14 Mar Ser para Hacer
Por mucho tiempo, se burlaban de nuestra iglesia, diciendo: esa es la iglesia de la super fe. Y parte de la idea de esta serie de mensajes es que recordemos un poco de nuestra herencia porque lo que hemos vivido como iglesia a través de los tiempos ha sido provocado por la fe que se nos predicó desde el principio, esa fe que la gente juzgó y que, tratando de sacarnos de ella, nos pusieron esa etiqueta de manera que desistiéramos; pero la realidad es que nuestra iglesia a través de los tiempos ha vivido una fe que no todo el mundo ha vivido en Puerto Rico. Por eso es que hemos sido criticados, pero al mismo tiempo, por eso es que hemos hecho muchas cosas que otros no han logrado; hemos sobrevivido, subsistido durante todo este tiempo, hemos impactado nuestro país. Somos el primer mega templo, la primera emisora de radio cristiana en Puerto Rico, el primer canal. Y lo único que hemos tenido a través de los tiempos es fe para trascender a las situaciones en las que, como puertorriqueños, vivimos en cada tiempo.
“4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.” Habacuc 2:4
Ahí no dice “por la fe”, sino “por su fe”. El mismo Cristo, en múltiples ocasiones, dijo: según tu fe, será hecho. Es por la fe que tú desarrolles.
Una de las manifestaciones más grandes de la fe es el compromiso. Pero no se puede tener compromiso, si no se tiene confianza. La fe se manifiesta en confianza, y la confianza, en compromiso. Los hombres y mujeres de la Biblia que hicieron grandes cosas para Dios, tendríamos que categorizarlos como súper fe. ¿Qué llevó a Abraham a tener tal compromiso de entregar a su hijo? En aquel tiempo, la gente hacía sacrificios, daba ofrendas, pero hubo un solo hombre que podemos decir que tuvo una súper fe y estuvo dispuesto a entregar a su hijo en aquel lugar. Para que nuestro Señor Jesucristo pudiera luego venir, necesitábamos a un hombre en la tierra que pudiera imitar la fe de Dios para abrir el camino de la promesa que Dios nos había dado. No hay otra manera de describir la fe de Abraham que no sea una súper fe. Eso demostraba el compromiso que tenía Abraham con Dios. Y para llegar a ese compromiso, hay que confiar. ¿Cómo confiar? Teniendo fe. Pero ¿por qué la gente no se compromete? Porque no tiene confianza. Y ¿por qué no tienes confianza? Porque ha habido gente en tu vida que ha defraudado tu confianza. Y cuando alguien defrauda tu confianza, se te hace difícil, eventualmente, comprometerte.
Si estuviste casado -por ejemplo – y la persona con la que te casaste defraudó tu confianza, ahora, con la pareja que vayas a buscar, te tardas en comprometerte porque alguien violó tu confianza. Por lo tanto, tratas de probar y probar hasta que alguien se gane tu confianza, antes de comprometerte; y esa es una relación a medias porque no puedes realmente tener una relación verdadera si no hay compromiso. La pregunta es entonces cómo restauras tu confianza para tener compromiso.
Para poder levantar la confianza, no tan solo es perdonar al que te falló, sino también a ti mismo. Porque cada vez que tú pones tu confianza en alguien y ese alguien te falla, el primero que te sientes mal eres tú, no porque te fallaron, sino porque te sientes tonto; dices: no debí confiar, no me vuelve a pasar. Te echas la culpa de haber confiado en alguien, y ahora tratas de perdonar a los demás, sin darnos cuenta que no es perdonando a los demás que restauras tu confianza, sino perdonándote tú primero, para que entonces puedas volver a confiar y poder volver a comprometerte.
