Entrega lo Único, lo que Amas
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Entrega lo Único, lo que Amas

En el libro de Reyes, luego de perder una grande batalla, los asirios dijeron que el pueblo de Israel ganó porque Dios es Dios de montes, pero no es Dios de valles.  Y los retaron a bajar al valle, y Dios aceptó el reto para demostrar que Él es Dios de montes y Dios de valles.  

Los valles son lugares bajos, de vulnerabilidad.  Hoy comenzaremos a estudiar experiencias de transformación que tuvieron ciertos hombres de Dios en los lugares altos, en los montes.  

Génesis 22 nos narra el momento en que Dios le pide a Abraham que sacrifique a Isaac.  

2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.”  Génesis 22:2  

Le pide a su hijo, a su único, a quien ama.  Le dice que le indicará el monte, uno de los montes.  En aquella región había siete montes, y Dios no le diría cuál sino hasta que llegara a Moriah.  Así que Abraham tenía que vivir en esa incertidumbre.  En el camino, Dios le mostraría para dónde ir.  

Muchos de nosotros queremos confirmación tras confirmación para entonces actuar; pero Abraham, por fe, se atrevía a salir sin tener todos los detalles.  Él no tenía que tener todos los detalles para obedecer a Dios.  Cuando una persona requiere seguridad de todos los detalles para obedecer a Dios, ya en ese nivel cuando tú lo analizas realmente hay un poco de rebeldía y un poco de duda.  Obediencia es simplemente salir y obedecer, aun sin conocer todos los detalles, simplemente porque tienes que obedecer lo que se está pidiendo que hagas.  

Abraham salió con siervos y con su hijo, preparó leña y todo lo necesario para el holocausto, y cuando su hijo le preguntó por el cordero, le dijo que Dios se proveería de cordero.  

9 Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. 10 Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. 11 Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 12 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único.”  Génesis 22:9-12  

En esta ocasión, Dios se refirió a Isaac como “tu hijo, tu único” y omitió “a quien amas.”  Entonces, Abraham vio un cordero a sus espaldas, y lo tomó y ofreció en holocausto.  

15 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, 16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; 17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar;y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. 18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra,por cuanto obedeciste a mi voz.”  Génesis 22:15-18  

Una vez más, Dios se refirió a Isaac como “tu hijo, tu único” y omitió “a quien amas.”  

Esta historia, al igual que la mayoría del Antiguo Testamento, encierra lo que Jesús iba a hacer por nosotros en la cruz del Calvario.  Las historias del Antiguo Testamento son sombra de lo que Dios iba a hacer, nos muestran pequeños detalles de lo que era el propósito de Dios con la vida del ser humano, del creyente.  En esta historia, vemos a Abraham sacrificando a su hijo, lo cual es espejo de lo que sería eventualmente el sacrificio de Cristo por nosotros en la cruz del Calvario.  En la tierra, tiene que haber primero un hombre como Abraham, que hace y provoca por fe en ese momento específico, que se abra una ventana espiritual que comience a abrir el paso para lo que sería la llegada de nuestro Señor Jesucristo y el cumplimiento de la promesa que Dios había hecho desde Génesis 3, que de la simiente de la mujer saldría uno que le aplastaría la cabeza al enemigo.  Así que Abraham comienza ahora a expresar lo que era el verdadero deseo de Dios.  todos tenemos que dar gracias a Dios porque entregó lo mejor de sí para salvarnos.  

Abraham dijo a sus sirvientes que irían a adorar.  Y comenzamos a ver el verdadero concepto de la adoración.  Hoy muchos hablan de alabanzas como si se refiriera a canciones rápidas, y adoración a canciones lentas.  Pero cuando miramos el concepto de adoración en la palabra de Dios, tenemos que verlo desde el origen, desde que comienza porque es en el origen donde se encuentra la esencia de lo que representa.  

Adoración es, básicamente, llegar a un punto de entregar tu vida de tal manera que puedas imitar a aquel a quien tú admiras y celebras.  Adorar no es un acto, sino toda una vida; es cuando tu vida se llega a parecer a quien tú admiras.  Eso es lo grande de Abraham, que él no tenía un punto de referencia como tenemos hoy.  Nuestro derrotero, nuestro héroe es Cristo; tenemos a alguien a quien podemos imitar.  El apóstol Pablo decía: sed imitadores de mí, como yo lo soy de Cristo.  Por lo tanto, tu adoración no es cantar ni ir a la iglesia únicamente, sino la entrega y dedicación de tu vida de parecerte a aquel a quien tú admiras y celebras.  De nada te sirve ir a la iglesia y cantar y ofrendar, y que tu vida afuera no se parezca a Dios.  Cumples con un rito religioso, pero si tu vida no imita el carácter de Dios, de nada te sirve.  

