La Identidad de Dios
11311
post-template-default,single,single-post,postid-11311,single-format-standard,bridge-core-3.0.5,mec-theme-bridge,qi-blocks-1.2.7,qodef-gutenberg--no-touch,qodef-qi--no-touch,qi-addons-for-elementor-1.6.9,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,qode-theme-ver-29.1,qode-theme-bridge,wpb-js-composer js-comp-ver-6.9.0,vc_responsive,elementor-default,elementor-kit-14558

La Identidad de Dios

En nuestra mente utópica, pensamos que Adán estaba en el lugar perfecto.  Lo tenía todo; tenía fruto al alcance de su mano, tenía abundancia; aquel era un lugar donde Dios caminaba con él, un ambiente propicio para Dios estar allí, y con todo y eso fue tentado.  Jesús, por el contrario, estando en un lugar donde no tiene los recursos, igual es tentado.  Porque tú eres tentado por disfrutar de un fruto y por abstenerte de él.  Jesús es tentado después de cuarenta días de no probar.  Todo aquel que piensa que si se abstiene y se somete no será tentado, se equivoca; y todo aquel que piensa que teniendo suficiente podrá vencer la tentación, también.  Porque el mal no está en el fruto, sino en la decisión del individuo.  

Otro contraste entre el primer y el último Adán, es que en el tiempo del primer Adán no había consciencia de pecado, no había ambiente de pecado, no se sabía las consecuencias, no se conocían los resultados del pecado.  Por lo tanto, cuando Adán peca en aquel momento dado, cede a la tentación, fracasa en ese momento, entonces es que se abren sus ojos para ver las consecuencias de aquella mala decisión.  Versus nuestro Señor Jesucristo.  Jesucristo estaba en un tiempo donde ya el pecado existía, donde ahora se conocían las consecuencias, se sabía lo que iba a pasar, lo cual te demuestra que la ignorancia y el conocimiento tampoco te eximen del pecado.  El tú mantener a tus hijos ignorantes del problema del mundo, no los exime de que algún día van a ser tentados, igual que tener mucho conocimiento de la palabra de Dios y de la Biblia tampoco te exime de ser tentado.  La tentación llega por causa de la debilidad humana, de los momentos cruciales donde tenemos que tener una transición, una transformación de crecimiento y desarrollo en nuestra vida.  

Tú tienes que saber que en esta vida ha habido uno solo que ha podido vencer la tentación; y porque ese solo venció la tentación es que tú hoy tienes acceso y disponibilidad al trono de la gracia.  De ninguna manera este mensaje va para que tú llegues a ser perfecto.  Este mensaje es para que tú sigas progresando en el proceso de la santificación en tu vida, no para que te entregues, pensando: pues si todo el mundo falla, yo también voy a fallar.  Tiene que haber un momento donde tú madures, crezcas y vayas por el progreso de la santificación y tu vida vaya mejorando cada día más, pero ten por seguro que el único que venció la tentación y el que pasó la prueba con excelencia, lo que hizo fue abrir la puerta para ti, para que tengas acceso a tu Padre celestial; y ese se llama Jesús.  En él es que está tu dependencia.  

Veamos la similitud de la tentación.  

12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. 13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.”  1 Corintios 10:12-13  

Tú soportas hasta que encuentras la salida, y la salida ya fue dada tan pronto llegó la tentación.  La pregunta es si soportas la prueba para vencer la tentación, hasta que la salida llegue.  

Cuando vemos la tentación de Adán y vemos la de Jesús, nos vamos a la misma esencia de todas las cosas.  Ambos fueron tentados con palabras que tergiversaban lo que Dios había dicho.  Cuando la serpiente le habla a Eva, todo lo que la serpiente dice es las mismas palabras de Dios repetidas pero de forma tergiversada; con uno o dos detalles que no eran correctos; por ejemplo, ese “con que Dios te dijo que no toques el árbol”; cuando Dios no dijo que no tocara, sino que no comiera.  Cuando le dicen a ella que no toque y ella toca, se da cuenta que nada pasa por tocar, y por lo tanto, como tocó y no pasó nada, pues entonces, el pensamiento era que tampoco debía pasar nada por comer.  Todo fue por cómo se tergiversó.  