Había un corito en la antigüedad que mucha gente nunca entendió, y decía: voy de camino a tierra de Canaán, a tierra de Canaán, sí; voy de camino, gloria, aleluya, a tierra de Canaán. Parece sencillo y bonito, pero en realidad la fe lo que hace no es atraer a ti las cosas, sino llevarte a ti a otro lugar. El pueblo de Israel salió sano y con plata y oro; el pueblo de Egipto le dio el dinero al pueblo de Israel, pero fue porque salieron a buscarlo. Dios les dijo a las mujeres israelitas: vayan y toquen las puertas de sus jefas, aquellas a las que les han servido, y díganles: dennos lo que es de nosotros. Si no había alguien que se parara en la puerta y buscara lo que les correspondía, el dinero no iba a llegar. Las mujeres hebreas no podían sentarse en sus casas a orar, diciendo: Señor, atrae el dinero. Dios les dijo: sal de tu tienda, ve y toca la puerta y diles que te den lo que te pertenece.
La verdadera fe no es para atraer cosas, sino para llevarte a todo lo que Dios te ha prometido. Tienes que moverte en esa dirección.
El problema es que la iglesia no ha entendido cómo es que trabaja la fe, y entonces, nos quedamos atados y paralizados por lo que el mundo nos ha dicho, sin darnos cuenta que es vital para nosotros entrar en la dimensión divina que nos provoque a caminar hacia lo que Dios tiene para cada uno de nosotros.
Antes que Adán pecara, todo estaba al alcance de su mano; todo lo que él necesitaba, estiraba la mano y lo alcanzaba. Cuando peca, ahora se va lejos de aquel lugar. Adán peca y Dios lo saca de la tierra prometida, del huerto del Edén porque no iba a dejar que el enemigo se quedara con aquello que Él había preparado para Adán. Era Dios diciendo: mejor te saco de este lugar para que algún día desees entrar aquí y para que pases toda tu vida persiguiendo aquello que yo te di, para que dejes de estar escuchando voces extrañas y algo se meta en tu interior, para que te atrevas a perseguir.
Que nunca se quite en tu vida el deseo de perseguir lo que Dios tiene para ti.
Dos palabras definían a los cristianos en aquellos tiempos: discípulos y peregrinos. Esa es la verdadera definición de un cristiano, alguien que es discípulo, alguien que hace lo que Dios dice, y alguien que nunca deja de caminar, sino que siempre persigue lo que Dios tiene para su vida, y está dispuesto a caminar cada día hacia todo lo que Dios le ha prometido.
Lo que pasa es que lo hemos visto al revés. No entendemos el poder de la super fe. Piensan que la super fe es para tú sentarte, vivir una vida mediocre y esperar que las cosas pasen; pero no funciona así.
“6 Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. 7 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. 8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. 9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.” Josué 1:6-9
En la versión en inglés, vemos mejor la profundidad de lo que se quiso decir en estos versos. En español dice primero esfuérzate y luego sé valiente; haz para que seas. Y ahí es donde está mucha gente; hay mucha gente con fe, tratando de hacer para alcanzar. Por eso es que la gente, tradicionalmente, pregunta: ¿qué tengo que hacer? El problema es que, cuando les dices lo que tienen que hacer, no lo quieren hacer. A un entrenador, siempre le preguntan qué hacer, y cuando responde que tienen que comer de cierta manera, hacer tantas repeticiones de tales ejercicios, entonces no quieren hacerlo porque en realidad hacer para ser es bien complicado. Pocos llegan en la vida haciendo para ser.
Si vemos la versión en inglés, dice:
“6 Be strong and courageous, because you will lead these people to inherit the land I swore to their ancestors to give them.” Joshua 1:6 (NIV)
Aquí no es haz para ser, sino sé valiente. Sé valiente porque tú vas a repartir la tierra. Sé para hacer. El llamado no era al pueblo, sino al líder. Porque Dios siempre necesita un líder que haya estado primero en el futuro para llevar al resto a donde nunca han estado, pero ese líder, cuando llegó allá, se dio cuenta de lo que era, no de lo que tenía que hacer.
Sé valiente porque antes de hacer, siempre se tiene que ser.