Esto no es muy difícil; lo que pasa es que se nos hace complicado porque imitar a Dios no es sencillo; pero vemos jovencitos, por ejemplo, que adoran ciertos cantantes; visten como ellos, hablan como ellos, tratan de imitarlos, aspiran llegar a ser como ellos.  Michael Jordan sacaba la lengua cuando iba a tirar, y luego veíamos en las canchas que todo el que iba a tirar también sacaba la lengua.  

Adoración no es otra cosa que admirar a alguien al punto que entregues tu vida para imitarlo por completo.  

Lo grande de Abraham es que, cuando realiza este acto, no tiene a quién imitar; es un acto que hace por fe porque era algo que, en la fe del pueblo de Dios, era el comienzo de una temporada y abría el camino a lo que Cristo haría por nosotros en la cruz del Calvario.  Ese hombre vio proféticamente lo que Dios iba a hacer.  Nosotros tenemos hoy el mejor ejemplo; si tú sigues al Señor Jesús, tenemos que verte con una cruz encima, con algo que diga que estás luchando.  Ningún cristiano puede decir que no tiene una cruz, porque el que sigue a Cristo tiene una cruz con la que cargar.  

Hay algo que tú estás crucificando a diario, algo que estás venciendo todos los días, y el verdadero creyente camina siguiendo a Jesús todos los días de su vida e imitando a Jesús en todo lo que hace porque quiere parecerse cada vez más a él para que, cuando la gente lo vea, ya no lo vean a él, sino a Cristo en él.  

No podemos ver esta historia si no entendemos el contexto de la vida de Abraham para que entendamos el plan de redención, que es lo que queremos ver hoy a través de esta experiencia en el monte Moriah.  

Varios capítulos antes, podemos comparar la reacción de Abraham cuando Dios dice que va a quemar a Sodoma y Gomorra.  Abraham comienza a interceder, diciendo: no los mates, no acabes con ellos; si hay cincuenta, ¿podrás salvarlos?  Y, ¿si hay diez?  Y así sigue intercediendo para que Sodoma y Gomorra no se pierdan.  Pero cuando Dios le pide a su hijo, él no pone ninguna intercesión.  Abraham no se fue a orar, a decir: Señor, si hay otra forma, por favor, no lo hagas.  Intercede por otros, pero acepta lo que se le pide a él que él tiene que pasar.  No puso resistencia.  Y lo grande es que Sodoma y Gomorra se merecían que los quemaran, pero Isaac no merecía morir; pero un justo muere por los injustos, y por los injustos, los justos pedimos misericordia.  Los justos piden misericordia por los injustos, pero  no buscan zafarse de lo que tienen que pasar para vivir una vida consagrada a Dios.  

Lo más grande de esta historia es que nos presenta la realidad de lo que Cristo iba a hacer por nosotros.  La justicia de Dios es bien diferente a la de los hombres.  Dios hizo justicia llevando a uno inocente a pagar por todos los culpables.  Y el inocente no podía orarse fuera de aquello que tenía que pasar.  Tú hoy tienes salvación y vida eterna porque hubo un inocente que estuvo dispuesto a cargar la cruz, a cargar todos nuestros pecados, y pudiendo librarse de aquel lugar, decidió no hacerlo para darnos vida y vida en abundancia para que tú hoy puedas tener esperanza de una vida y una relación con Dios. 

9 Comments
  • Jhon Mario
    Posted at 13:28h, 04 October Reply

    Gracias Señor, aleluya

  • Wiliam Antonio Chacón Vargas
    Posted at 14:38h, 04 October Reply

    Amén

  • MARCO ANOTNIO ARIZA SALGUERO
    Posted at 15:03h, 04 October Reply

    pido oracion por la restauración familiar en Crsito Jesus Señor Nuestro

    • Marivanet
      Posted at 11:15h, 05 October Reply

      Marco, nos ponemos de acuerdo contigo en oración y declaramos que el Señor a de restaurar tu familia. Te bendigo

  • Nelson García
    Posted at 17:31h, 04 October Reply

    Amén Señor Dios mío te soy y date gracias todos los días de mi vida por la Salvación

  • marttha
    Posted at 14:20h, 05 October Reply

    Amén la Gloria y Honra es para tii Rey
    Bendiciones Pastor Otoniel

  • Gloria Inés Loaiza Medina
    Posted at 14:33h, 05 October Reply

    Amén, Gracias Dios por librarnos de todo mal.

  • Alicia F.Glez
    Posted at 15:49h, 05 October Reply

    Amén! Gloria y Honra a tu Santo Nombre…. Bendecido grandemente sea, Pastor Otoniel

  • Oswaldo Monier
    Posted at 11:39h, 07 October Reply

    Gracias Amado Padre Celestial porque grandes y maravillosas son tus obras y tus misericordias
    Amén ???????

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