01 Sep Una Higuera en un Viñedo
23 Y llegaron hasta el arroyo de Escol, y de allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el cual trajeron dos en un palo, y de las granadas y de los higos. 24 Y se llamó aquel lugar el Valle de Escol,[a] por el racimo que cortaron de allí los hijos de Israel.” Números 13:23-24
La intención de Dios era aquel racimo se convirtiera en pieza de conversación. El problema es que la pieza de conversación dejan de ser las uvas, para ser los gigantes. En el Nuevo Testamento, hay dos escrituras que demuestran cómo tenemos que trabajar con un principio como este. Por supuesto, estas historias también representan el plan de redención de Dios, pero veámoslas en esta dimensión hoy.
En Juan 15, se nos habla de que Dios quiere que llevemos fruto. Dios quiere que tú tengas fruto. Dice en tres ocasiones que, el que lleva frutos, Dios lo corta para que lleve más. Luego, vuelve y lo corta para que lleve más, y así sucesivamente. Dios siempre quiere que tú lleves más fruto, pero para poder llevar más fruto, hay varias cosas que tienes que hacer.
Tienes que permanecer conectado con la vid. Nosotros somos los pámpanos, él es la vid verdadera; separados de él, nada podemos hacer. Tiene que haber una conexión. Pero después que estés conectado con él, prepárate para que te corte, para que te pode, para que te limpie de lo viejo. Esta cuarentena ha sido un tiempo de poda. Se ha ido gente de tu vida que no tenía que estar al lado tuyo; se han ido negocios, cosas que cuando vienes a ver lo que estaban haciendo era poniendo cargas que no tenían que estar ahí. Ahora estás más liviano que antes, lo que quiere decir que lo que viene es más fuerte porque cada vez que se poda un árbol, cuando produce, produce más, produce mejor. Una cosa es cortar un árbol, otra, podarlo. Tú cortas un árbol cuando no está produciendo; pero, cuando tú lo podas, lo haces para que crezca más. Cuando tú lo cortas, es porque ya no sirves. Si a ti no te han cortado, si la cuarentena no ha acabado contigo, todo lo que Dios ha hecho en este tiempo ha sido podar aquellas cosas que estaban de más, para ahora llevarte a ti a un tiempo de más frutos.
Este es un mundo de posibilidades, un mundo nuevo. Hay montones de cosas que antes pensabas que no se podían hacer, y ahora se pueden hacer. Se han recortado tantas cosas de tu vida, que antes tú tenías, pero todo Dios lo ha hecho para ampliarte, prosperarte. La pregunta es si estás dispuesto a hacer lo difícil de lo posible porque posible no es igual a fácil.
Para producir, tienen que cortarte. Y los cortes no son fáciles, pero son necesarios para crecer más.
En Lucas 13, se nos habla acerca de un hombre que tiene una viña y una higuera que no da fruto. ¿Por qué poner una higuera en una viña? Las viñas son para producir uvas, no higos. Pero, cuando un judío hacía eso era porque el terreno de la viña era tan maravilloso que cualquier árbol que sembrara allí, producía. Así que toman una higuera y la plantan en aquel lugar. Cuando plantan aquella higuera en aquella viña, es porque ven el potencial de la higuera, cuando la pones en el terreno correcto. El problema es que pasa un tiempo y la higuera no produce; y viene el señor de la viña y dice: corta la higuera, sácala de raíz, no vaya a ser que me dañe la viña, el terreno. Pero había un siervo allí que dijo: no la cortes, yo voy a cavar, la voy a abonar, le voy a echar agua y, si produce de aquí a un año, no hay que cortarla.
Tú puedes tener todo el potencial correcto, y estar plantado en el lugar correcto, pero si no trabajas, no produces. Hay gente que se muda a otro país, pensando que es una mejor viña, sin darse cuenta que su país es una buena viña; el problema es que no ha habido nadie que diga: yo lo trabajo, yo lo arreglo, yo lo corrijo, yo pongo el esfuerzo. Y el sirviente le dice al dueño: dale un año, y si de aquí a un año no produce, entonces, la cortamos. Pero ese año no es para ver si algo va a pasar, sino para cavar, para echar agua, para abonar.
