No Pudiendo Esconderte por más Tiempo
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No Pudiendo Esconderte por más Tiempo

El término tesoro en la Biblia, lo vemos en diferentes dimensiones, en cosas espirituales, por ejemplo.  La palabra nos dice que hagamos tesoro en el cielo, donde el orín y la polilla no corrompen, donde el ladrón no entra; y nos explica cómo hacerlo.  Nos habla de tesoros como estos, de oro y riquezas que se encuentran, de abundancia que se puede encontrar y que Dios le entrega a su pueblo a través de toda la historia.  Eso lo vemos una y otra vez.  Pero cuando miramos el término tesoro de forma más profunda tenemos que saber que el tesoro más grande que ha estado enterrado en la tierra a través de los tiempos somos tú y yo.  

Tú eres el tesoro más grande para este planeta.  Mientras el hombre ha estado buscando grandes riquezas naturales, Dios siempre ha estado dispuesto a darlo todo para encontrarte a ti, y luego de pagar el precio por ti y comprar el gran tesoro, lo que Él quiere hoy es exponerte al mundo para que vea la grandeza que Él vio en ti.  

44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. 45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, 46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.”  Mateo 13:44-46  

Esta escritura claramente habla del propósito por el cual Cristo vino a la tierra.  Esta parábola nos habla de su intención; Él vio un tesoro en cada uno de nosotros, y lo escondió en la tierra, y vino y pagó el precio por el campo completo.  Él entregó su vida por ti y por mí, y pagó el precio por la tierra para sacarte a ti del lugar donde estabas escondido.  Tú has estado escondido en esta tierra a través de los tiempos.  Y cuando Cristo vio la grandeza que hay en tu vida, dejó todo lo que él era, se hizo hombre, murió por ti en el cruz del Calvario, pagó el precio para comprar la tierra, pero no porque le interesaba la tierra, sino el tesoro que estaba en ella.  Ahora, nadie busca un tesoro para esconderlo toda la vida.  Se compra la tierra para encontrar el tesoro, hacerse dueño del tesoro para luego poderlo exponer.  Tú y yo somos ese tesoro que está escondido, y no es opción para este tiempo estar escondido nunca más.  Si la gente va a conocer de Jesús y van a ver la gloria de Dios, va a ser a través de ti.  

9 Gran multitud de los judíos supieron entonces que él estaba allí, y vinieron, no solamente por causa de Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien había resucitado de los muertos. 10 Pero los principales sacerdotes acordaron dar muerte también a Lázaro, 11 porque a causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús.”  Juan 12:9-11  

Mientras Lázaro era amigo de Jesús, nunca presentó una amenaza para el mundo.  Jesús fue a casa de Lázaro, probablemente, múltiples veces, y nunca tuvieron grandes problemas con él.  Pero un día Lázaro muere, cae en una tumba, Jesús se para frente aquella tumba y le dice: sal fuera; tú no fuiste hecho para estar ahí; me rehúso a que te quedes en esa cueva, en esa tumba.  Él llamó y dijo: Lázaro, ven fuera.  Y cuando Lázaro salió de aquel lugar, arropado, lo descubrieron, lo mostraron al mundo, y desde ese día en adelante, más gente se convertía por el testimonio de Lázaro que por el mismo Cristo.  Eso es lo que Dios quiere hacer, sacarte de la cueva, de la tumba porque más gente va a llegar al conocimiento de la verdad cuando puedan ver la vida de un resucitado, cuando puedan ver a alguien que estaba escondido y ahora Dios lo ha sacado y lo ha manifestado.  

La gente llegaba a ver a Lázaro porque no podían creer de dónde había salido; y tú no puedes seguir escondido ni un minuto más.  No puedes permitir que las malas noticias, los problemas y las especulaciones erróneas, te hagan esconderte y detenerte del propósito de Dios para tu vida.  Es el momento de salir fuera, el momento de manifestarte, de que finalmente le muestres al mundo el tesoro por el cual Cristo murió por ti en la cruz del Calvario; lo dejó todo, compró la tierra completa solo para comprarte a ti.  ¿Qué haces oculto?  ¿Qué haces con miedo?  

