Dios de Montes y Valles
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Dios de Montes y Valles

28 Vino entonces el varón de Dios al rey de Israel, y le habló diciendo: Así dijo Jehová: Por cuanto los sirios han dicho: Jehová es Dios de los montes, y no Dios de los valles, yo entregaré toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcáis que yo soy Jehová.”  1 Reyes 20:28  

La implicación detrás de este verso es que Dios va a demostrar que Él es Dios de montes y Él es Dios de valles.  Los valles representan los lugares bajos; los montes tienen un lugar de prominencia.  El salmista decía: ¿de dónde vendrá mi socorro?  Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.  Esto, haciendo referencia a que ellos miraban a los montes.  ¿Por qué?  Porque el pueblo de Israel encontraba protección en esos lugares altos.  El salmista, en una ocasión, dijo: cuando yo miro los montes, mi protección no viene de ahí, sino de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.  El salmista estaba claro que Dios era Dios de montes y Dios de valles.  Esa es la importancia de versos como ese.  

A través de toda la Biblia, los montes tienen lugares de prominencia porque fue en los montes que ocurrieron cosas maravillosas.  Fue en un monte donde Abraham descubrió Jehová Jireh; él fue a ofrendar a su hijo, a sacrificarlo, y oye la voz de Dios y se da cuenta que ya Dios tenía provisto un carnero en un lugar para que sustituyera a Isaac.  Es en aquel monte donde Abraham tiene esa experiencia donde realizó que Jehová iba a suplir todo lo que él necesitaba.  Fue en un monte donde Dios le dio las tablas a Moisés por primera vez.  Era en el monte Sinaí, en el monte Horeb, en toda esa región, donde él subía al monte y se encontraba con Dios.  El pueblo veía la nube, el fuego, el lugar se estremecía.  De una zarza arder, Dios lleva a un monte arder.  Siempre comienza una zarza ardiendo, y termina un monte ardiendo.  En ese lugar, con su dedo, Dios escribe las primeras tablas.  Fue en el monte Carmelo donde Elías hizo que fuego bajara del cielo.  En aquel lugar, cuando se consuma aquel sacrificio, aquel momento de fe, le da la oportunidad a Elías de tener una gran victoria, al acabar con cientos de profetas de Baal.  Los lugares altos son maravillosos, gloriosos.  A todos nos gusta estar en los montes, en lugares altos; pero la realidad es que nuestra vida, no siempre la pasaremos en lugares altos.  No se puede ir de un monte a otro, sin cruzar por un valle, por un lugar bajo.  

Todos estaremos en lugares bajos en repetidas ocasiones en nuestra vida.  Y tenemos que mantener la seguridad que el Dios que nos da la victoria en los montes, es el Dios que nos da la victoria en los valles, en los lugares más bajos.  

El pueblo sirio estaba jugando un juego psicológico contra el pueblo de Israel.  Habían tratado de atacar al pueblo en el monte, y habían perdido.  Habían ciudades amuralladas, y no los pudieron vencer.  Entonces, el pueblo sirio comienza la guerra psicológica, diciendo: ustedes están cuidados, no porque Dios los cuide, sino porque están en el monte, en la muralla.  Y comienzan a hacerles el reto, ese juego psicológico, para que el pueblo de Israel saliera de sus murallas para ser retados, pensando que así ellos podrían tener la victoria.  

Cuando Dios escucha estas palabras, no tan solo le habla a los sirios, sino también a Israel; porque si Israel llega a creer que eran las murallas las que los defendían, el día que no tuvieran murallas, ese día no iban a tener fe.  Y Dios le dice al pueblo de Israel: atrévete a salir de estas murallas, vamos a demostrarles a los sirios que yo soy Dios de montes y Dios de valles.  Que con buena o mala economía, Él te prospera.  

Todos tenemos nuestras murallas, nuestros lugares altos.  La mayoría siempre está buscando el plan médico, por ejemplo.  Y el plan médico es bueno.  Pero los cristianos tenemos que saber que es maravilloso estar en un monte donde tengas un plan médico, pero tu fe no puede estar puesta en la tarjeta porque te da derecho a un hospital, pero el que te sana a la larga es el Dios Todopoderoso, sin importar al hospital que vayas.  Y el día que no tengas la tarjeta del plan médico, Dios sigue siendo Dios del que tiene plan médico y del que no lo tiene.  Esa es nuestra fe, que cuando estás en lugares altos, Dios es tu muralla, quien te protege.  

El problema es cuando la iglesia comienza a depender de las murallas que ha creado, de las conveniencias que tenemos, y no somos capaces de activar la fe más allá de esos lugares de comodidad.  El mismo Dios, en esta ocasión, no meramente quería demostrarle al pueblo sirio que Él es Dios, sino también al pueblo de Israel.  Dios no hacía nada por demostrarle al mundo; Él no tiene problema de ego; Él quería demostrárselo a su pueblo.  Porque, muchas veces, aún su pueblo, no se da cuenta de quién es Dios.  A veces, hacemos de nuestras murallas, de nuestros lugares cómodos, nuestro Dios, y no nos damos cuenta que es Dios nuestra muralla más grande.  Y Dios le dice al pueblo: atrévete a salir de la muralla porque yo te voy a defender.  La pregunta para ti hoy es: ¿estarías tú dispuesto a salir de las murallas que tú has creado?  Estarías tú dispuesto, por el reto de Dios -no porque Él quiera demostrarle al mundo, sino a ti, que no son las murallas las que te protegen.  

