14 Dec Una Consciencia de Pacto
Para tú tener una plena convicción, necesitas tres experiencias: la Palabra, el Espíritu y el poder de Dios. Dice la Palabra en Romanos 8:28-29 que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, dice que esto es a los que conforme a su propósito han sido llamados, y añade que a los que llamó, predestinó. En el libro de Romanos, Pablo está explicándole a la iglesia cómo debe ser su relación con Dios. Para entender el capítulo 8 en particular, tenemos que entender que en los primeros 7 capítulos, Pablo va llevando a la iglesia a entender lo que es el plan de redención de Dios para su vida, de lo que realmente tenemos que estar convencidos. Hasta que llega al 8, y dice que Dios te predestinó y por eso nada de lo que pase puede detenerte porque tú eres un más que vencedor. Y si eres un más que vencedor, ¿quién te puede separar del amor que es en Cristo Jesús? Nada ni nadie. Esto es un grado de consciencia espiritual sumamente poderoso.
Dios no predestina eventos, sino personas. Vemos que estos versos dicen que a los que conoció, a esos predestinó. Conocer es un término de intimidad, de profundidad. Y tú has sido conocido por Dios.
Dios no predestina eventos, sino gente. Cuando entiendes que Dios te ha predestinado y entiendes lo que es ser predestinado, ningún evento que te pasa ni te detiene ni te paraliza en alcanzar el destino de Dios para tu vida, sino que tu confianza está en que el destino para el cual Dios te ha predestinado se va a cumplir, y aunque no sepas cómo Dios lo va a hacer, el reguero de tu vida Él lo va a tornar para bien. Esa es la especialidad de Dios. Él es experto en coger el reguero de tu vida, y arreglarlo, para que al final se cumpla, no tu propósito, sino el propósito de Él a través de ti. Lo que tú tienes que preguntarte es para qué tú naciste, y no para ti, sino para qué Dios te hizo nacer para Él en este tiempo porque tu función dentro del plan de Dios en esta tierra es lo que te hace a ti un predestinado para este momento. Y no importa lo que te ocurra, lo que te suceda, todo va a obrar para bien. Vas a ser un más que vencedor, si tienes consciencia y claridad acerca de esto. Por eso es que tienes que estar convencido de esto.
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.” Romanos 8:1
Pablo comienza a hablar y a explicar el desarrollo del cristiano, hasta que llega aquí y dice: ahora, ninguna condenación hay. Esa palabra “ahora” lo que quiere decir es que esto es por causa de lo que te ha dicho en Romanos 1 al 7. Ninguna condenación hay para los que andan según el Espíritu de Dios. Esa gente no es perfecta, no es que no vayan a tener problemas, pero son predestinadas, llamadas, escogidas por Dios. Van a tener tribulaciones, los van a acusar, pero ellos son más que vencedores en Cristo Jesús. Han llegado a un grado de consciencia y de conexión con Dios que los lleva a estar convencidos de esto.
La pregunta es cómo tú sabes que eres predestinado, que eres llamado. ¿Cómo puedes tener esa consciencia clara en tu vida? ¿De qué predestinación Dios hablaba?
Cuando hablamos de estos temas, no podemos perder de vista el aspecto del pacto de Dios. Tenemos un Dios que tiene un pacto con la humanidad, con la creación y con sus hijos; pacto en el cual entramos por convicción propia, aceptando el llamado de Dios. Cuando tú tienes una relación de pacto con Dios y Él contigo, ambos están íntimamente ligados por ese pacto. Ese pacto te da una seguridad. Cuando el matrimonio es uno de pacto, hay una seguridad. Una mujer que ve que su esposo ora, se siente segura, aunque su esposo por el resto de su vida tenga un carácter difícil. No teme porque sabe que su esposo tiene una relación con Dios. La imperfección de su esposo no le crea inseguridad porque la relación de pacto que tiene el hombre con Dios, le da una seguridad de que el pacto que han hecho entre ellos también se va a cumplir.
