Día y Noche, Medita en la Palabra
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Día y Noche, Medita en la Palabra

Todos podríamos estar de acuerdo que nuestros pensamientos son de vital importancia para poder alcanzar la plenitud de vida en Cristo Jesús y poder lograr tener vida de bendición en diferentes áreas; en el matrimonio, por ejemplo, con tus hijos, en tus finanzas.  Tus pensamientos van a provocar tus emociones; tus emociones van a provocar tus acciones.  Si miras la palabra del Señor, vas a ver que una y otra vez Dios nos pide que razonemos y cambiemos nuestra manera de pensar, que también podamos poner todos nuestros pensamientos cautivos a la obediencia de Cristo.  Que no nos dejemos dominar por nuestras ideas del pasado, sino que las renovemos porque Dios sabe que nuestros pensamientos tienen una gran influencia en todo lo que vamos a experimentar.  

Para poder tomar autoridad y control sobre nuestros pensamientos, hay muchas cosas que tenemos que hacer, muchas cosas que son necesarias, y una de ellas es el principio de meditar sobre todo en la palabra del Señor.  Para algunos, esa palabra meditar tiene una connotación negativa porque hay un sector de la sociedad que se ha apoderado de ese término, y a veces los creyentes y los cristianos le tenemos miedo a hablar de este tema, pero la realidad es que a través de toda la Biblia, la palabra del Señor nos dice la importancia de nosotros meditar en la palabra de Dios para poder avanzar en todas las áreas de nuestra vida.  

Hablemos de la meditación en el aspecto empresarial, para prosperar.  

En el libro de Josué, capítulo 1, vemos el momento en que Dios le hace claro a Josué que Moisés ya murió y que le toca a él completar la tarea que Moisés había comenzado.  Esta es una etapa de incertidumbre en la vida de Josué, y él sale un día al campo a un tiempo de oración -como probablemente salía Moisés constantemente.  Josué era quien le acompañaba; no subía al monte con Moisés, pero se quedaba en el borde y esperaba el tiempo que fuera necesario; cuando Moisés decidiera bajar, allí estaba Josué esperándolo.  En esta ocasión, Moisés sube al monte y no regresa, y es Dios quien le dice a Josué: se acabó, Moisés no viene más, y te toca a ti completar el trabajo que Moisés comenzó.  ¿Puedes imaginar la incertidumbre y los pensamientos de Josué?  Aquella era la orden que siempre habían estado esperando de que pudieran ya entrar a la tierra prometida, pero definitivamente tenía que ser desconcertante el hecho de que Moisés no fuera a entrar con él.  Así que ahora Josué está a cargo de todo el grupo, de todo el pueblo, y le toca completar esta gran tarea.  Piensa por un momento qué tiene que haber estado pasando por la cabeza de este hombre.  

El Señor le da unas instrucciones bien claras.  Podemos saber lo que estaba pensando por lo que nos dice la Biblia.  

3 Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. 4 Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. 5 Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. 6 Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.”  Josué 1:3-6  

Básicamente, podemos ver que Josué tenía que tener un poco de temor.  El Señor le dice: nadie te va a hacer frente; no te van a poder detener, así que esfuérzate y sé valiente.  

7 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.”  Josué 1:7  

Dios le dice: Josué, eres tú la persona; eres tú quien lo tiene que hacer.  Quizás tú hoy estás pasando por un momento como el de Josué.  Estás en un tiempo de incertidumbre, donde lo que usualmente esperabas que sucediera, no pasó, no está sucediendo, no ocurrió; de repente te toca a ti lanzarte a hacer el trabajo, tomar ciertas decisiones, y te encuentras como que en la nada, en ese vacío donde te estás preguntando qué te corresponde hacer.  En medio de ese montón de emociones, Dios le dice a Josué: voy a estar contigo, te voy a ayudar, te voy a bendecir y voy a hacer que tú puedas completar la obra.  

