¿Quién educa a tu familia?
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¿Quién educa a tu familia?

8 Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre; 9 Porque adorno de gracia serán a tu cabeza, y collares a tu cuello.”  Proverbios 1:8-9  

La educación de los hijos tiene que ser tanto del hombre como de la mujer.  Uno de los problemas que hay en la familia, es que a veces uno solo es el que educa.  El hombre deja que la mujer sea la que eduque porque él está muy cansado, o por el contrario, la mujer está muy cansada y es el hombre quien los tiene que educar.  En la Biblia, los que educan a los hijos son ambos.  Los dos tienen que estar constantemente enseñando.  Ambos tienen que discipular; tanto el padre como la madre tienen que sentarse y hablar con sus hijos.  Ambos tienen que educar y mostrar la perspectiva correcta.  

Bajo el concepto divino, no es el gobierno quien provee para la familia, sino los padres.  No es el gobierno el responsable de mantener a la familia, sino los padres.  Ese es el concepto divino, que los padres son los que suplen.  

7 Manda también estas cosas, para que sean irreprensibles; 8 porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.”  1 Timoteo 5:7-8  

El problema del momento y del sistema en que vivimos es que nos ha enseñado de manera incorrecta.  El gobierno no tiene que hacerse cargo de la educación de tus hijos.  Tú educas a tus hijos.  Tú enseñas a tus hijos.  El gobierno no te tiene que dar nada.  Tú les das a tus hijos.  Si tu hijo tiene un gran potencial en el deporte, tú te levantas de madrugada y lo llevas a las prácticas, al entrenamiento.  Tienes que trabajar, pero es a ti a quien le toca hacerlo.  Eres tú como padre quien lo tiene que hacer.  El día que aceptas ayuda del gobierno, tendrás que aceptar que les enseñen a tus hijos cosas que van en contra de lo que Dios ha dicho para tu familia.  Eres tú quien tiene que discipular a tus hijos.  Son el hombre y la mujer quienes tienen que proveer y enseñar a sus hijos.  

La vida familiar debe ser gobernada por la palabra de Dios.  Es la palabra la que debe gobernar toda tu vida.  La palabra nos enseña cómo comportarnos.  

25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, 30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.”  Efesios 5:25-31  

La manera de amar, de disciplinar están gobernadas por la palabra de Dios.  

No se puede tener una gran familia si no hay coherencia.  La coherencia es indispensable en la familia.  Uno de los peores problemas de nuestra sociedad en este tiempo es el pensamiento individualista.  En la familia, trabajamos para el equipo, para la familia, para el grupo.  El día que en una familia se tienen que complacer los deseos de todo el mundo, trabajar para las metas de todo el mundo, se vuelve una casa dividida.  Ahí viene el resentimiento, el coraje, el odio, los reclamos de que se ayuda más a uno que al otro.  La familia tiene que ser coherente.  Tenemos que pensar más que en nosotros, pensar en el bien común.  Aun la iglesia comete ese error.  Los gobernantes no gobiernan para los creyentes, sino para los constituyentes.  Deben respetar nuestro criterio, nuestra voz, deben escucharnos; pero no están ahí para complacernos en todas las cosas.  Nosotros no somos los únicos que vivimos aquí.  No debemos ser menospreciados ni discriminados; la sociedad no debe decir que no debemos involucrarnos en todo lo que pasa porque eso es discrimen, pero tampoco nosotros podemos decir lo mismo.  Eso es coherencia.  

25 Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.”  Mateo 12:25  

Cuando tú no entiendes esto, la familia se comienza a destruir.  

Toda familia debe tener un tiempo devocional y de instrucción de la palabra.  Quizás tu horario no te lo permite a diario, pero al menos semanalmente tiene que haber algún tiempo en que te sientes con tu familia y tengas ese momento donde compartas un verso de la palabra, un pensamiento y hagas una oración.  Todos debemos buscar sabiduría para tener este tiempo.  Comienza tú y déjales saber que estás orando con ellos, que te envíen sus peticiones.  

