Gente Predestinada
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Gente Predestinada

Todos tenemos que admitir que ninguno de nosotros somos los mismos desde que comenzó la pandemia.  Desde que anunciaron el encierro, por ejemplo, ninguno somos los mismos.  Nuestras prioridades han cambiado.  Nuestras metas en la vida han cambiado; lo que pensábamos que era importante, ya no lo es.  Lo que visualizábamos como necesario, ahora lo vemos como secundario.  La gente con la que tú trabajas no son las mismas ni lo serán.  La gente en la iglesia no es la misma, los estudiantes no son los mismos, los maestros tampoco, la sociedad, los problemas; nada es lo mismo.  Pero algo tú tienes que saber: el propósito de Dios sigue siendo el mismo.  Su propósito sigue siendo mostrar su gloria en el mundo entero a través de sus hijos.  Y aunque no somos los mismos y hay cosas que han cambiado, nuestra percepción de Dios no puede cambiar.  

Es posible que tengas que hacer un negocio diferente a como habías pensado anteriormente.  Puede que tengas que hacerlo virtual en lugar de físico; puede que tengas que aprender a trabajar con la computadora de una manera que antes no habías considerado.  Pero no puedes dejar de pensar que Dios te va a respaldar.  Dios te respalda con el negocio en el centro comercial, y te respalda con el negocio digital.  Dios sigue siendo el mismo, aunque el plan haya cambiado.  Su propósito se va a cumplir en ti.  Tu percepción no puede cambiar.  Dios es quien provee, Él es quien suple.  Y tú eres parte esencial del plan de Dios para este tiempo en tu país, en tu ciudad.  

En Romanos 8, Pablo está diciendo que la tierra gime por la manifestación de los hijos de Dios.  Él usa la imagen de una mujer embarazada, y dice que la tierra completa gime.  Una mujer no está preñada solo en la barriga, sino que todo el cuerpo lo sabe.  Y el apóstol Pablo dice: toda la creación está preñada, toda la creación sabe que Dios tiene un propósito más grande y toda la creación tiene los tumultos, los ruidos, los dolores, tiene molestias, todo le hiede y tú no te explicas qué le pasa, pero es que está preñada y no es solo en la barriga.  No hay tal cosa como preñarse en una sola parte; cuando una mujer está preñada, lo está en todas partes.  Los pies se hinchan, las manos también, tiene cambios de ánimo, a veces no quiere ni que la toques.  No puedes compartimentar.  Cuando una mujer se preña, se preña completa.  

Y de la misma manera, el propósito de Dios que ha preñado a la tierra y al mundo, tú lo vas a ver hinchado por todos lados.  

Vas a ver cambios de gobiernos, desastres, problemas; pero también vas a ver bendiciones.  No vas a entender, te vas a preguntar qué está pasando; y la respuesta es sencilla: la tierra está preñada y no se puede preñar un solo lado; se preñó toda la tierra.  Toda la tierra lo que está esperando es la manifestación de los hijos de Dios, de los creyentes, lo que dice el apóstol Pablo.  El problema está en que, cuando vemos todas estas cosas, no realizamos cómo procesarlas correctamente.  Y no entendemos entonces lo que Pablo dice.  

28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”  Romanos 8:28  

¿Cómo tú sabes que a los que aman a Dios todo les ayuda a bien?  Y ¿cómo tú sabes que es de acuerdo al propósito de Dios?  Y el siguiente verso dice que está hablando de aquellos a los que Dios predestinó para algo grande.  

29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.”  Romanos 8:29  

Dios no predestina eventos.  Él predestina gente.  “Porque a los que antes conoció, también los predestinó…”  Dios predestina gente, de modo que, venga el evento que venga, si tú estás predestinado, comoquiera lo que Dios dijo que va a hacer contigo, se va a cumplir.  