¿Cuál es la clave que Dios le dice, entonces, a Josué?  

8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”  Josué 1:8  

Dios le dice: Josué, tienes que meditar en mi palabra día y noche, todo el tiempo; tienes que meditar en lo que yo te he dicho.  Y le aclara: 

Si tú quieres prosperar en lo que haces y en lo que Dios te está diciendo que tienes que hacer, debes seguir este patrón, estas instrucciones.  Una de las razones por la cual la gente no prospera económicamente, primero, es por sus palabras, por lo que dicen, por lo que hablan, por lo que están todo el tiempo confesando.  Quizás tú todo el tiempo estás hablando negativo, hablando de problemas, de la crisis, de las dificultades, de lo malo del dinero, de la corrupción, constantemente en eso; todo lo que haces es hablar y decir cosas que lo que hacen es llenar tu cabeza, tu mente, tus pensamientos, de ideas erróneas.  El Señor le dice: nunca se aparte de tu boca este libro de la ley.  En otras palabras: día y noche, esto es lo único que tienes que hablar, lo único que tienes que decir día y noche, lo único que tienes que confesar; no puede haber otras cosas en tus labios, en tu boca, en lo que tú dices, para que en eso sea en lo que tú medites de día y de noche.  Lo que nos lleva al punto de que nunca podrás meditar más allá de todo lo que tú te hablas todo el día.  

Hay gente que pretende tomar un momento durante la noche o un momento en la mañana para orar, para meditar en la palabra de Dios, para dirigir sus pensamientos en el Señor, pero llevas todo el día o toda la noche, o toda la mañana ya quejándote.  Si te levantas temprano, es uno de los mejores momentos para meditar en la palabra, y una de las razones es porque has hablado poco, has dicho poco, tienes poca información de lo que está pasando a tu alrededor.  La persona que se levanta y mira su teléfono, mira un poco de noticias y luego trata de orar; o la persona que trata primero de interactuar con su familia y tiene que decirles lo que tienen que hacer, a esa persona se le hace complicado meditar porque ya ha llenado su mente con sus palabras.  Dios le dice a Josué: esto es algo que tú vas a meditar de día y de noche; por lo tanto, tienes que cuidar tus palabras por la mañana, por la tarde, por la noche, y tienes que mantenerte hablando lo que Dios quiere que tú hables.  Por supuesto, quizás por la mañana es un poco más sencillo lograrlo porque debes tener menos información, te acabas de levantar, es poca información la que has recibido, por lo tanto, debe ser más fácil sentarte a meditar la palabra.  Pero si te levantas a ver noticias y a interactuar con tu familia, ya irte a tirarte de rodillas y orar se vuelve un poco complicado.  Imagina en la tarde, luego de estar todo el día trabajando, en la calle batallando; aquellas que son amas de casa, luego de estar trabajando todo el día en tu casa y luchando con los problemas que tienes que enfrentar, tener que ir a buscar a tus hijos al colegio, y pasar dificultades durante todo el día; tu mente se envuelve, se involucra en los asuntos del mundo; llegada la noche ¿cómo te apartas de aquello que tú estás diciendo?  Si quieres prosperar en tu camino, tienes que cuidar tus palabras, tienes que saber qué es lo que dices, tienes que tener cuidado que todo el día estés hablando la palabra de Dios, para que puedas prosperar en tu camino, para que puedas avanzar en las cosas de Dios, para que puedas crecer y seguir, para que tus pensamientos se mantengan en orden.  

La pregunta es ¿por qué es tan importante que esto suceda así?  Dice la Biblia: para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito.  Para que guardes, para que atesores estas cosas.  Nadie puede atesorar la Palabra, si no la tiene en su boca de día y de noche.  Y nunca podrás actuar en la Palabra, si no has meditado en ella de día y de noche.  Lo que te asegura tu prosperidad, tu avance económico, que puedas alcanzar y provocar avance en tu vida, específicamente en esta área como Dios se lo prometió a Josué, que él tenía que completar la tarea que Moisés no pudo completar, él la iba a completar, a cumplir, y la clave es: de día y de noche, medita la Palabra; háblala para que la medites, para que guardes, para que hagas.  Ahí es que está la clave.  