El problema es que la gente primero hace, creyendo que entonces van a ser. Y tú sí tienes que trabajar, pero desde el ser, no desde el hacer. Porque no son tus fuerzas las que te llevan a tu tierra prometida; es porque eres hijo de Dios que tienes derecho a ir a la tierra prometida. No es lo mismo. El problema es que aquel que cree que es hijo de Dios, pero no cree que tiene que hacer algo, entonces nunca alcanza nada porque piensa que la fe es para atraer y no para llevarte. La fe es para que, desde tu ser, tú vayas a todo lo que Dios te prometió. La fe no es para darte un carro, para darte una casa; la fe va a traer un carro, una casa, el día que tú seas todo lo que tienes que ser. Cuando camines hacia lo que Dios te ha prometido, todas las cosas van a aparecer.
El que está sentado en la casa, simplemente, esperando que las cosas pasen, es el que se frustra, el que critica, el que señala; pero es aquel que tiene la convicción de ser, el que alcanza. Tienes que ser valiente; eres un hijo de Dios y tienes que hacer, pero desde ese ser.
Por eso, la meta de la super fe es ser. ¿Por enviar doce hombres a mirar la tierra prometida? Diez de ellos vinieron con una definición basada en los gigantes, pero dos vinieron con una definición de que aquellos gigantes no eran nada. Era el mismo problema, dos definiciones diferentes. A unos, los gigantes los hacían sentir como saltamontes; para otros, aquellos gigantes eran pan y se los iban a comer porque Dios iba con ellos. No te sientas mal por ser de la minoría, mientras tú tengas la definición correcta. Atrévete a decirles a todos y quédate fijo en lo que eres, y cuando te digan que eres de los de la super fe, di: sí, ¿y qué? Pregúntales a dónde les ha llevado su fe porque siempre habla el que menos puede porque si se dijera que el que critica tiene una vida que uno quiera imitar, pues nos pondríamos a pensar, pero la mayoría de los que critican son mediocres, gente que no vive. Hay gente insoportable que pueden incluso decir ciertas verdades, pero las dicen con coraje, con odio; y tú no quieres ser eso. El enemigo, como no puede dominarte, siempre trata de definirte porque si te define de una manera incorrecta, entonces, te saca de lo que Dios te prometió. Entonces, desde ese lugar de una mala definición, tratas de atraer con tu fe, sin darte cuenta que nunca se trató de atraer, sino de ser. Be strong. Sé fuerte.
Deja de tratar y sé. El que trata es el que pierde la vida allá afuera porque tratando de ser feliz caen en cosas que no tienen que caer porque, entonces, el mundo es quien define lo que es felicidad, y la felicidad nunca viene del hacer ni del tener, sino que siempre viene del ser; y como eres, eventualmente, vas a tener.
El juego que hay hoy es uno de definiciones, y la iglesia tiene que estar clara: al pan, pan; y al vino, vino. Tú no puedes permitir que otra persona te defina, no puedes permitir que porque tú confíes en esa persona, te vaya a decir que tú estás mal; tienes que decirle: comiste de la manzana.
Jhon
Posted at 11:31h, 14 MarchGloria a Dios
Nelson García
Posted at 11:37h, 14 MarchAmén buenos días
Nely Silva
Posted at 12:19h, 14 MarchGracias Pastor Amén DÍOS LO BENDIGA
Ysabel esther mata garrido
Posted at 17:36h, 14 MarchQue bendicion tener la oportunidad de leer esta enseñanza bendigo al pastor otoniel y le doy las gracias a Dios por Permitirme entender que primero debo ser y después hacer a partir de este momento voy en dirección y en busca de lo que mi padre me ha prometido con una súper fe aleluya
nestor montenegro oliveros
Posted at 17:52h, 14 Marchmuchas gracias Pastor
Martha Lucia Hernández
Posted at 19:14h, 14 MarchAmen Toda la Gloria sea para Dios que Dios sea mi Fortaleza y mi ayuda
AMEN AMEN BENDICIONES
davi
Posted at 19:39h, 14 MarchGloria DIOS aleluya recibo esa palabra me apodero de ellla amen
YURI CHACÓN
Posted at 11:57h, 15 MarchPoderoso!!!! Gracias Dios.