¿Cómo Pablo dice que sabemos eso?  Porque en todo el Nuevo Testamento lo que vemos es gente predestinada para cumplir el propósito de Dios -no el de ellos.  José fue predestinado.  Desde pequeño, José sabía que Dios lo había llamado para algo grande.  Él no sabía todo para lo que Dios lo había llamado, pero Él sabía que Dios lo había llamado para algo grande.  Un día soñó, y sus hermanos lo criticaron, su papá lo criticó, pero con todo y eso, todavía José decía: Dios tiene algo para mí.  Ahora venden a José.  ¿Estaba predestinado que vendieran a José?  Sí, pero eso lo sabemos porque ya pasó.  El evento predestinado es el que pasó, no el que pensamos que va a pasar.  José estaba predestinado para ser el primer ministro de Egipto porque Dios sabía que tendría que poner a José en un lugar para, dentro de cierto tiempo, salvar a toda la tierra de Egipto y de Israel.  Cuando José soñó, soñó que iba a ser el jefe, pero nunca soñó que sería el jefe para salvar a sus hermanos; él pensó: soy el jefe para mandar a mis hermanos.  Si tú miras todo lo que te pasa basado en tu propósito, entonces piensas que Dios no te ama porque cómo, si siempre soñaste ser jefe, eres esclavo.  Por eso es que José, cuando llega a ser primer ministro, les dice a sus hermanos: ustedes tenían mala intención, pero Dios lo tornó para bendición y me trajo aquí para salvarlos a todos ustedes; por eso es que yo no estaba solo, sino que iba adelante.  

¿Estaba predestinado que José sería vendido?  Sí, pero lo sabemos solo porque ya pasó.  ¿Tenía Dios que venderlo para que llegara a ser el primer ministro?  No.  Dios le dice a Abraham: tu descendencia será esclava por cuatrocientos años.  Pero cuando el pueblo de Israel salió de Egipto, llevaban cuatrocientos treinta años.  ¿Se equivocó Dios?  No.  Lo que pasa es que, para que el pueblo de Israel fuera libertado, había alguien que había sido predestinado, pero que estaba en el desierto dando vueltas.  Entonces, lo que se supone que tardara cuatrocientos años, tardó cuatrocientos treinta porque el predestinado estaba fuera de lugar; y hasta que el predestinado no entrara en su sitio, no se iba a cumplir lo necesario para que fueran libres.  Por eso es que Dios no predestina eventos, sino personas.  ¿Estaba predestinado que Moisés fuera al desierto?  Sí.  Cuando lo leemos hoy, tenemos que decir que sí porque ya pasó.  Y tenemos que decir que Dios usó el desierto para que obrara para bien.  Lo que tú tienes que entender es que tú, hoy, en vez de estar preocupado por los eventos por venir que tú no sabes que van a pasar -y no te debe importar lo que va a pasar-; lo que tú tienes que estar consciente es que, a pesar de lo que pase, hay algo grande que Dios quiere hacer a través de ti, y eso es lo que importa.  

Tú abres tu nevera y tu alacena y tienes allí productos, pero lo que dices es que no hay nada de comer.  ¿Por qué?  Porque tú no eres chef profesional, que puede coger el pedazo de carne que sobró y picarlo en tiritas, coger los fideos, y preparar un plato.  Ese chef coge todo lo que tú piensas que no pega porque, cuando tú no tienes la salsa prehecha, no te das cuenta que en tu casa tienes todos los ingredientes para hacerla porque tú no tienes el conocimiento de cómo hacerlo.  Un chef, donde tú pensaste que no había nada, saca algo que tú no sabías que estaba allí.  Y eso es lo que hace Dios en tu vida.  Todas las piezas que tú no sabes cómo armar, Dios las está armando.  Pero no para tu propósito; no es para darte la luna de miel que tú quieres, la boda que tú quieres; es más, la boda se va a arruinar, tu plan se va a arruinar, pero el plan de Dios se va a cumplir.  Por eso es que tú tienes que amarlo a Él por encima de todas las cosas y no dudar nunca de su amor.  Esa es la clave.  

En tu vida hay cosas que se arruinan, que se pierden, que pasan y nos hacen cuestionar el amor de Dios.  Pero es que vemos el amor de Dios basado en nuestro propósito.  María podía pensar como algunos: si Dios me hubiera amado a mí y si hubiera sido yo tan bendecida, no hubiera yo dado a luz en un pesebre.  Pero María no tenía esa actitud, sino que en el pesebre se sentía bendecida y favorecida porque, a través de ella estaba viniendo nuestro Salvador.  

Tú no sabes lo que Dios va a sacar de ti, lo que va a sacar a través de ti; y mientras tú estés conectado única y exclusivamente por lo que tú quieres para ti, tratarás de usar la fe para tu propósito y pensarás que Dios no te ama porque tú no entiendes todo lo que te ha pasado.  Podemos decir que todo lo que te ha pasado estaba predestinado porque ya pasó, pero lo más grande no es lo que te pasó.  Lo más grande es que ni tribulación ni angustia ni nada cambia el propósito que hay en tu vida al cual tú has sido predestinado, y Dios va a usar todo lo que ya te pasó; no sabemos cómo Él lo va a arreglar, pero Él va a hacer que obre para bien.  

