04 Jan El Río de tu Vida

“8 Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José;y dijo a su pueblo: 9 He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros. 10 Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra.”  Éxodo 1:8  

Dice la Biblia que este faraón se olvidó de José.  Lo peor que le pasa a mucha gente en nuevos puntos de partida es que se olvidan de quién les ayudó a estar en ese lugar.  Cada vez que Dios te da un nuevo comienzo, una nueva oportunidad, Él habrá usado personas para llevarte a ese lugar.  Y este faraón se olvidó que Egipto era lo que era porque José había sido usado por Dios para que llegaran a esa dimensión.  El día que tú te olvidas de quién te ayudó para llegar allí al punto de partida nuevo en que estás, lo dañas; extiendes temporadas que no tienes que extender.  

Este nuevo rey no solo se olvida, sino que también tiene miedo de lo que otros puedan hacer.  Las tres cosas que dañan el corazón en cuestión de relación con la gente, cuando Dios te da un punto de partida, es el resentimiento porque piensas en cómo usas ese lugar para tener revancha con aquellos; el olvidarte y el tener miedo de los que vienen.  Faraón nunca debió temer al pueblo de Israel porque, cuando tú tratas a la gente con justicia, nunca se rebelan.  Faraón lo que tenía que decir era: déjame ver cómo le hacemos justicia a esta gente, cómo vivimos con ellos.  Y nunca habría tenido que temer a que un día se rebelaran.  

Si tú quieres tener un buen punto de partida en tu vida, deja el resentimiento, no te olvides de los que te han ayudado hasta aquí, y no tengas miedo de lo que puedan hacer los que están delante de ti.  Si Dios te ha puesto en ese lugar, Él te va a cuidar, te va a proteger, y va a hacer contigo algo más grande.  Pero este faraón no entendió eso.  

“22 Entonces Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo: Echad al río a todo hijo que nazca, y a toda hija preservad la vida.”  Éxodo 1:22  

Cuando este hombre tiene este nuevo punto de partida, si hubiera tenido el corazón correcto, probablemente Egipto hubiera sido todavía más grande y poderoso; pero como el corazón estaba dañado, se olvidó quién los llevó hasta allí.  Tenía miedo de los que venían, así que mandó a matar a todos los muchachitos.  

Cuando vemos el momento en que pasa el ángel de la muerte, en el momento en que Dios ordenó que muriera todo primogénito de Egipto, la gente dice: ¡qué Dios malo!  Pero veamos Éxodo 1:22.  Egipto se encargó de ahogar a todos los primogénitos y a todos los varones del pueblo de Israel.  

La gente quiere orarse fuera de las consecuencias de sus malas decisiones.  No sabemos cuántos hijos varones de Israel, Egipto metió en aquel río.  Años después, eso se pagó con creces porque, cuando tú siembras maldición, maldición va a llegar a tu vida.  Pero aquellos que sembramos bendición, aunque vivamos temporadas difíciles, Dios se encargará de restituir todas las cosas.  

Egipto comenzó a matar a todos los niños varones; los ahogaron en aquel río.  Era el punto final, pensaban ellos.  Si mataban a los hombres, a los varones, no saldría el libertador, el pueblo se quedaría allí.  Aquel río se llenó de sangre, de cuerpos de pequeños bebés que eran asesinados.  Sabrá Dios cuántos terminaron en bocas de cocodrilos.  Una escena impresionante.  Había miles de personas allí, pendientes para acabar con esas criaturas.  Pero en el capítulo 2, lo que fue el punto final para muchos niños, lamentablemente, fue el punto de partida para otro.  

Del mismo río donde muchos murieron, uno salió vivo.  Dios usó el mismo río que acababa con todos los de aquella época, para llevar a uno al lugar correcto.  

El Dios Todopoderoso te va a hacer a ti navegar en el río donde otros están flotando, donde otros ya no existen, donde otros han muerto rodeados de cocodrilos y caimanes.  Dios te va a hacer navegar hasta las manos de las personas correctas, para darte el nuevo punto de partida que Él tiene para ti.  Eso es lo que Dios va a hacer contigo.  

Es innegable que, en medio de todo tu caminar, habrá gente que te haga daño.  Y tú puedes tener resentimiento, olvidarte de aquellos que te ayudaron y tenerles miedo, o puedes ver esta historia de Éxodo 2 de una manera diferente porque, de la misma manera que en este mundo habrá gente que te querrá hacer daño, la protección de Dios sobre tu vida siempre vendrá por gente.  Tu nuevo punto de partida, Dios siempre lo hará con personas especiales.  

