una persona como Otoniel, pero luego caían, y el pueblo caía a lo mismo.  Se levanta un Sansón, y vuelven y caen.  Se levantaron montones de jueces, y el pueblo iba subiendo y bajando.  

Tu familia no entiende que la bendición que tienen hoy, la tienen porque tú estás vivo.  Tus hijos se atreven jugar con el mundo porque ellos no saben que Dios te está honrando a ti porque, mientras Josué está y mientras los ancianos están, el pueblo, aunque no perfecto, de alguna manera u otra, sirve a Dios; el problema es cuando ya tú no estés.  Ahí es que tú ves la montaña rusa de montón de gentes, que suben y bajan; todo lo ganan, como el pueblo de Israel: todo lo ganaban y después, todo lo perdían.  Entonces, Dios tiene que levantar un Gedeón, que los salve por un tiempo, pero después se va.  Y ese es el problema de nuestras generaciones.  

Estas generaciones están esperando que Dios siempre levante un líder; se preguntan: ¿quién será el próximo gobernador; quién será el que nos viene a librar?  Esta generación, por los pasados, cuarenta, cincuenta años, ha estado esperando un Mesías que llegue, alguien que los venga a librar; lo mismo en Estados Unidos.  A estas generaciones les gustan los caudillos, héroes que los van a llevar a la libertad.  Les gusta los Lebron James que va a llevar al equipo a ganar el trofeo; los Tiger Woods que los va a hacer libres; les gusta verlos subir para después verlos caer y lamentarse, cuando en realidad un pueblo no puede depender de un líder, sino de toda una generación que aprenda a servir a Dios desde los lugares donde esté.  

No somos perfectos y algún día te podrías defraudar.  Si tu fe estuviera puesta en nosotros, el día que te defraudes, tu fe caerá.  Por eso es que no se trata de que te apuntes con nosotros, no nos creemos nada, no importan los títulos, somos como cualquiera otros; la única diferencia que tenemos es que caminamos por fe, hemos sabido levantarnos y seguir caminando, pero no vivimos de ninguna apariencia; decimos las cosas como son, hablamos como somos, decimos cosas que a veces no deberíamos, pero preferimos mostrar no perfección sino gente que, en nuestra humanidad, hemos creído por fe.  Lo que queremos es que no pongas tu mirada en nosotros como símbolo perfecto porque la salvación de tu país no está en que nos veas como líderes, sino en que todos nos levantemos como una generación de fe que hagamos la diferencia dondequiera que estemos; que este el pastor o no esté, tú sigas viviendo por fe.  Eso es lo que tenemos que hacer.  

El problema es que no hacemos esta herencia de fe, por varias razones.  Entre ellas, la gente piensa que esto pasa sin esfuerzo.  Piensan que esto es: mírame y sigue mi ejemplo.  Pero no.  Las nuevas generaciones se hacen con esfuerzo, con trabajo.  Te va a costar levantar líderes, levantar a tus hijos, levantarte y levantarlos a ellos; va a tomar de tu tiempo.  Si tienes hijos, atiéndelos, cuídalos, guárdalos, haz lo que tienes que hacer con ellos, busca la manera.  Maravilloso que prediques en la iglesia, que sirvas en algún ministerio, pero métete con alguien, cuida a alguien, levanta a alguien, camina con esa persona, enséñale a esa persona, transfiere tu fe porque predicar lo puede hacer cualquiera; es lo que haces en el almuerzo, en la calle, en la semana; cuando tomas a una persona y le dices: te voy a enseñar a caminar por los próximos diez, doce, quince años.  Eso fue lo que hizo Jesús; predicaba a las multitudes, llenaba lugares maravillosos, pero les enseñó a sus discípulos a multiplicar también los panes y los peces, a sanar porque ¿de qué servía que Jesús sanara a todo el mundo y que no hubiera un Pedro que pudiera seguir con el legado?  ¿De qué nos serviría a nosotros levantar un gran templo, y no levantar gente grande?  

La meta es levantar gente grande con fe.  El templo es solo el instrumento donde nos reunimos, pero el trabajo y el esfuerzo lo hacemos todos los que estamos aquí día a día.

8 Comments
  • Luz Enith Glen
    Posted at 11:28h, 16 March Reply

    BENDICIONES Buenas son cada mañana.

  • Gertrudis toro
    Posted at 13:13h, 16 March Reply

    Amén pastor que Dios me lo siga bendiciendo.. Gloria a Dios

  • Maryori
    Posted at 15:08h, 16 March Reply

    Amén

  • Merly
    Posted at 15:10h, 16 March Reply

    Buenos días Dios los bendiga siempre, pido apoyo 3n oración por conversión. de mi familia y sobrinos, protección divina, gracias mil bendiciones

    • Posted at 17:17h, 17 March Reply

      Saludos Merly, oro por la vida de su familia. Oro por protección divina para la vida de cada uno de ellos y declaro que Dios los acompaña en cada paso que dan. Bendiciones para usted y ellos.

  • Nelson García
    Posted at 03:48h, 17 March Reply

    Amén bendiciones

  • Jhon
    Posted at 14:06h, 17 March Reply

    Amén y amén

  • SILVIA H. GÓMEZ A.
    Posted at 23:42h, 11 May Reply

    Amén. Bendiciones

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