21 Jul 3 Cosas que Detienen tu Prosperidad

Algunos piensan que la prosperidad o la libertad económica es algo que no está destinado para todo el mundo, que es solo para algunos que gozan de ciertas ventajas.  Otros piensan que para poder avanzar económicamente es necesario robar, ser corrupto, hacer cosas inapropiadas.  Esa mala percepción incluso desanima a algunos de su deseo de emprender.  Cuando alguien crece económicamente, muchos se preguntan a cuántos habrá tenido que derribar, que engañar; y piensan que algo malo debe estar haciendo.  Es  muy triste que esto ocurra, no tan solo porque se piensa mal del que prospera o desea prosperar, sino porque esta es la manera en que muchos también han logrado cancelar el deseo de que otros logren avanzar, prosperar; así cohartan las habilidades, los dones y las posibilidades de muchos.  

Dios quiere que tú prosperes, que avances.  La prosperidad no es negativa, no es errónea.  Lo que no puedes es hacer del dinero tu Dios ni tu prioridad, pero definitivamente Dios es un Dios que desea que tú avances financieramente.  Tampoco es cuestión de suerte ni de hacer una oración y esperar con expectativa que Dios haga algo a tu favor; conlleva trabajo, esfuerzo, la actitud correcta, y algunas claves que te pueden permitir avanzar en esta área.  

Tres cosas que detienen la prosperidad en tu vida y que debes corregir

Mientras más rápido empieces a corregirlas, podrás avanzar económicamente.  

1. Malas relaciones.  Es imposible que un emprendedor prospere, que progrese económicamente, teniendo las relaciones incorrectas, no teniendo la gente correcta a su alrededor.  No tan solo hablamos del aspecto emocional o espiritual, sino también de la consejería, de tener a la gente incorrecta en el trabajo.  Si contratas a una persona inapropiada para un puesto, puede contaminar al resto de tus empleados.  Nadie debería juzgarnos por la gente que nos rodea.  Jesús dijo que era amigo de pecadores, estuvo en todo lugar, quizás causó una mala imagen en algún momento dado, pero a veces, son cosas que podemos evitar.  Tú tienes que sacar de tu vida a aquellas personas que no te ayudan a seguir hacia adelante, que no te permiten el avance en tu vida y crecer en las cosas de Dios.  En el área económica, es vital.  Si decidiste ahorrar, pero te rodeas de personas que te ponen presión para que gastes, debes repensar esas relaciones, no te convienen.  Tal vez sea sin mala intención, pero te están atrasando en el área económica.  
2. Malas enseñanzas.  No tan solo a nivel de la iglesia que a veces no enseña apropiadamente el aspecto económico, sino que nuestros sistemas de educación no están a la vanguardia de los tiempos, por lo que nos quedamos atrasados en el área económica.  

“¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?”  Gálatas 3:1  

El apóstol está diciendo: alguien te está enseñando algo incorrecto, algo erróneo, algo que no te va a ayudar y que no es lo que necesitas escuchar en este tiempo.  Una de las tareas principales del Espíritu Santo, según nuestro Señor Jesucristo, quien dijo “es necesario que yo me vaya porque vendrá un consolador”, y añadió: una de sus tareas es recordarte lo que yo te he dicho, y enseñarte las cosas que el Padre quiere enseñarte.  

El Espíritu Santo está para enseñarte, para educarte, para prepararte.  Proverbios 22:6 dice: Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.  Curiosamente, este verso está en medio de un contexto económico, financiero.  Enséñales a tus hijos, a tu familia correctamente el camino de cómo manejar las finanzas, cómo vivir correctamente.  Todos tenemos que romper con patrones en nuestra mente que han sido enseñados a nuestros corazones y pensamientos, cosas que quizás les funcionaron a tus padres pero que a ti no te funcionan hoy y tienen que ser renovadas.  Tienes que modernizar tu enseñanza a través de los tiempos, a través de las épocas, de las etapas económicas de tu vida.  La manera de manejar dinero en el pasado, no es la manera de manejar dinero hoy.  Las cosas han cambiado, los tiempos son diferentes.  Hoy se usa el método electrónico.  El dinero en efectivo es cada vez menos común.  

Aún una buena enseñanza pasada, requiere de una revisión en los tiempos que estamos viviendo.  Y una mala enseñanza puede cancelar tus posibilidades de prosperar, de progresar, de avanzar.  ¿Cómo resuelves esto?  Ten un corazón enseñable.  Entiende que no lo conoces todo.  Invierte en tu aprendizaje.  La sabiduría se compra, se paga.  Hay que invertir dinero y tiempo en ese aprendizaje constante y continuo.  Tienes que sacar tiempo para prepararte.  Se requiere de ti este esfuerzo.  ¿Quieres prosperar?  Tienes que mantenerte aprendiendo y romper con las malas enseñanzas del pasado.  

3. Malas confesiones.  Tus palabras tienen poder.  Proverbios 18:21 dice: la muerte y la vida están en el poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.  Proverbios 21:23 dice: el que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias.  Proverbios 10:11 dice: manantial de vida es la boca del justo, pero violencia cubrirá la boca de los impíos.  Cuando hablamos de confesiones, hablamos tanto del aspecto espiritual como del natural.  

Naturalmente, palabras negativas, corrompidas, palabras erróneas en los lugares o momentos inapropiados, pueden causarte problemas.  Puedes perder una cuenta, un negocio, por unas palabras erróneas.  Espiritualmente hablando, tienes autoridad en tu boca, en tus palabras, para declarar, para creer, para provocar que cosas ocurran en el mundo espiritual.  Hoy es el día de cambiar eso que necesitas cambiar en tu vida, de transformarlo, de creerle a Dios por un milagro sobre tu vida, el día de hablar, de confesar con fe, de creer y declarar que la montaña se va a mover, de entender que hay poder en tu lengua, en tus palabras.  

Declárate próspero.  Cree que hay prosperidad, aumento, incremento; que solución vendrá de alguna parte, que respuesta vendrá de algún lugar, que llegará la bendición que estás esperando.  Haz un inventario de todas las palabras incorrectas que has dicho, de todas tus quejas.  Tus palabras tienen poder; por eso tienes que arreglarlas, corregirlas.