En esta historia, vemos tres mujeres en particular.  Vemos a Jocabed, la mamá de Moisés, que vio algo especial en él.  Dios siempre va a poner gente alrededor tuyo que va a ver algo especial en ti, y que te van a cuidar por el mayor tiempo que puedan.  Te van a recordar la grandeza que hay en tu vida.  Nunca menosprecies cuando alguien te diga: siempre que te veo, veo que eres especial, hay algo grande en ti.  Nunca lo menosprecies porque esos son los Jocabed de la vida, que te están diciendo que hay algo grande para tu vida.  Son esos Jocabed de la vida los que están poniendo la arquilla para meterte en el río donde otros han perecido.  Es cierto que el río en que te van a meter, otros se han ahogado, los cocodrilos se han llevado unos cuántos; pero hay gente que está viendo que hay algo grande en tu vida, algo poderoso, y cuando te metan en ese río, vas a llegar al lugar correcto.  

Dale gracias a Dios por toda esa gente que, a través de todo el camino, te estuvieron escondiendo, guardando, cuidando.  A veces, los jovencitos no lo entienden, pero hoy tú puedes dar gracias a Dios de haber tenido unos padres que estaban pendientes todo el tiempo.  Cuando joven lo resentías, pero gloria a Dios porque es que, si no es así, la cosa se pierde.  Gloria a Dios por todos aquellos que Dios ha usado a través de tu vida para mantenerte, para dejarte saber que Dios tiene algo contigo.  No te desperdicies, no te dejes perder.  

Vemos, además, en esta historia, a la hermana de Moisés, Miriam.  Dice la Biblia que la mamá la mandó a que caminara al lado del río, mirando dónde iba la canastilla.  Hay gente que Dios va a poner para que, a la distancia, vayan dirigiendo para dónde tú vas.  Son gente que Dios va a poner a la distancia, que no son tan cercanos a ti, no están en el río contigo, pero de repente Dios les va a dar una palabra, te van a llamar, te van a decir: he estado mirando lo que estás haciendo, estoy viendo la mano de Dios.  Y son esas Miriam, que van a ir poco a poco dejándote saber que vas por el camino correcto.  

Dios siempre tiene gente que tiene su ojo puesto en ti, asegurándose que nada te pase en el río en el que tú vas.  

Y, por último, te están esperando las manos de la hija del faraón.  Hay gente que te hiere, gente que te lastima, pero Dios siempre tiene gente para protegerte.  Y cuando aquella canastita cayó en manos de la hija del faraón, fue pegarse en la lotería.  Aquella mujer, cuando cogió aquella canastilla, la abrió y vio a aquel bebé en aquel lugar.  Lo cogió y lo cuidó; pagó para que lo cuidaran, para que lo protegieran.  Pagó y se fue en contra de lo que su papá había dicho.  

Qué grande cuando Dios pone en el río de tu vida, gente que se va en contra de lo que el mundo ha dicho en contra tuya, y no tan solo eso, sino que te ayudan para prosperar y progresar.  

En este año, pedimos a Dios que veas estas tres personas en tu vida.  Vas a ver aquellos que van a impulsarte, a cuidar de ti, van a ponerte en tus manos todo lo que tú necesitas para lograr alcanzar un nuevo punto de partida para tu vida.  

El río que ahogó a muchos, a ti te va a llevar al lugar correcto.  Por eso, cuando llegues al nuevo punto de partida, que no haya resentimiento, que nunca te olvides de quién te llevó hacia ese lugar, y que no tengas miedo de los que vienen.  

Aunque te afecte la gente que te ha hecho pasar procesos largos, y te da resentimiento porque piensas que cuando llegues allí no vas a hacer nada, no los vas a ayudar; pero tú no puedes vivir de esa manera porque arruinarías el nuevo punto de partida que Dios tiene para ti.  

Olvídate de aquellos que te han querido hacer daño.  Dios tiene manos que te van a proteger, gente que te va a cuidar, que van a estar mirando que tu caminar vaya en orden, gente que, cuando caigas en sus manos, te van a prosperar, te van a dar oportunidades.  

Este va a ser un año de oportunidades, de puertas abiertas, de cosas que jamás pensaste que pasarían en tu vida.  Algo Dios va a hacer.  

El río que ahogó a muchos, fue el punto de partida para Moisés.  Y es nuestra oración que tengas el corazón correcto cuando llegues a ese lugar; que no te dañes, que sepas que más son las manos que Dios usa para protegerte, que las que el enemigo usa para dañarte, y que no importa lo que el mundo haga en contra tuya, Dios siempre te llevará al destino que Él tiene preparado para ti.