Hay quien no ha aceptado la incomodidad de salir de los lugares seguros.  No toman riesgos en nuevos empleos, relaciones, amistades; se quedan encerrados en las murallas que han creado porque les dan seguridad, sin darse cuenta que Dios es Dios de los montes y Dios de los valles.  Dios es Dios de los lugares altos y de los lugares bajos.  

A nadie le gusta estar en lugares bajos en su vida, pero lo vamos a estar.  Y la pregunta es cómo vamos a responder en momentos como ese.  

Cuando Adonisedec rey de Jerusalén oyó que Josué había tomado a Hai, y que la había asolado (como había hecho a Jericó y a su rey, así hizo a Hai y a su rey), y que los moradores de Gabaón habían hecho paz con los israelitas, y que estaban entre ellos, 2 tuvo gran temor; porque Gabaón era una gran ciudad, como una de las ciudades reales, y mayor que Hai, y todos sus hombres eran fuertes. 3 Por lo cual Adonisedec rey de Jerusalén envió a Hoham rey de Hebrón, a Piream rey de Jarmut, a Jafía rey de Laquis y a Debir rey de Eglón, diciendo: 4 Subid a mí y ayudadme, y combatamos a Gabaón; porque ha hecho paz con Josué y con los hijos de Israel.”  Josué 10:1-4  

Gabaón era una ciudad real, con hombres fuertes, pero lo que le daba miedo a este hombre es que hizo un pacto con Josué.  Los cristianos siempre ven a otros más grandes y fuertes que los buscan a ellos, y no se dan cuenta que es porque los necesitan.  Lo que hacía que ahora le tuvieran miedo a Gabaón no era la grandeza de Gabaón, sino la grandeza de lo que habían visto que Dios podía hacer con Josué.  Y a veces, los cristianos estamos buscando alguien más grande que nos ayude, sin darnos cuenta que en realidad son ellos los que están buscando que les ayudemos porque no tienen los mismos recursos, pero nosotros tenemos un Dios que nos respalda, y no los respalda a ellos.  

Lo que hace que este hombre quiera ir en contra de Gabaón no es que fuera fuerte, sino que ahora había una alianza con Josué.  

6 Entonces los moradores de Gabaón enviaron a decir a Josué al campamento en Gilgal: No niegues ayuda a tus siervos; sube prontamente a nosotros para defendernos y ayudarnos; porque todos los reyes de los amorreos que habitan en las montañas se han unido contra nosotros. 7 Y subió Josué de Gilgal, él y todo el pueblo de guerra con él, y todos los hombres valientes. 8 Y Jehová dijo a Josué: No tengas temor de ellos; porque yo los he entregado en tu mano, y ninguno de ellos prevalecerá delante de ti. 9 Y Josué vino a ellos de repente, habiendo subido toda la noche desde Gilgal. 10 Y Jehová los llenó de consternación delante de Israel, y los hirió con gran mortandad en Gabaón; y los siguió por el camino que sube a Bet-horón, y los hirió hasta Azeca y Maceda. 11 Y mientras iban huyendo de los israelitas, a la bajada de Bet-horón, Jehová arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca, y murieron; y fueron más los que murieron por las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel mataron a espada. 12 Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón. 13 Y el sol se detuvo y la luna se paró, hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. m ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero. 14 Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jehová a la voz de un hombre; porque Jehová peleaba por Israel. 15 Y Josué, y todo Israel con él, volvió al campamento en Gilgal.”  Josué 10:6-15  

Veamos hoy el Dios del valle de Ajalón, el Dios de los milagros en Ajalón.  Si no entendemos el contexto, pudiéramos pensar que Josué está peleando una batalla que aparentemente no le corresponde.  Si aquella gente iba a atacar al pueblo de Gabaón, y Dios había dicho a Josué que conquistara la tierra prometida, por qué Josué tenía que defender a Gabaón, cuando los gabaonitas eran una de las tribus que estaban en la tierra prometida, que tenían que desaparecer, tenían que salir de aquel lugar.  

Una de las cosas que se discute en relación a esta escritura es la inherencia de la palabra porque dice que Josué dijo al Sol y la Luna que se detuvieran, cuando sabemos hoy que realmente es la tierra la que gira alrededor del Sol.  Pero si Dios le llega a haber dicho a Josué que le dijera a la tierra que se detuviera, ¿lo hubiera hecho?  Josué lo hizo en el contexto de lo que sabía, y en un impulso de fe porque, aunque no conociera cómo funcionaban el Universo y los planetas, sí sabía cómo funcionaba el Dios Todopoderoso; y Dios siempre honra la fe, aunque parezca ignorante.  

Es mejor para Dios alguien con fe, que muy sabio porque, a veces, la sabiduría no te hace creer con fe.  Pero cuando hay un hombre determinado en hacer algo grande para Dios, aunque con su cabeza no sepa todo lo que está pasando, Dios es capaz de honrar la fe de esa persona en ese momento.

6 Comments
  • Jhon Mario
    Posted at 13:51h, 24 August Reply

    Gracias Señor

  • Maryori
    Posted at 14:19h, 24 August Reply

    Amén aleluya

  • marttha
    Posted at 01:11h, 25 August Reply

    Amén Aleluya Gloria a Dios
    Asi es si tenemos fe cómo un grano de mostaza
    Bendiciones Pastor Otoniel

  • Nelson García
    Posted at 11:33h, 25 August Reply

    Amén

  • Oswaldo Monier
    Posted at 11:44h, 27 August Reply

    Gracias por fortalecerme en la palabra Ps Otoniel Font
    Amén ???????

  • Juan Carlos Ojeda Cornejo
    Posted at 13:02h, 29 August Reply

    GRACIAS POR ESTA PALABRA PASTOR OTNIEL ,DIOS LO BENDIGA

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