05 Feb La Medida del Fracaso

Hay dos puntos de referencia que te dejan saber si una persona ha fracasado en las gestiones que ha hecho en su vida.  Dios nos impulsa a través de toda la Biblia a que crezcamos, a que progresemos, a que prosperemos, a que tengamos éxito.  La Biblia está llena de versos que muestran el deseo de Dios de que seamos más que vencedores, a pesar de las circunstancias que vivimos.  Tenemos que medir lo que es fracaso, no por la manera en que el mundo lo mira, sino por la manera en que Dios lo ve.  Todavía hay posibilidad de éxito para tu vida.  Cuando haces las cosas a la manera de Dios, las haces de la forma correcta.  

“11 Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.”  Jeremías 29:11  

Dios quiere darte el fin que tú esperas.  Este verso se da en un contexto histórico en que el pueblo de Israel se encontraba preso, esclavo de Babilonia.  En los versos anteriores, Dios les recuerda que les había dado una palabra de que pronto los libertaría y les exhorta a que se casen, prosperen, hagan negocios, a que trabajen, luchen, que no se detengan, a que sigan avanzando a pesar de sus circunstancias, lo cual parecía algo contradictorio.  Si estás esclavo y no ves esperanza naturalmente hablando, ¿cómo emprendes?  Por eso, Dios te dice que en medio de tu crisis, prosperes porque Él sabe los pensamientos que tiene acerca de ti.  El te va a dar un final maravilloso, glorioso.  Continúa avanzando, sigue adelante siempre.  

Hay dos puntos de referencia que demuestran si una persona ha fracasado o no:  

1. Cuando nunca empieza nada.  Tú no fracasas porque empieces y tengas un problema, no porque empieces y te estanques en algún momento en particular.  Tú fracasas porque nunca empiezas.  Si no haces nada, nada va a ocurrir.  
2. Cuando luego de empezar, no busca alcanzar el máximo potencial.  Es cuando decides quedarte en un cierto nivel, en vez de llegar a todo o aspirar a todo lo que podrías alcanzar.  Muchos viven así.  Pueden tener cosas buenas, pero no lo máximo que pudieran alcanzar.  Ni es su máximo potencial, ni lo está buscando.  

El fracaso no es un desliz, una bancarrota, perder un negocio.  Eso no es fracaso.  En la Palabra, vemos personas que pasaron por grandes problemas, pero que el Dios Todopoderoso los levantó, los elevó a un nuevo nivel, les dio victoria, bendición, y provocó en ellos cosas grandes y maravillosas.  

Hay gente que tiene buenas ideas, pero nunca empiezan nada.  Nunca dan un primer paso.  Todo es planificación, pero nunca ejecutan.  En la vida, una persona fracasada es aquella que no ha dado los primeros pasos, que no ha comenzado a buscar el desarrollo y el máximo potencial en su vida.  ¿Qué ocurre en la vida de una persona que provoca que no empiece algo?  

1. El miedo le invade.  Miedo al fracaso, al mañana, a no tener.  Esto detiene el progreso de muchos.  
2. Piensan que no tienen los recursos necesarios.  Creen que no tienen suficiente para empezar.  Tanto en la Biblia como en la actualidad, vemos historias de personas que comenzaron de cero.  Bill Gates comenzó en un garage; Steve Jobs, de la misma manera.  En la Biblia, una mujer viuda, cuyos hijos iban a ser esclavizados por causa de las deudas, con un poco de aceite y harina, levantó una empresa de la cual pagó todas las deudas y vivió el resto de sus días.  Ella aprendió a multiplicar.  De lo poco, siempre se puede sacar mucho.  Cuando piensas lo contrario, limitas lo que Dios puede hacer; te detienes, te paralizas y minimizas tu potencial y el potencial de tu fe y tus recursos porque, en tu mente, piensas que no es suficiente.  
3. Esperan el momento adecuado.  Hay gente que siempre está esperando cuándo va a ser la buena época, cuándo va a ser el buen momento para empezar.  Pero no hay tal cosa como un momento perfecto.  Atrévete a entrar con la bendición de Dios.  

Hay 5 cosas que demuestran que tú estás en la actitud de, luego de haber comenzado algo, no procurar alcanzar tu máximo potencial:  

1. Te resignas a las circunstancias.  
2. Solo disfrutas y celebras tus victorias pasadas.  
3. Tienes poca visión, poca dirección.  
4. No puedes soñar más allá del ambiente en el que viven.  
5. Tienes poca inspiración.  

No te conformes a lo que estás viviendo.  Busca siempre alcanzar más.  Mira más allá de tu hoy, más allá del lugar en que estás.  Y mantén siempre la inspiración divina.  Dios quiere darte el fin que tú esperas.