En los tiempos que estamos viviendo, el derecho que más se quiere luchar es el derecho de la mujer a elegir porque se le dice a la mujer que si tiene alguna limitación en elegir, no es verdaderamente libre, que si hay un límite para tú elegir, o un límite acerca de lo que se debe o no se debe hacer, un límite moral en lo que se debe y no se debe hacer, tú no eres verdaderamente libre.  Pero la primera mujer que luchó esa libertad, lo que hizo fue caer en tentación.  Y el hombre, eventualmente, conociendo, también cae en lo mismo.  Todo aquel que quiera vivir en libertad para escoger más allá de lo que Dios ha dicho que tú debes escoger y lo que debes hacer, eventualmente, se vuelve esclavo de la decisión que pensaba que lo iba a hacer libre.  Ahí es donde vemos el juego de palabras en la mente, en la psiquis emocional.  

Las polémicas que se nos presentan hoy, no hay manera de ganarlas.  No importa el lado que tomes, ambos son igual de extremistas, izquierda y derecha; por un lado te ponen una claúsula con la que no estás de acuerdo, y eventualmente, cuando vienes a ver, estás en el medio con quinientos problemas y un reguero en la cabeza.  Cuando en realidad, en la palabra del Señor, las cosas están claras.  Todo lo que hizo la serpiente fue tergiversar un poco lo que Dios había dicho.  

Por lo general, pensamos que en lo que el enemigo quiso tentar a Jesús fue en su identidad porque todo lo que el enemigo le dice, lo comienza con la frase: si eres el Hijo de Dios.  Así le tentó, diciendo: si eres el Hijo de Dios, convierte estas piedras en pan; si eres el Hijo de Dios, lánzate de este lugar y los ángeles te van a buscar.  Y siempre se ve eso como un ataque a la identidad de Jesús, pero ¿quién le había dicho a Jesús que era el Hijo de Dios?  El Padre celestial, cuarenta días atrás.  Por lo tanto, todo lo que el enemigo está haciendo es tergiversando lo que el Padre le había dicho cuarenta días atrás.  No era tanto la cuestión de la identidad de Jesús; la cuestión no era si Jesús creía quien él era, sino si creía lo que el Padre había dicho que él era.  

Nunca se ha tratado de que tú creas quien tú eres, sino que tú creas lo que Dios dice que tú eres.  Queremos resolver la identidad de la gente dándoles autoestima, motivación, inspiración; el tema de la identidad es uno muy difundido; pero respecto a la tentación, aquello constituía una tentación porque lo que lo había llevado al desierto con seguridad es que el Padre, cuarenta días antes, cuando Jesús fue bautizado, le dijo: tú eres mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.  Jesús no había hecho un milagro, no había sanado a nadie, no había salvado a nadie, y el Padre le está diciendo: tú, como Hijo, me traes placer.  Y todo lo que en realidad va a hacer la tentación, es provocarte a que tú cuestiones la paternidad de Dios en tu vida.  Esa es toda la tentación que tú vas a tener en la vida.  

Por lo general, la gente mira la tentación única y exclusivamente con todo lo que tiene que ver con pecado, con sexo.  Pero la realidad es que todos somos tentados a diario en una cosa: en que si crees que eres hijo de Dios, y más que ser hijo de Dios, si tú crees que Él es tu Padre.  Porque no se trata de la identidad tuya, sino de la identidad de Él.  Lo que el enemigo siempre va a tergiversar no es tu identidad, porque al fin y al cabo, si tú no sabes quién tú eres, pero sabes quién es Dios, eso está resuelto porque tú no tienes que saber quién tú eres, si sabes quien es tu Padre.  Y todo lo que el mundo quiere hacer hoy es separarte del Padre, de toda figura de autoridad.  

Cuando el enemigo tienta a Jesús, es con esta misma estrategia; tergiversó para poner duda en lo que el Padre le dijo.  Cuando Dios crea a Adán y a Eva, todavía no se tenía el concepto de Padre, de esa paternidad de Dios, pero Dios se comporta como un padre; les da todo, les entrega todo, resuelve el problema de soledad, lo cuida, lo guarda, desea lo mejor para él.  En el Nuevo Testamento, volvemos al mismo cuestionamiento.  Y la razón por la que el enemigo usa siempre “si tú eres Hijo de Dios…”, no era para atacar la identidad de Jesús, sino para que Jesús dudara del Padre, que era quien lo iba a sostener por los próximos tres años y medio.  Si Jesús salía de allí dudando del Padre celestial, no hubiera multiplicado los panes y los peces, no hubiera tenido autoridad para orar porque, cuando él multiplicó los panes y los peces, lo que dijo fue: Padre, gracias porque tú siempre me escuchas.  Cuando pidió que se perdonara a la gente que lo estaba crucificando, dijo: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.  Por tres años y medio, lo que le hizo caminar con seguridad a Jesús era una sola cosa: él sabía no solo quién él era, sino quién era el Padre que le acompañaba, que caminaba con él.  En el momento que el enemigo pone duda en quién es tu Padre, entonces, es cuando comienza la verdadera tentación en tu vida.  