Lo posible no quiere decir que sea fácil. Lo posible se tiene que cavar, se tiene que regar, se tiene que echar agua, se tiene que abonar, hay que trabajarlo, lucharlo. Pero las uvas son tan maravillosas, la muestra que Dios te ha dado es grande, y están ahí para ti, para tu vida. Tienes que poner tu esfuerzo, tu trabajo, tienes que luchar; pero, de aquí a un año, las cosas van a ser diferentes. Nadie puede hoy tener excusa para nada. Hay gente que siempre puso excusa; que siempre quisiste estudiar, pero por tus compromisos, no podías hacerlo. Esta vez no hay excusas porque ahora tú puedes estudiar en línea, sacar tu bachillerato, completar tu grado; pero te va a costar trabajo. Antes no era posible, pero ahora es posible. Pero el hecho de que sea posible no quiere decir que sea fácil.
No hay excusa para no servir a Dios. Si vas a la universidad, por ejemplo, lo que haces es que trabajas por el día, y te conectas por la noche. Y si lo que te preguntas es en qué momento vas a vivir, pues estás viviendo cuando estudias, cuando trabajas y cuando evangelizas. Y si para ti eso no es vida, entonces, ¿cuál es tu definición de vida? Si vida es tener tiempo de descanso, la pregunta es ¿para qué? ¿Para ver Netflix? ¿O sea que Netflix es vida? Pues tenemos conceptos diferentes de vida.
Dios te ha puesto a ti en el valle de Escol muchas veces. Tú has visto las uvas muchas veces. Nunca digas: si aquel lo alcanzó, yo lo puedo alcanzar. Porque lo que otro ha alcanzado no es evidencia de que tú lo puedes alcanzar. Cuando piensas así, lo que tienes es envidia de los demás. No es porque otro lo tenga que tú tienes que alcanzarlo o que puedas hacerlo. No funciona de esa manera. Dios nunca te ha pedido que mires las cosas de otro como tus uvas. Dios quiere que tú veas las uvas que Él te ha mostrado a ti para que tú sepas por qué tú vas a luchar porque tú no quieres el carro bonito de un tirador de drogas, pero tú no sabes quién lo es; ves el carro, y piensas: si él lo tiene, yo lo puedo tener. Pero tú no sabes las consecuencias de tener un carro como ese; porque una persona que tiene un carro de esa manera tiene tres finales: preso, muerto o que la misericordia de Dios le alcance y él quiera cambiar su vida, en cuyo caso, lo primero que tendría que dejar es el carro porque no podría pagarlo. Porque para tú poder tener ese carro, en las cosas de Dios, te cuesta esfuerzo y trabajo.
Ves montones de ricos, y no sabes que les ha costado matrimonios, les ha costado sus hijos. Y no se trata de hablar en contra de la prosperidad, lo que pasa es que tú no puedes deslumbrarte por lo que otro tiene porque entonces eso es envidia, no evidencia. Evidencia son todas las uvas que Dios te ha dado a ti, que tú no has visto. Cada oportunidad de trabajo que Dios te ha dado, cada oportunidad de negocio que Dios te ha dado y que tú has dejado pasar porque los gigantes son grandes, porque te va a tomar más horas de trabajo semanales, todas estas son uvas que has dejado pasar.
Nunca más dejes pasar delante de ti las uvas sin decir que sí rápidamente. Acepta el reto. Acepta lo que es posible. Atrévete a luchar. Esas uvas son la pequeña muestra de que Dios te ha dado toda la tierra. Camina por fe para que puedas lograr todo lo que Dios te ha prometido. Deja de estar mirando lo que otros tienen, lo que otros han alcanzado. Concéntrate. Tú has visto uvas en tu vida. Dios te ha mostrado a través de los tiempos pequeñas cosas que has dejado ir porque has dejado de luchar por ellas.
Que las uvas sean tan maravillosas que no puedas dejar de hablar de ellas y de luchar por ellas y que nunca te olvides que lo posible no es igual a fácil.
Maryori
Posted at 13:45h, 01 SeptemberAmén
Alicia F.Glez
Posted at 19:29h, 01 SeptemberAmén, amén! Bendiciones Pastor Otoniel, gracias a Dios por su Palabra,y a usted por compartirla.
marttha
Posted at 03:10h, 02 SeptemberAmén. Gloria a Dios
Bendiciones Pastor
Jhon Mario
Posted at 13:10h, 02 SeptemberAmén, Gloria a Dios
Nelson García
Posted at 00:09h, 03 SeptemberAmén así es eso mi Señor
Oswaldo Monier
Posted at 11:41h, 03 SeptemberGracias Amado Padre Celestial por todo tu amor y misericordia
Amén ???????