El problema es que la gente sale y dicen liberarse, pero lo que hacen es vivir la buena vida.  Y la idea de vivir la buena vida es que no te importe lo que la gente piense y pasarla bien.  Y no está mal que la pases bien; el problema es que pasándola bien puedes perder demasiado tiempo y nunca veas realmente el máximo potencial en tu vida, y que no podamos ver todo lo que Dios quiere que tú seas, y quedes tú a la mitad, y nos prives del privilegio de ver la gloria de Dios a través de ti.  Por eso es que tú no puedes ser egoísta.  Tú tienes que ser todo lo que Dios quiere que tú seas para esta época.  Llegó el momento de salir y que el mundo te vea.  

Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, 2 la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses. 3 Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río.”  Éxodo 2:1-3  

Hay un momento donde tú no puedes estar más oculto.  Hay un momento donde tú no puedes estar más escondido, un momento donde lo que Dios está haciendo contigo no se puede esconder.  Jocabed escondió a Moisés por tres meses, pero llegó el momento donde no lo podía esconder más.  Tú no te puedes esconder más.  Lo que Dios va a hacer contigo, lo que Él quiere hacer contigo es para ahora, para este momento; no es para diez años.  ¿Cuánto tiempo más vas a pasar tú escondido?  Tiene que haber algo en tu interior que te diga: llegó mi momento, mi tiempo de lanzarme, de hacer algo, de atreverme, de arriesgarme.  Dice la Biblia que no pudiendo esconderlo más, preparó una arquilla; dijo: tengo que ponerlo en un lugar a que fluya.  Y lo puso en el río, que podemos decir que es el río del Espíritu Santo, y dejó que aquella canastilla llevara al bebé al lugar de las manos correctas, se atrevió a sacarlo de lo oculto y dejar que Dios se encargara de llevarlo al lugar que Él quería para que Moisés pudiera alcanzar el propósito de Dios para su vida.  Y qué poderoso es si tú te atreves ponerte en las manos de Dios en este tiempo, y le dices: Señor, ya se acabó, no me voy a esconder un minuto más; todo lo que tú has dicho que vas a hacer conmigo, todo aquello para lo que tú me has guardado, se manifiesta este año, ahora; me pongo en tus manos, llévame al lugar correcto, preciso, y que la gente pueda ver todo para lo que tú me has preparado.  

Olvídate de lo que la gente diga, de las críticas, de la condenación; haz lo que tienes que hacer, y decide que no vas a estar un minuto más estancado y escondido porque Dios te salvó y te sacó para algo más grande.  Debe haber una urgencia dentro de ti que te diga: no puedo estar más escondido.  Comienza a hacer la arquilla, comienza a hacer las cosas correctas para lanzarte.  Lánzate, atrévete a hablar, a salir, a prosperar, a creerle a Dios, a hacer cosas que antes no te habías atrevido a hacer; lánzate y créele a Dios a ver qué pasa, y deja que sea Él quien te lleve al lugar correcto.  Deja de pensarlo tanto.  No te puedes esconder más.  

El tesoro más grande de esta tierra eres tú, y esta tierra estás esperando que tú te manifiestes.  

Estamos hablando de tres meses de Moisés haber nacido; pero vayamos a ciento veinte años más adelante.  

5 Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová. 6 Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy.”  Deuteronomio 34:5-6  

