08 Oct El Cómo de tu Emprendimiento

Hay varias cosas que debes tener claras en tu mente para emprender y para tener éxito luego de que comiences a emprender.  Tienes que definir claramente lo que piensas acerca del porqué, el qué o el para qué y el cómo poder emprender.  Tienes que tener claro cómo vas a emprender, para qué vas a emprender y por qué lo vas a hacer.  En el momento en que defines estos conceptos y los tienes claros, entonces, puedes realmente enfocarte en las cosas necesarias para poder avanzar, y tendrás para siempre la pasión para continuar hacia adelante, hasta alcanzar aquello que te has propuesto.  Antes que el cómo y el para qué, es el porqué lo que hace que tú alcances cosas maravillosas, así que tienes que definirlo.  

Hoy te hablamos acerca del cómo; cómo emprender, cómo avanzar.  

Muchos se detienen porque no saben cómo, pero el cómo aparece cuando tienes tu porqué bien definido.  ¿Por qué quieres prosperar, por qué quieres esa empresa?  Cuando tienes esto bien definido, puedes definir realmente el para qué, puedes definir las cosas que vas a necesitar lograr y avanzar, y ahí el cómo puede aparecer, y va a aparecer.  

“18 Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.”  Deuteronomio 8:18  

Dios te da el poder para hacer las riquezas, pero Él tiene claro el porqué te lo da: a fin de confirmar su pacto.  Dios sabe por qué te da el poder; Él está muy claro que es para confirmar su pacto contigo.  Y cuando Él sabe el porqué, te da el poder para avanzar, para prosperar, para crecer, para avanzar en el área económica en tu vida.  Así que Dios está muy claro, y así tienes que estar tú.  Tienes que saber el porqué, para luego definir el para qué, y entonces entrar en el cómo.  

Cuando hablamos del cómo, hay varias cosas que tú tienes que comenzar a trabajar.  

1. Planificación estratégica.  Un poco, porque no puedes planificar el resto de tu vida en cuestión de unos días; puedes planificar las próximas etapas, los próximos pasos.  El cómo se comienza a definir cuando comienzas a planificar cuáles con las etapas, cuáles son los eventos que tienen que ocurrir, cuáles son las cosas, el orden de prioridades, cuáles son las cosas correctas, cuáles son los recursos que tienes; comienzas a hacer un inventario, a mirar qué habilidades tienes, qué recursos económicos.  Todo esto tiene que ver con la planificación.  No puedes pretender recibir por completo el cómo, sin sentarte a hacer un plan.  Sin planes, nada va a ocurrir en tu vida, nada va a suceder.  

Claramente la Biblia nos dice en Lucas 14:28 que nadie construye una torre sin antes sentarse a mirar cuánto le va a costar.  Tiene que haber una planificación.  Tienes que sentarte a dividir esto en etapas, en procesos, en momentos, en épocas, para entonces poder definir poco a poco cómo lo puedes alcanzar.  Es vital, importante y necesario tener etapas en tu vida para planificar.  Ahí es donde muchos cometen grandes errores.  Hay gente motivada, inspirada, feliz, que quieren hacer grandes cosas, pero son poco planificadores, poco estrategas, no saben establecer las prioridades correctas en su vida para hacer lo necesario para que se complete y se cumpla el porqué y el para qué que han determinado.  Así que el cómo primero comienza definiendo el porqué y el para qué.  Luego, es necesario tiempos de planificación donde comienzas a hacer un inventario de tus recursos, oportunidades, fortalezas, debilidades, para tener la información para tomar las decisiones correctas en tu vida.  

