25 Nov Cuenta tus Bendiciones

Aunque Acción de Gracias es una celebración principalmente de los Estados Unidos, ya muchos países de Centro y Suramérica también lo reconocen como un día de celebración, mayormente por la presencia de grandes compañías norteamericanas en sus regiones.  Este es un día en que todos nos sentamos a la mesa a compartir, a celebrar en familia.  

“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. 2 Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. 3 Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; 4 el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; 5 el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila. 6 Jehová es el que hace justicia y derecho a todos los que padecen violencia.”  Salmos 103:1-6  

Estas son unas palabras muy poderosas.  En este salmo, el salmista lo que expresa es cómo él les da una orden a sus pensamientos y a su mente, a su alma, para que recuerden todas las cosas que Dios había hecho por él, y todas las bendiciones que Dios le había entregado.  Una de las razones por las cuales la gente a veces no es agradecida con Dios o con la gente es porque tenemos memoria corta.  La gente se olvida.  A veces, estamos en momentos difíciles en el presente, en momentos de tanta dificultad, que se nos hace imposible contar todas nuestras bendiciones, pero si analizas, tienes muchas más cosas por las que agradecer, que las que tendrías que quejarte.  

Cuando algo sale mal, cuando se cumplen tus expectativas, le echas la culpa a Dios, a la situación, te olvidas de todas las cosas que Dios sí ha hecho.  Pasa también en nuestras relaciones.  El día que tu cónyuge te ofende, la ofensa se hace tan grande que te olvidas de todas las razones por las que han estado juntos por tanto tiempo.  Aquí el salmista está recordándose intencionalmente de todo lo que Dios ha hecho; se está recordando a sí mismo todas las veces que Dios ha estado ahí, todas las acciones que Dios ha hecho por él porque en un día malo, en un momento malo, en una experiencia mala, podemos olvidarnos fácilmente.  

El salmista fue intencional, le dio una orden a su mente; le está diciendo a su alma: bendice.  Aquello no era si quería o no.  Le dio una orden definitiva: no te olvides.  Nosotros como padres, de vez en cuando, lo hacemos con nuestros hijos: acuérdate de tal o cual cosa.  Y es que tiene que haber un esfuerzo intencional en tu vida de hacerle claro a tu mente de que no se puede dejar ir por la corriente de lo que está pensando en el momento, sin realmente mirar y contar todas aquellas cosas que Dios le ha dado.  

Un día como el de hoy, siempre hay alguna que otra persona que, con la intención de lucir más espiritual, lo que dice es: ¿por qué dar gracias hoy, si dar gracias es cosa de todos los días?  Es cierto que todos los días tenemos que darle gracias al Señor.  Nunca se nos puede olvidar; como dice el salmista, intencionalmente, tenemos que acordarnos que el Señor nos reactó del hoyo, que nos ha dado unas promesas que las cumple, que todo lo que tenemos hoy se lo debemos a Él.  Pero qué tiene de malo que saquemos un día para decir: gracias, Dios, por lo bueno que has sido.  Tenemos que hacerlo todos los días, pero no tiene nada de malo que lo hagamos un día como hoy, que todo el mundo está celebrando.  Qué bonito que, al menos un día, todos tenemos esta intención de decir: Señor, gracias por mi familia, por mi prosperidad, por poner abundancia en mi empresa, por mi empleo, por la salvación, por todo lo que me has dado.  Sí debemos hacerlo todos los días, pero que lo hagamos un día como hoy, intencionalmente, no tiene nada de malo.  

Una de las cosas que los padres enfatizamos a nuestros hijos, entre los buenos modales, es el dar gracias.  Y lo triste es que, aunque el dar gracias es parte de los buenos modales, a veces pensamos que es solo un acto moral, de buena ética, de buena conducta.  Y lo es, pero es más que eso; es una acción que debe nacer de tu corazón.  

Cuenta tus bendiciones; en medio de las crisis, de las dificultades, algo Dios tiene que haber hecho.  Puede que, en esta temporada, hayas vivido momentos complicados, difíciles, como los hemos vivido en el mundo entero, pero siempre podemos contar las bendiciones de Dios en nuestras vidas.  Cuando tengas un mal día, recuerda un buen día en que Dios hizo algo por ti.