Al principio, no lo podían esconder; a lo último, Dios lo escondió.  Y lo escondió al punto tal que nadie sabe dónde está.  El próximo verso que era de edad de ciento veinte años y que sus ojos nunca se oscurecieron ni perdió su vigor.  Estaba vivito y coleando.  Lo que Dios hizo fue que lo desapareció para que nadie más lo viera.  ¿Por qué a alguien tan lleno de vida, Dios lo entierra?  Es que Dios no te mantiene vivo porque tú tengas más años, sino que Él te mantiene vivo mientras tu propósito esté vivo; pero el día que no hay más propósito en tu vida, el mismo Dios que te descubre es el que te remueve y te esconde.  Dios tiene que escoger a Moisés porque Moisés no podía llevar al pueblo a la tierra prometida.  Dios tiene que esconder a uno para que se exponga otro.  Dios esconde a Moisés y se descubre Josué, quien cumple el propósito de llevar al pueblo de Dios a la tierra prometida.  ¿No fue lo mismo que pasó con Juan el bautista y con Cristo?  Juan el bautista dijo: es necesario que él crezca para que yo mengue.  En otras palabras, su ministerio tenía una sola temporada, un espacio de tiempo, y tenía que ser expuesto al mundo, mientras su propósito estuviera vigente.  Desde el día que Cristo nació allí en las aguas del río Jordán, ya el ministerio de Juan el bautista no era el mismo porque ahora el propósito había cambiado en la vida de otra persona; ahora el que tenía que brillar era Cristo.  Pero hace dos mil años, cuando Cristo murió y descendió el Espíritu Santo, ¿sabes a quién le toca brillar?  Te toca brillar a ti.  Cristo en ti es la esperanza de gloria.  Él ha puesto este tesoro en vasijas de barro.  

Por eso es que tú no puedes estar escondido, y no puedes limitarte a ser menos de lo que Dios quiere que tú seas.  Es tu tiempo de creerle a Dios, de decir: llegó mi hora, el tiempo de la manifestación de los hijos de Dios, y no me voy a esconder; si todavía queda propósito en mí, estaré presente para que, a través de mí, se cumpla lo que Dios ha prometido.  

Al principio, no se puede esconder; a lo último, Dios lo esconde.  Es Dios quien escoge quien se expone y a quién se esconde.  Hay cosas en este año que Dios enterró porque Él no quiere que tú las vuelvas a ver porque cumplieron su propósito en tu vida.  Hay relaciones que desaparecieron, negocios que desaparecieron, cosas que se fueron, que no vuelven.  Hay cosas que no van a volver a pasar, que no podemos buscar y rebuscar porque ya Dios las enterró y no vuelven; y Dios las enterró con el propósito de que tú sepas que hay algo nuevo que Él va a mostrar para llevarte a la tierra prometida.  Tú tienes que creerle a Dios. 

8 Comments
  • Wiliam Antonio Chacón Vargas
    Posted at 11:20h, 27 January Reply

    Amén claro tengo que tener fe y creerle a Dios sé que es grande lo que Dios quiere en mi bendiciones

  • Mary Hernández
    Posted at 12:39h, 27 January Reply

    Hola Pastor Otoniel, Gracias a Dios por su Vida y Ministerio.
    Me es muy grata y reconfortante, está información, ya que le he pedido a Dios, nuestro Padre Celestial, que me indique la forma de ser diferente para bien, con mis hermanos en Cristo y con mi comunidad.
    Y aquí puedo ver su respuesta. Seguiré atenta a toda la información que viene de Papá Dios. Bendiciones.

    • Posted at 19:58h, 01 February Reply

      Te bendigo Mary, sigue orando y creyendo y te aseguro que verás la mano De Dios obrando a favor de usted y su familia.

  • Alicia F.Glez
    Posted at 13:19h, 27 January Reply

    Amén y amén!! Gloria a Dios! Gracias Dios por tu Palabra, gracias Pastor Otoniel por compartir esta enseñanza que nos ayuda a crecer y es bendición en nuestras vidas. Bendiciones para sus vidas

  • Jhon
    Posted at 13:52h, 27 January Reply

    Amén, aleluya

  • Judith
    Posted at 06:19h, 28 January Reply

    Hermoso mensaje. Las palabras justas para lo que estoy viviendo.
    Gracias
    Dios le bendiga grandemente

  • Liseth Trujillo
    Posted at 16:49h, 28 January Reply

    Amén y amén a creer orar y confiar en mi Señor amén y amén Él me llevará ala tierra prometida amén y amén🙏🏽🙏🏽🙏🏽

  • Ana Silvia Zambrano Romo
    Posted at 20:36h, 20 February Reply

    Amé y la gloria sea para Dios en lo que vendrá, tu palabra se cumplirá en mi.

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