31 Mar Todavía… pero Pronto. Ten Paz. 

Siempre ha sido el plan de nuestro Señor Jesucristo el ganar al mundo completo, que ningún alma se pierda.  El Señor no vino a la tierra a ser derrotado y fracasar en su misión y en su plan.  Sin importar lo que veamos, los rumores de guerra, el desastre que veamos, tenemos que estar conscientes que el plan de Dios se va a cumplir, y dentro de ese plan no tan solo estás tú, sino también toda tu familia.  Si no tienes esa convicción, ¿en qué vas a creer?  Sin esa convicción de salvación no tan solo aquí en la tierra sino viviendo esa vida familiar unida por la palabra de Dios y en el más allá la vida eterna, ¿en qué vas a creer?  Dentro del plan de salvación, de redención, están incluidos cada uno de tus familiares y seres queridos.  Tienes que creerlo con la misma convicción con que la palabra nos lo afirma.  

Estamos en un tiempo glorioso donde vamos camino a Semana Santa.  Este año, Cash Luna nos acompaña en nuestros servicios de Viernes Santo y Domingo de Resurrección.  Tendremos un tiempo glorioso.  Únete con nosotros en oración.  Estamos orando y creyéndole al Señor que tus familiares y seres queridos conocerán al Señor Jesús, que sus vidas serán transformadas por el poder del Espíritu Santo.  Envíanos los nombres de aquellos por los que quieres que oremos contigo, y vamos a declarar la palabra sobre sus vidas, esperando llenos de fe por una obra sobrenatural en tu familia.  

En Juan 20, se nos narra la aparición de Jesús a sus discípulos, luego de haber muerto y resucitado.  

“20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. 21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.”  Juan 20:20-23  

Palabras poderosas de nuestro Señor Jesús, donde comienza un proceso espectacular en el desarrollo de lo que es la iglesia en estos tiempos.  En el plan de redención, la meta de nuestro Señor Jesucristo es que todos lleguen al arrepentimiento, que no se pierda ni uno, que no se pierda tu familia, que no se pierdan tus hijos, tu matrimonio, sino que en el nombre poderoso de Jesús, podamos ver la salvación de cada uno de ellos.  El Señor no murió por algunos, sino por todos; y solo nuestra fe en el Señor Jesucristo nos puede mantener confiados de que, a pesar de lo que veamos, de lo que miremos a nuestro alrededor, esa palabra se va a cumplir.  

Antes del Señor poner una vez más de su Espíritu sobre los discípulos, lo primero que les dice es: tengan paz, tranquilidad.  Comienza hablándoles de paz.  Y lo primero que queremos es orar por paz para tu vida.  Los discípulos tenían miedo, temor; estaban perturbados por lo que habían visto, lo que había ocurrido.  Era estresante lo que ellos habían estado experimentando.  Podemos imaginar que no tan solo tenían los resentimientos, la tristeza de lo que ellos pensaban que iba a pasar y que no pasó; probablemente el miedo a lo que pudiera pasar, a la persecución, a cómo la gente los iba a tomar.  Estaban encerrados por miedo, por temor en aquel cuarto, pensando que todo terminó.  Y cuando el Señor Jesús llegó delante de ellos, lo primero que les dice es: paz.  Y eso te decimos a ti hoy: ten paz.  

Dios tiene cuidado de los tuyos, de tu familia.  Ten paz.  Dios tiene cuidado de ti.  Ten paz en este instante; ten paz durante esta temporada.  Dios tiene algo contigo más grande de lo que tú jamás habías pensado.  A veces, cuando comenzamos a caminar en las cosas del Señor y comenzamos a creer, nos acercamos a Él con unas expectativas y, de repente, cosas a nuestro alrededor comienzan a surgir, a pasar, cosas que no teníamos previstas.  Y nuestra mente comienza a perturbarse, y comenzamos a cuestionar dónde está Dios, dónde se encuentra el Señor, qué ha pasado; y a veces, vamos a la casa de Dios y lo que te dicen es que te levantes, que tengas fe, pero tu ser se ha estremecido.  Has estado viendo tus hijos caer, tu matrimonio desintegrarse ante tus ojos; en tu vida, las cosas se han tornado oscuras y no puedes pensar en más nada.  Hay intranquilidad en tu corazón.  Lo que esperabas que ocurriera, no ha ocurrido… todavía.  Pero pronto verás la salvación, la solución para tu vida, el milagro que tú estás esperando.  

Hay un tiempo de fe, de poder, de victoria, que Dios tiene reservado para ti durante esta temporada.  El Señor está contigo, no se ha olvidado de ti.  Él te visita hoy y te dice que su plan sigue en pie y que sigue siendo el mismo: salvar al mundo, incluyendo a los tuyos.  

Jesús les dijo: paz.  Y añadió: como me envió el Padre, así también yo los envío.  

“22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.”  Juan 20:22-23  

Luego de tú recibir paz, no te quedas en tu casa sin hacer nada, esperando a ver qué pasa.  Luego de esa paz en tu corazón, en tu interior, tú tienes que saber que has sido empoderado por el poder del Espíritu Santo, y que el Señor te ha enviado con la misma autoridad que Dios envió a Jesús.  Cuando tú vas a hablarles a tu familia, a tus hijos, tiene que haber una consciencia de empoderamiento espiritual por la persona del Espíritu Santo, tiene que haber una fe y una certeza de que Dios te ha enviado durante este tiempo para que puedas experimentar el poder de Dios a través de ti, y tu familia pueda recibir a Jesucristo como su Señor y Salvador.  

A veces, la gente comienza a tener paz, pero se vuelven inactivos; dejan de creer en el poder del Espíritu Santo.  No es que te les impongas o los manipules o los obligues porque no funciona así, pero tienes que creer que cada vez que tú oras, el Espíritu Santo te respalda; que cada vez que les lees la palabra, el Espíritu te respalda, que se desata el poder de Dios detrás de cada acción, de cada movimiento de fe, y que pronto verás la respuesta que tú estás esperando.  Te darás cuenta, cuando abras tus ojos, que ha habido grandes resultados en tu vida de forma sobrenatural y poderosa, que tu vida ha sido transformada, cambiada en el nombre poderoso de Jesús.  No dudes si el Señor va a respaldar la palabra.  Si Dios te ha empoderado, cada palabra que salga de tu boca será respaldada.  Esa es la confianza que tú tienes que tener.  No son tus habilidades y talentos, sino que es el mismo poder de Dios el que te respalda y te vas a dar cuenta que la gente será libre, tus hijos serán libres, y tu familia será transformada por causa de la obra del Espíritu Santo.  

Atrévete a salir, a caminar, a ir, a creer que tú y todos los tuyos serán salvos en el nombre poderoso de Jesús.  Hoy comienza una nueva temporada para tu vida.