2. Relaciones.  Tienes que ser un experto en tener amistades y relaciones estratégicas en tu vida.  Nadie puede avanzar hacia el para qué y mucho menos hacia el porqué, si no aprende a tener la relaciones correctas.  No existe tal cosa.  Si definiste muy claro el porqué, te vas a dar cuenta que detrás del porqué hay alguien a quien tú quieres bendecir.  Por lo general, hay un impacto en la humanidad, un impacto en otros que tú quieres lograr, que quieres tener.  Eso es lo que te motiva, lo que te impulsa, lo que haces que crees, que hagas.  Si tu porqué es dirigido por el impacto que vas a tener en la vida de los demás, tienes que saber que tus relaciones son vitales para poder alcanzar el éxito.  Y parte del cómo es aprender a tener buenas relaciones con los demás, aprender a contactar a otros, a levantar el equipo correcto a tu alrededor, la gente que te va a ayudar para que tú puedas avanzar y alcanzar nuevas metas.  El cómo va a aparecer, y las relaciones son parte de ese cómo.  Para mucho de lo que quieres lograr, vas a requerir de ayuda, de que alguien te abra una puerta, de que alguien te dé un empujoncito, que alguien comparta contigo conocimiento.  
3. Acciones y decisiones.  Muchos se quedan detenidos en inspiración, en tener fe.  Pasan su vida haciendo planificación y buenas relaciones, pero la poca acción no trae los resultados que ellos esperan.  En Santiago 2, claramente, la Biblia nos dice que la fe tiene que ser acompañada por obras.  Porque la fe sin obra es muerta.  Se tiene que tomar una acción.  Tú planificas, pero tienes que tener claro que no lo vas a saber todo, que no vas a tener todos los detalles completos, no vas a estar al tanto de todo y tienes que aprender a vivir con eso.  Lo mismo con las relaciones.  No siempre vas a tener acceso de primera intención a toda la gente que piensas que vas a necesitar para poder alcanzar lo que te has propuesto.  Por lo tanto, tú haces hasta donde es posible dentro de tu humanidad, y luego tienes que tomar una decisión basado en la información que tienes, y poco a poco comenzarás a ver que el mundo comienza a abrirse delante de ti.  Comenzarás a tener la sabiduría, las puertas abiertas, vas a descubrir cómo es que se hace el proceso en el camino, vas a adquirir relaciones nuevas, vas a descubrir amistades, personas nuevas.  Es impresionante cómo comienza a abrirse delante de tus ojos, pero no lo puedes dejar en planificación y relaciones.  Tienes que promoverte hacia el futuro victorioso de Dios para tu vida, tomando acción, tomando decisiones.  

La contraparte de esta idea es que hay gente que toma decisiones sin planificar, y sin relacionarse con los demás, sin importarle el resultado de sus decisiones en sus relaciones.  Esa gente alcanza unos resultados que podrían mejorar si tuvieran cuidado de los demás puntos.  Porque podemos pensar que son personas que están haciendo las cosas a lo loco, pero están haciendo algo y tienen resultados; hay quienes planifican y tienen buenas relaciones y nunca hacen nada, nunca se mueven; es el balance correcto.  Aquel que ha tomado decisiones a lo loco, que ha tenido una planificación estratégica, inteligente, que no se ha sentado a mirar y analizar, que no ha tenido cuidado con sus relaciones, tiene más resultado que aquellos que simplemente están pensando en un futuro a ver qué va a pasar, qué va a ocurrir.  Una persona que ya está tomando acción se maximizaría si comienza a ajustar estas áreas que estamos discutiendo hoy.  Pero la acción es vital.  Nada sustituye el tomar acciones precisas en tu vida para alcanzar el futuro de Dios para ti.  

Este último consejo no cae ni en el porqué ni en el para qué ni en el cómo, pero aprende a disfrutar del proceso, aprende a disfrutar de cada etapa, de cada momento, de cada instante en tu vida.  Aprende a disfrutar de cómo delante de ti Dios abrirá paso y verás su gloria.  No todo es trabajo en la vida, sudor y esfuerzo.  Dios te da el placer de poder disfrutar de todo el bien de tu trabajo.  Disfruta los retos, disfruta en medio de los problemas.  Aprende a avanzar en el reino de Dios y permite que Dios te prospere, te llene de su bendición y que puedas ver su mano poderosa obrar en favor tuyo.