Así que, es importante la confesión de la Palabra, la oración de la Palabra, la repetición de los versos bíblicos; pero para poder meditar realmente la palabra del Señor, tiene que haber varias cosas que pueden ser muy beneficiosas:  

  1. Momentos de separación.  Momentos de soledad donde te separes de todo el mundo a tu alrededor, y de toda tecnología.  Debe haber momentos donde te separes de todo aquello que te pueda interrumpir.  Durante el día, y en el momento en que vayas a meditar, debe haber momentos donde apagues el teléfono, donde no haya contacto con más nadie, para que el proceso en el que decides entrar en ese tiempo de conexión, puedas realmente separarte con Dios.  

Jesús se iba de tiempo en tiempo al desierto a orar, se iba a estar solo para orar con Dios y conectarse con Él.  

  1. Crea un ambiente, un espacio en tu lugar de trabajo, donde cuando entres en él, puedas entrar en el ánimo, en el mood, en la atmósfera de decirle a tu mente: en este lugar yo paso un espacio de tiempo meditando, orando, leyendo la Palabra, estudiando y creyéndole a Dios por cosas grandes y maravillosas.  
  2. Sal de ese tiempo de meditación en la palabra del Señor, con un plan de acción.  Sal con ideas de cosas que tienes que hacer.  Que tu tiempo de meditación sea productivo, que Dios te hable y te diga lo que tienes que hacer, las decisiones que tienes que tomar para que puedas ver la mano de Dios obrar en favor tuyo.
10 Comments
  • Alicia F.Glez
    Posted at 14:12h, 04 November Reply

    Amén, amén! El tiempo de meditación en la Palabra de Dios,es crecimiento en nuestras vidas.Mil gracias Pastor,sean bendecidos grandemente

  • Jhon Mario
    Posted at 14:37h, 04 November Reply

    Aleluya, gloria a Dios

  • Liseth Trujillo
    Posted at 15:47h, 04 November Reply

    Amén y amén así es y así será amén Gloria a Dios aleluya mi alma adora a Dios amén y amén🙏🏽🙏🏽🙏🏽

  • Daniel Segura González
    Posted at 16:10h, 04 November Reply

    Amén!

  • MARTHA LUCIA HERNANDEZ
    Posted at 17:19h, 04 November Reply

    Amen gracias por este mensaje

  • Edgar Baena Diaz
    Posted at 22:53h, 04 November Reply

    Amen . Amen y Amen . Poderosa Palabra . Desde hoy la atesorare en mi mente y corazón .

  • Nelson García
    Posted at 08:55h, 05 November Reply

    Amén amén gracias Señor por tu guía gracias por hablarme a través de tu palabra gracias por esos mensajeros que nos muestran todo lo que tú le das para nuestra bendición gracias en todo y para todo

  • Nereida Martinez
    Posted at 11:40h, 06 November Reply

    Amen. Palabras sabias hermano. Palabras que nos hace meditar para arreglar nuestra vida en el diario de vivir. Estamos tan cargados con las noticias diarias, Que no sacamos ese momento para encontrarnos con Dios. Esta palabra me da una enseñanza., qué debo darle más tiempo a mi señor. Amennn Gracias hermano.

  • Lorena
    Posted at 14:50h, 07 November Reply

    Amén!! Palabras gloriosas. Bendito sea Dios.

  • Reyna G.
    Posted at 08:05h, 01 November Reply

    Que bendición es meditar que bendición es escuchar esta corta enseñanza y ponerlas en práctica cuenta bendición trae a nuestras vidas, Yahweh le continúe bendiciendo para compartir..,

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