24 May Firmes, Perfeccionados y Completos

Pablo dice: oro para que tú seas fortalecido.  Pero esta no es la oración que la gente quiere que uno haga por ellos.  Para la gente, el ministro fiel es el que les predica lo que quieren oír, lo que les agrada; el que no les habla de la responsabilidad que como cristianos tienen que tener en este tiempo.  Y Pablo dice que ese no era Epafras.  

“12 Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere.”  Colosenses 4:12  

La oración de Epafras era similar a la de Pablo.  Pablo dice que ora sin cesar, y Epafras dice que siempre ruega.  Y oraba para que estuvieran firmes, que fueran perfeccionados y que estuvieran completos en Dios.  Ahí es donde está el verdadero poder de la oración; cuando la iglesia entiende de quién tiene que depender en medio de todo lo que le toca vivir.  

Que en medio de todo, estés firme, seas perfeccionado y estés completo.  

Que tu oración no sea que la pandemia se acabe, sino que cuando se acabe tú estés firme, perfecto, completo.  Pero la oración que muchos quieren es que se vaya el virus.  Porque tú lo que quieres es volver a lo mismo de antes.  No te has aprendido un verso bíblico, pero te sabes las series de Netflix.  La oración no es que se vaya el COVID.  Después del COVID, algo más vendrá.  Y entonces, ¿vamos a vivir con miedo toda la vida?  Ahora el miedo allá afuera es que supuestamente viene el nuevo orden mundial, que te van a poner un chip, pero es que todas tus tarjetas de crédito y tu celular tienen chip.  Cada vez que te vas de viaje, tienes que llamar al banco y avisarle; igual a tu compañía celular.  

Nuestras oraciones no tienen resultado porque pedimos lo incorrecto.  Pablo decía: yo lo que oro es para que tú crezcas en el conocimiento de la voluntad de Dios.  Y la pregunta para ti es si en este tiempo has crecido en el conocimiento de la voluntad de Dios.  En este tiempo, ¿te perfeccionaste?  Cuando se termine esta temporada, ¿saldrás más inteligente?  ¿Saldrás más alegre, o más frustrado?  ¿Saldrás con más fe?  

No entregues ninguno de los sueños que tú tenías antes de la pandemia.  Después de la pandemia, tú tienes que decir: ahora es que lo voy a hacer; si el sueño me lo dio Dios, lo voy a completar, lo voy a alcanzar.  Y nuestra oración es que, cuando todo esto termine, tú estés firme, fortalecido.  

Hay quien no ha querido ir a la iglesia, pero han ido al centro comercial, se han ido de vacaciones; los mismos que querían que hiciéramos cultos masivos de sanidad.  Tenemos que ser responsables; lavarnos las manos, usar mascarilla, cuidarnos; pero nuestras oraciones no tienen resultado cuando no oramos correctamente.  

Hay quien ora por libertad de deudas; y Dios lo puede hacer de muchas maneras; una de ellas: pagándolas.  Es un milagro que puedas pagar luego de haber tomado una deuda y haber perdido el trabajo.  Dios puede hacer que te llegue un dinero milagroso, pero vela que no lo gastes en un televisor.  Pides que Dios te libere de deudas, pero te dan un aumento y lo primero que haces es que vas y te compras un carro.  

Nuestra oración es que tú crezcas, que te fortalezcas, que seas perfeccionado.  

Tu oración tiene que ser la correcta: Señor, dame paciencia durante todo este tiempo, dame longanimidad, que yo pueda esperar y crecer mientras espero; si tengo que pasar esto, lo voy a pasar con gozo, con alegría, sabiendo que lo eterno lo tengo seguro.  Dile al Señor: me voy a perfeccionar, voy a crecer y voy a fortalecerme en la palabra, en el conocimiento de tu voluntad.  No caigas en lo que el mundo cae, en el pensamiento individualista ni el pensamiento de que es el gobierno el que tiene que resolver porque cada vez que el gobierno sea el que te mantenga, va a demandar de ti, van a exigir que te ates a un estructura que no te puedes atar porque Dios es soberano.  

No es lo que el gobierno diga o lo que el mundo diga, sino lo que Dios dice que tú tienes que hacer.  Ten la fortaleza para agradar a Dios en todo.  Que cuando termine todo esto, tú estés más firme en las cosas de Dios, perfeccionado, que termines con una sonrisa, con gozo, con alegría; que pases lo que tengas que pasar, que no te rindas.  

La herencia de los santos no es meramente el cielo, sino tener la victoria en medio de todas las dificultades.