El reguero de nuestra vida, nosotros no sabemos cómo Dios lo va a arreglar, y ahí es donde entra la fe.  ¿Estaba predestinado que el templo se perdiera?  Sí.  Porque ya pasó.  Pero Dios todavía nos sigue amando porque con templo o sin templo, nada nos separa del amor que es en Cristo Jesús; ni tribulación ni angustia.  Y la fe es nuestra expectativa que de ese reguero Dios va a hacer algo gigantesco.  Estamos expectantes por el futuro porque, si en algo es experto Dios, es en coger regueros y tornarlos en cosas maravillosas.  Esa es nuestra fe.  

Ahora bien, la fe no es ni el amor se basa en que vamos a hacer un edificio -que será hermoso – pero lo más grande no es el edificio.  Lo más grande es toda la gente que llegará de todas partes del mundo, todo lo que Dios va a hacer, todo lo que Dios va a cambiar.  Porque Dios no está en el negocio de construir edificios; Él está en el negocio de mostrar su gloria en el mundo entero, y todo lo que ha pasado, Dios lo va a unir; Él va a juntar todo lo que tú ves como desastre.  Otros tratan de interpretar los tiempos, pero tú interprétate a ti, entiende que tú eres predestinado para este tiempo.  

Aunque no vendieran a José, comoquiera él iba a terminar en el lugar que Dios había dicho porque no importa los eventos, sino que el propósito de Dios se cumpliera.  Por eso es que tú no puedes estar pendiente a los eventos, sino a todo lo que Dios está haciendo.  Y aunque no parezca, Dios está haciendo algo grande en esta tierra.  Los tumultos, las noticias lo que te deben decir a ti es que hay algo que Dios se tiene entre manos porque el mundo entero está preñado.  Y tú lo que tienes que saber es que tú eres parte de ese plan.  Algunos jugarán un papel más prominente, pero ninguno quedará sin ser pieza clave dentro del plan de Dios.  En un juego de ajedrez, con un peón se puede hacer una gran jugada para ganar.  Y en el juego de Dios no importa la pieza que seas, nunca seremos el rey, el que va delante, pero somos parte de la estrategia de Dios.  Y tienes que saber que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, para que se cumpla el propósito de Dios a través de ti.   Y ahí es donde tú vas a saber que nada ni nadie te va a convencer de lo contrario.  

Lo que te pasó estaba predestinado, pero no juzgues tu destino por lo que te pasó porque Dios no predestina eventos, Él predestina gente, y a pesar de los eventos, la gente predestinada llegará al lugar que Dios ha determinado.

6 Comments
  • juan carlos ojeda cornejo
    Posted at 11:48h, 13 December Reply

    muchas gracias por este mensaje Pastor Otoniel , Dios lo bendiga

  • Jhon
    Posted at 22:53h, 13 December Reply

    Amén, Gloria a Dios

  • Jáder Hélber Muñoz Narváez
    Posted at 01:28h, 14 December Reply

    Dios bendiga grandemente este hermoso ministerio. Un fuerte abrazo desde Popayán, Colombia! 🙏🇨🇴

  • Nelson García
    Posted at 10:20h, 14 December Reply

    Amén así será gracias Señor té amamos te bendecimos te alabamos gracias por tu amor y bondad por cada uno de nosotros mi casa y yo estamos para servirte

  • Nelson García
    Posted at 10:21h, 14 December Reply

    Amén así será gracias Señor té amamos te bendecimos te alabamos gracias por tu amor y bondad por cada uno de nosotros mi casa y yo estamos para servirtex

  • Gladys Alvarez
    Posted at 17:19h, 14 December Reply

    Gracias, Grandiosa palabra; entender que desde siempre el pensamiento de Dios para con sus hijos se cumplirá pase lo que pase como el ejemplo de José, lo ignoraban, no creyeron en sus sueños más lo venden como es lavo, y allí comienzo la manifestación de lo que Dios tenía ya predestinado para el. El segundo después del Faraón deEgipto. Y los reconocen sus hermanos y vuelve a verlo su padre. Aleluya!!

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