La tentación de Jesús la podemos definir en tres cosas:  

  1. Consumir.  Te abstienes de algo, y ahora lo que quieres es consumir.  Quieres comer, quieres cambiar piedras en pan para consumir de más.  ¿No es esa una tentación que todos tenemos?  Consumir de más, comer de más, comprar de más, tener de más.  El consumerismo nos dice diariamente: si no compras, si no tienes, si no comes no eres nada.  Cuando se te dice que te tienes que abstener de algo, automáticamente, tú dices: ¿quién es esta persona para limitar lo que yo puedo tener, lo que puedo comer?  Es interesante porque ahí viene de las más grandes tentaciones que vas a tener en toda tu vida: la de tú mismo proveerte todas las cosas.  
  2. Protegerte a ti mismo.  
  3. Exaltarte a ti mismo.  

Las tres tentaciones de Jesús fueron muy sencillas: come lo que no tienes que comer, pero no tan solo comida, sino consumir cualquier cosa en tu vida; asegúrate, protégete a ti mismo; y exáltate a ti mismo, cuando ahora el Padre es quien te tiene que exaltar.  

Esas fueron las tres tentaciones de Jesús en aquel momento.  ¿No son las que nosotros tenemos que luchar todos los días?  La tentación más grande que hay en tu vida no es la de sexo, sino el tú querer proveerte a ti lo que el Padre te debe proveer; tú protegerte a ti, en vez de creer que es Él quien te va a cuidar -no es que no tengas cuidado, pero tiene que haber un momento donde tú puedas descansar en que es Dios quien te va a cuidar-; y tú exaltarte a ti, cuando la Biblia dice que el Padre es quien te va a exaltar cuando fuere tiempo.  Esa es la tentación más grande que tiene el creyente.  

Analiza cuál es la presión que tú te pones por tener, por alcanzar, por consumir, por tener tal o cual cosa; que otro lo tiene, que otro lo alcanzó.  Lo grande es que compras cosas, y después tienes miedo que te las roben; entonces, ahora tienes que pagar por seguridad, tienes que pagar para que te cuiden, no puedes estar seguro.  No se trata de que no tengas tu seguro de vida o que no te cuides, no podemos ser tontos; pero llega un punto donde tú tienes que saber que tu seguridad, en todo el sentido de la palabra, al fin y al cabo, está en tu Padre celestial.  Es importante tener ahorros por si hay problemas algún día, pero al fin y al cabo, con o sin ahorros, el que cuida de ti es el Dios Todopoderoso.  Tú haces lo responsable, pero no le temes al mañana, aunque no sepas lo que viene.  Puedes dormir tranquilo porque tu Padre tiene cuidado de ti. 

6 Comments
  • DORIS SIVIRA
    Posted at 12:47h, 02 November Reply

    GRACIAS PASTOR ES UNA GRAN REFLEXION QUE NOS SIRVE DE REFERENCIA EN MUCHOS TEMAS COTIDIANOS Y SUMAMENTE IMPORTANTES LE ANIMO A QUE INCLUYA ESTA REFLEXIÓN EN SUS LIBROS PARA MAS CONOCIMIENTO Y SABIDURÍA. DIOS LO SIGA USANDO MIL VECES MÁS EN EL NOMBRE DE JESÚS AMÉN

  • Luis Escobar
    Posted at 13:01h, 02 November Reply

    Muchas bendiciones Pastor Otoniel , he sido muy bendecido con las enseñanzas de Jesús a través de usted , y he estado escuchando palabras con respecto a los maximizadores , Dios le bendiga a usted y su esposa y su prestigioso Ministerio ……..!!

    • FAV Community Manager
      Posted at 17:14h, 04 November Reply

      Amén Luis. Te bendigo

  • Alicia F.Glez
    Posted at 13:37h, 02 November Reply

    Amén! Bendiciones Pastores Font y familia, gracias por compartir sus enseñanzas, saludos desde México

  • Nelson García
    Posted at 04:59h, 03 November Reply

    Antes gracias Señor por cuidar de mi y mi familia

  • Jhon Mario
    Posted at 14:22h, 03 November Reply

    Amén, aleluya

Post A Comment