9 Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos. 10 El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos;”  Deuteronomio 4:9-10  

Todos debemos siempre enfocar nuestras familias hacia el futuro.  Enfoca tu familia hacia el mañana. Muéstrales que hay algo más grande que Dios tiene para ustedes en el futuro.  Cuando hables con tus hijos, con tus familiares, siempre sé una voz de esperanza.  Habla siempre de lo glorioso que Dios va a hacer.  Luego que José perdona a su familia, a sus hermanos, dice la Biblia que los nietos y bisnietos se criaron a sus rodillas; y la Biblia nos añade que José hizo jurar a los hijos de Israel diciendo: ciertamente, os visitará Dios, y haréis llevar de aquí mis huesos.  José les dijo: Dios los va a visitar; si lo que hemos visto es grande, lo que viene es más grande, y yo les pido que me juren que mis huesos se los llevan de aquí.  La única manera de consolar a tu familia, a tus familiares, es que cuando tú hables con ellos, los enfoques en el futuro glorioso que Dios les ha prometido, que les hagas entender que a pesar de sus errores y todos los problemas, la promesa de Dios se va a cumplir.  

Como parte de lo que es el discipulado a tu familia, enseña el valor del trabajo.  Uno de los problemas es que, en nuestras familias, no se enseña el valor del trabajo.  Lo que muchas veces se recibe es la queja por todo el trabajo que tenemos, pero si algo hizo la comunidad judía por mucho tiempo, fue mostrar a sus hijos y a su familia la importancia del trabajo, de luchar.  Si algo tenemos que retornar a nuestros hogares es que toda nuestra familia, de alguna u otra manera, debe contribuir, trabajar.  Todos debemos celebrar cada vez que alguno produzca algo, cada promoción, cada fruto del trabajo; que puedan gozar, disfrutar, aprender a valorar el trabajo.  Enseña a tu familia a trabajar.  

10 Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 11 Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. 12 A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan.”  2 Tesalonicenses 3:10-12  

Enseñémosles el valor del trabajo a nuestras familias.  

En nuestras familias, se debe enseñar el valor del dinero.  Enséñales que el dinero no crece en las matas.  

6 Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”  Proverbios 22:6  

Por lo general, este verso se usa para hablar de la palabra y el propósito de Dios, pero si lo vemos en contexto es un verso financiero.  Basta con ver el verso que le sigue, que te habla de qué es lo que tienes que enseñarle al niño:  

7 El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta.”  Proverbios 22:7  

Enséñale el valor del dinero, lo que es una deuda, lo que es el ahorro, lo que cuestan las cosas; no con culpabilidad ni de forma incorrecta, sino como dice la palabra del Señor.  

Provoca la lectura en tu familia.  Tu familia tiene que leer.  Provoca la lectura.  Pero cómo, si el primero que no lee eres tú?  Tienen que verte leyendo.  

9 ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. 10 Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos.”  Salmos 119:9-10  

Enséñales a estudiar la palabra.  Toma el hábito de la lectura en tu casa, en tu hogar.  Que tu casa esté llena de libros en lugar de revistas.  Que haya un lugar donde buscar respuestas.  

No permitas que el mundo se robe tu familia.

6 Comments
  • Ameilyn
    Posted at 12:46h, 15 July Reply

    Gracias Pastor por esta reflexión tan hermosa. Recientemente nos mudamos a los EU y definitivamente es muy importante que como familia tengamos tiempo devocional y de estudio de la Palabra.

  • Nelson García
    Posted at 13:30h, 15 July Reply

    Amén así será

  • Oswaldo Monier
    Posted at 16:02h, 16 July Reply

    Lléname de discernimiento y sabiduría para seguir adelante con tu presencia y tu palabra Amado Padre Celestial, haz que sea un canal de bendición para mi familia y mi prójimo
    Amén ???????

  • Jhon Mario
    Posted at 01:43h, 17 July Reply

    Gracias Señor, Gloria a Dios

  • Pamela Cochy Rocha
    Posted at 03:59h, 17 July Reply

    Amén ?

  • Neris Canovas
    Posted at 02:43h, 18 July Reply

    Gracias gracias gracias pastor Otoniel Font por esta hermosa y poderosa enseñanza que instruye que edifica te llena de conocimiento para compartirlo con la familia la palabra de Dios que es valiosa para aplicarla en todas las áreas de nuestra vida.. Que Dios lo bendiga abundantemente en todo Pastor.

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