27 Oct Tu Oración y tu Esperanza

Seguramente, te ha pasado que has estado sobrecargado, sintiendo la presión de estar en algún lugar y querer salir corriendo por lo complicado del ambiente.  Por todos los medios de comunicación, lo que oyes y lo que ves es caos, confusión.  Mira lo que piensa tu familia y no sabes qué hacer con tanta pesadez de pensamientos.  Como creyentes, por supuesto, por lo general nos tornamos a Dios, y muchas veces nuestras oraciones van dirigidas al cambio externo, el de nuestra sociedad; y lo hacemos con un corazón genuino.  Queremos y deseamos que todos a nuestro alrededor experimenten esa paz que nosotros experimentamos, pero nos enfocamos en ese cambio externo, a veces pensando que esa sensación de sobrecarga cambiaría si nuestro entorno completo se transformara.  Y sería espectacular que tu país cambie, que la nación completa viva en libertad y pueda recibir un toque de la mano de Dios, que sea avivado.  Pero la realidad es que, mientras eso pasa y trabajamos para que eso ocurra y el plan de Dios para tu país se manifieste, tú tienes que creerle a Dios por un avivamiento personal.  Créeme a Dios por tu casa, por tu hogar, por tu vida.  

Dios no tuvo que cambiar la situación en el tiempo de la viuda de Sarepta – donde había sequía para todo el mundo – para Él proveerle a ella.  Dios, en medio de la sequía, le trajo provisión a ella.  Había miles en su misma condición, muchas viudas porque así lo dijo Jesús, pero a una en Sarepta fue enviado el profeta.  Aquella viuda tuvo un avivamiento personal.  

Estamos creyéndole a Dios por un avivamiento en tu casa, en tu hogar, en tu familia.  

Ante la confusión que vivimos y ante caos, nuestras oraciones se tornan a que haya un cambio a nuestro alrededor, pensando que así nosotros podremos tener esa paz, pero la realidad es que creemos que, si primeramente no ocurren grandes cambios afuera todavía, si ocurren en tu vida, eventualmente, el exterior va a cambiar.  Así que, por un instante, tórnate a ti y pídele a Dios que, en tu casa, haya un milagro, un avivamiento personal.  

Por lo general, avivamiento se refiere a toda una nación.  Y vemos prerrequisitos en la Palabra, cosas que se hacían y provocaban que el pueblo fuera entrando, en términos espirituales, en ese avivamiento.  Esto es lo que vamos a ver, solo que en el aspecto personal.  

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Para que haya un avivamiento en tu vida, es importante que dejes a un lado el pecado, la iniquidad; es necesaria una pasión por la palabra de Dios; y es necesario que separes tiempo de adoración a Dios.  Estos tres los discutimos en los pasados días.  Además de esto, si tú quieres que haya un avivamiento personal en tu vida, tienes que:  

4. Entrar en oración.  En 1 Tesalonicenses 5:17, el apóstol Pablo nos dice: Ora continuamente.  Veámoslo en contexto:  

“16 Estad siempre gozosos. 17 Orad sin cesar. 18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 19 No apaguéis al Espíritu.”  1 Tesalonicenses 5:16-19  

¿Cómo hacemos para no apagar el Espíritu?  Estando siempre gozosos, orando sin cesar, dando gracias en todo.  Es imposible tener un avivamiento personal si no dedicas tiempo a la oración.  Podemos enviarte los versos bíblicos que debes estudiar, los mensajes; podemos orar por ti – y lo vamos a hacer -, podemos conectar contigo a través de las redes sociales, darte los recursos de información para que la recibas; pero si tú no oras en tu casa, en tu hogar, nada va a pasar, nada va a ocurrir.  

Si tú quieres ser parte de esta campaña donde vamos a creerle a Dios por ese avivamiento personal, tiene que haber un compromiso de oración, de conexión con el Señor; un compromiso donde sepamos que nos vamos a apoyar mutuamente en oración y que vamos a estar en este proceso de fe, creyéndole al Señor por ese milagro para tu vida.  Tiene que haber un tiempo de oración.  

Si hoy tú te comprometes y quieres conectarte con nosotros a través de todos los medios con todo lo que Dios nos ha dicho que hagamos, regístrate en otonielfont.com/enciende.  No tiene que ser una oración de guerra o de mucho tiempo, sino en algún tiempo durante el día donde puedas separar tu corazón y tu mente para reflexionar en lo que Dios está haciendo, pedirle dirección y orar ante su presencia, esperando que Él responda a tu vida.  

5. Tiene que haber en tu vida esperanza.  

“5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío.”  Salmos 42:5  

El salmista cuestionaba a su propia mente acerca de su desesperanza.  Hablaba a su alma y le decía: tiene que haber esperanza para ti.  Créele a Dios, alaba al Señor.  

Esto que hemos preparado para conectarnos en este tiempo, surge precisamente de la necesidad de que haya esperanza en el pueblo, en particular, en tu interior.  Lo peor que te puede pasar en un tiempo como este es perder la esperanza para tu familia y para tu vida, por lo que está pasando afuera.  Perder la esperanza en tu economía por lo que está ocurriendo afuera; perder la esperanza en tu corazón por lo que sucedió en este tiempo, en esta temporada.  Si tú miras tu vida bajo el crisol de lo que está pasando a tu alrededor, jamás tendrás esperanza.  El mundo no te la da; por eso es que tiene que salir de adentro de ti.  

Conectado contigo a través de todos los medios, las redes sociales, los correos electrónicos, podíamos percibir esa carga emocional, esa presión que hay por causa de todo lo que hemos estado viviendo; ese desánimo.  Y dijimos: no puede terminar este año, esta época, esta temporada, sin que haya un tiempo de poder, de reflexión, de esperanza, sin que le demos esperanza a la gente.  

Hoy, tú tienes que tener esperanza para que haya avivamiento en tu vida.  Tienes que decir: como pasó con la viuda, va a pasar conmigo; como pasó con Naamán.  Si alguien no lo quiere creer, si no lo quieren recibir, no hay problema; recíbelo tú.  Recibe tu milagro, lo que Dios tiene para ti.  En tu casa va a haber bendición.  Tienes que decir como Josué: yo y mi casa serviremos a Jehová.  

Hay muchos padres desmotivados porque el gobierno está haciendo ciertas leyes.  Y definitivamente tenemos que luchar, la iglesia tiene que pararse firme y enviar un mensaje claro, tenemos que levantarnos; pero no podemos descuidarnos, pensando que la solución viene de afuera hacia adentro.  Pueden pasar las leyes que quieran pasar, pero decide que tú y tu casa le van a servir a Dios.  Lucha para detener todas esas cosas desde donde estés, pero mientras alcanzas esa victoria, en tu casa, encárgate de que haya un avivamiento, que haya poder, que tus hijos sean dirigidos por Dios.  En tu casa, procura un avivamiento personal.  No pierdas la esperanza porque el mundo la haya perdido.  Hoy oramos por ti, si has perdido la esperanza.  Declaramos que se levanta en tu corazón un nuevo tiempo de poder, que hay esperanza para tu familia, para tu vida.  Regístrate en otonielfont.com/enciende y cree con nosotros por este tiempo de avivamiento personal.