26 Feb Tu Éxito, tu Plataforma

Hay muchas razones por las que una persona puede desear y tratar de perseguir el tener éxito en la vida, pero alcanzar satisfacción es una razón errónea para hacerlo.  El éxito no es el lugar donde encontramos satisfacción, aunque hay satisfacción en alcanzar el éxito.  Cuando alcanzamos éxitos empresariales, tenemos que saber que lo que tenemos es una plataforma desde donde podemos hacer cosas que antes no hubiéramos podido hacer.  Hay quienes han alcanzado logros, han tenido éxito, pero tienen un vacío en su interior.  Y es que, cuando alcanzas éxito, tienes que saber por qué y para qué estás en ese lugar.  

Jesús dijo en una ocasión: En los negocios de mi Padre me es necesario estar.  Esto lo dijo a la edad de doce años.  Esto se los dice a sus padres, que fueron al templo a buscarlo y cuestionarle por qué se perdió.  Jesús se enfocó en estar en el lugar que debía estar.  Cuando tú te enfocas en algo, hay quienes no van a entender.  Jesús dijo que estaba enfocado en la voluntad del Padre, y lo curioso es que le llama los negocios del Padre.  Ahora, lo importante es que tenemos que enfocarnos en las tareas, pero también en el propósito de esas tareas, y lo que debe ocurrir luego de alcanzar ese éxito empresarial que puedes lograr.

“13 ¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; 14 cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. 15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. 16 Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; 17 y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.”  Santiago 4:13  

Santiago no está hablando en contra de hacer negocios, sino de la jactancia que encuentran ciertos emprendedores en sus capacidades de hacer negocios, en sus capacidades de planificar, de hacer estrategias.  Porque el día de mañana lo tienes seguro no por tu capacidad ni tus cualidades ni tus recursos, sino porque es Dios quien puede darte ese día de mañana.  Por eso, los emprendedores exitosos siempre nos encomendamos a Dios y entendemos que todo plan que hagamos debe estar avalado por Dios y debemos poner todo en sus manos.  Si no, la realidad es que todo se vuelve vano.  Nada te asegura el día de mañana; solo el Dios Todopoderoso.  

Ahora bien, Santiago no está diciendo que no hagas negocios o que no planifiques, sino que no pongas tu confianza en tu capacidad de planificar, sino que en todo lo que hagas, te encomiendes a Dios, que consultes con Él.  

Cuando una persona llega a ese nivel de jactancia y prepotencia de creer que todo lo puede hacer y no contar con Dios, eventualmente no hace lo bueno.  El éxito no es para ti tener satisfacción.  Mientras alcanzas el éxito, alcanzas satisfacción porque ves progreso, avance; pero cuando alcanzas el éxito tienes que saber que el éxito lo que te da es una plataforma para hacer otras cosas.  

En una ocasión, Jesús dijo a los discípulos: Ustedes dicen que la cosecha va a tardar meses más, que va a tardar, pero yo les digo que la cosecha está lista.  Jesús estaba hablando del impacto que podían tener en las almas, en las personas en ese momento; pero ellos no podían percibir dónde estaban y lo bueno que tenían que hacer en ese momento, porque todo lo veían desde el aspecto empresarial y no la parte espiritual.  

No te puedes jactar de tus capacidades.  Todo lo que hagas tienes que encomendarlo a Dios.  El éxito no es el lugar donde tú encuentras satisfacción, sino un lugar donde tienes ahora una nueva plataforma.  La pregunta es, desde esa plataforma, ¿qué puedes hacer?  Cuando tú entiendes esto, entonces, das gracias a Dios y procuras hacer cuatro cosas:  

1. Honras a Dios.  no tan solo con tus palabras y actos, sino que dices a todo el mundo que esto te lo ha dado el Dios Todopoderoso.  
2. Liberas el potencial de los que están a tu alrededor.  La cima no es un lugar solo.  En la cima, puedes estar muy bien acompañado, si eres capaz de liberar el potencial que hay en otros.  
3. Provees para tu familia.  Si alcanzas el éxito, tu familia podrá mejorar, podrá alcanzar mejores cosas, y eso le agrada a Dios.  
4. Eres una persona generosa.  Cuando eres capaz de alcanzar nuevas dimensiones de éxito, desde ese lugar puedes ayudar generosamente en todo el sentido de la palabra a todos los que están a tu alrededor.  

Mantén tu conexión espiritual con Dios.  entiende que como empresario tienes necesidad de resaltar esa área en tu vida para que el éxito se vuelva una plataforma desde donde tú puedas alcanzar a muchos y puedas bendecir a otras personas y, al mismo tiempo, puedas siempre confiar en Dios.