Tus hijos también tienen una seguridad contigo. Por más problemas que tengan, saben que tú siempre vas a estar ahí. Pero tú no piensas así a veces de tu pareja. La diferencia es la consciencia en la relación; una consciencia de pacto. No es por minimizar el matrimonio, sino todo lo contrario; el matrimonio debería ser ese lugar y fundamento de todo lo demás. Lo que tienes que ver es el cambio de consciencia que requiere.
En la Palabra, vemos la evolución de la relación de Dios con el hombre desde que Adán peca. Más adelante, vemos a Abraham, quien acepta hacer un pacto con Dios. ¿Cómo se forma el pueblo de Dios? Por un pacto. Dios le pide a Abraham que haga algo: deja a tu padre y a tu parentela; déjalo todo y únete conmigo. ¿No recuerdas tú que eso fue lo que dijo Adán cuando vio a Eva? Dijo: dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer. Dios le pide a Abraham lo que ya Adán sabía que pasaría desde un principio cuando alguien encontrara a alguien por quien dar su vida. Y Abraham entonces, ahora, decide buscar a Dios y seguirle; así que deja todo. Ahí comienza una relación de pacto, donde Abraham comienza a encontrarse con Dios de manera especial, y comienza a formar el pueblo de Dios, que se compone de gente que nació bajo Abraham, pero también aquellos que se unieron al pacto. Para ser del pueblo de Dios, había que entrar en el pacto. ¿Cómo se entraba en el pacto? A través de la circuncisión. Todo hombre que naciera dentro de la casa de Abraham, tenía que ser circuncidado. Si no lo hacías, no habías aceptado el pacto; así que, aquello para lo que fuiste predestinado no podía pasar porque no habías aceptado el pacto. Ahora, alguien de afuera que entrara en la familia tenía que ser circuncidado; y aquello para lo que Dios predestinó a Abraham, también estaba predestinado para tu vida. Por eso, Pablo, en el Nuevo Testamento, habla de la circuncisión; y la circuncisión que importa hoy no es la física, sino la del corazón.
Esto lo vemos más claro en la vida de Rut, por ejemplo. Cuando Noemí no tenía más nada que ofrecerle a las nueras, una dijo: me voy. Otra dijo: tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. ¿Qué hizo Rut? ¿Estaba ella predestinada a casarse con Booz? Sí, porque ya pasó. Pero ¿cómo entró ella en eso? Porque el día que ella tuvo que decidir, aceptó ser parte del pacto divino, por lo que entonces ahora es predestinada.
Tu predestinación proviene del pacto de Dios a través de Cristo, donde tú aceptas dejar el pasado, el ayer, y comienzas a vivir por él y para él. El pacto representa no tan solo los beneficios de Dios para tu vida, sino el cumplimiento de tus responsabilidades de lo que eso requiere. Requiere aceptar ese pacto en ti. Lo que pasa es que no somos perfectos; y como no somos perfectos, una de las peores cosas que va a venir a nuestra mente, es la condenación y la culpabilidad de nuestros errores. Y el problema es que, cuando cometemos un error, cuando fallamos y llega condenación, culpabilidad a nuestra vida, nos sentimos separados de Dios, pensamos que fallamos; y es verdad, cometiste un error; pero eso no te hace salirte fuera de la relación que tienes con Dios porque lo que Cristo hizo por ti en la cruz del Calvario es más grande aún que cualquiera de tus acciones. De lo que tienes que librarte es de la condenación que llega a tu vida, y esa condenación llega muchas veces por las cosas que estás viviendo.
Jhon
Posted at 13:00h, 14 DecemberAmén, muchas gracias
Martha Lucia Hernández
Posted at 15:35h, 14 DecemberAMEN GRACIAS POR ESTE MENSAJE TAN BONITO
DIOS LOS BENDIGA
Fredis Soliz
Posted at 17:37h, 14 DecemberBendito Sea El Nombre del Señor Jesucristo, A Él sea la Honra y la Gloria
Por siempre y para siempre.
Bendiciones Pastor
Wiliam Antonio Chacón Vargas
Posted at 04:34h, 15 DecemberAmén y bendiciones