22 Jan Un Nuevo Punto de Partida

Aquello que pensamos que es un final, es muchas veces un punto de partida.  

Japón era un país que tenía todas las condiciones para fracasar, para perder cualquier oportunidad de desarrollo.  Es un archipiélago, y solo el 25% se puede utilizar para habitar, y de eso, solo el 14% se puede usar para agricultura.  Japón está en ruta de huracanes, maremotos, tsunamis y una falla tectónica que le hace terreno fértil para terremotos.  Aun así, se desarrollaron y entraron a la Segunda Guerra Mundial.  En medio de ese enfrentamiento, el 6 de agosto de 1945, sucedió uno de los hechos más lamentables en la historia moderna: La detonación sobre Hiroshima de la primera bomba nuclear.  Miles de vidas acabaron en segundos; fueron pulverizados sueños, familias.  El 9 de agosto de 1945, a solo 3 días de la primera bomba, se lanzó la segunda; en esta ocasión, en Nagasaki; 226,000 muertos en ambas campañas, en su mayoría civiles, que no tenían responsabilidad alguna en este conflicto.  Fue tal la destrucción que ambos pueblos fueron pulverizados.  Algunos sobrevivientes describen la escena como dantesca; fue una ola de fuego que se llevó todo a su paso.  En menos de 1 mes, Japón tuvo que firmar un acuerdo de rendición ante el ejército de los Estados Unidos, y permitir la ocupación del ejército aliado en su país; algo destructivo para las relaciones internacionales de cualquier país.  Con apoyo de otros países, EEUU buscaba impedir que Japón se convirtiera en una amenaza para la seguridad mundial.  Aquella invasión hizo que el país cerrara las fábricas de material bélico, se eliminó el sistema de castas y se realizó una nueva constitución que estableció un parlamento y una democracia que le arrebató el poder al emperador.  El nuevo estado enfocó su trabajo en estimular la compra y la reactivación económica interna del país.  Japón comenzó a salir adelante de una forma que nadie esperaba.  

En 1960, junto a su Primer Ministro, comenzaron lo que se ha llamado el milagro económico.  Se disparó a un crecimiento de más de 11% a final de dicho año.  La meta era doblar la producción nacional en una década, y lo consiguió en tan solo 5 años.  Lograron sentar las bases para que el crecimiento fuera al 13%, evitando la entrada del capital extranjero.  Esto fomentó el desarrollo tecnológico, y el desarrollo de estudios en la población.  Fueron inspirados por Henry Ford para desarrollar la producción en línea, y generar el concepto de la creación de productos más pequeños.  Esto los llevó a ser los precursores de la nanotecnología.  Japón, hoy por hoy, siendo un pequeño archipiélago asiático, es una potencia mundial en tecnología.  

Puerto Rico es también un archipiélago.  El nombre oficial no es La Isla de Puerto Rico, sino Las Islas de Puerto Rico.  Puerto Rico es un grupo de Islas.  San Juan, nuestra capital, es una isla conectada por un puente.  Estamos también en camino de huracanes, de maremotos, tenemos una placa tectónica.  Si otros lo han hecho, Puerto Rico también lo puede hacer.  La pregunta es si nuestra alma es capaz de levantarnos de las tragedias que hemos vivido, que no se comparan con dos bombas nucleares y morir 226,000 personas en un instante.  Pero la primera opción para muchos es montarse en un avión, es decir: Nadie me ayuda.  Como cultura, muchas veces nos gustan más las parrandas que ir a trabajar.  El mensaje es que una tragedia se puede convertir en un punto de partida, o puede hacer que el alma de un pueblo retroceda.  No seas de los que retroceden.  Ten el alma que se requiere para levantarte de las crisis, que no se comparan jamás con dos bombas atómicas.  Puede que tome años, pero lo que hace falta es una decisión, la determinación de un pueblo completo que diga: Lo que pasó no me va a hacer retroceder, no voy a esperar que me ayuden para seguir.  Que tu alma no retroceda.  Tu fe va a preservar tu alma hasta que el destino que Dios tiene para ti se alcance y se logre.  Los hijos de Dios contamos con el poder de Dios, que nos levanta y nos sostiene.  

Tenemos otro ejemplo en una familia que cambió lo que conocemos como valentía y esfuerzo.  Con más de un siglo de tradición, la familia Wallenda ha impresionado desde reyes europeos, hasta el pueblo en general.  Su apellido es un símbolo del reto a las alturas.  Su acto principal ha sido la pirámide de 3 niveles con 4 personas sobre la cuerda a gran altura.  Este acto los llevó a un éxito merecedor de una oferta de trabajo en un circo en Nueva York.  Al llegar, se percataron que en el barco extraviaron la malla protectora para su acto.  En una medida sin precedente, decidieron hacer su acto sin ella.  Completar el acto con tal riesgo, provocó un aplauso, una ovación del público que duró unos quince minutos.  Por tal razón, no usaron más malla de seguridad, elevando el riesgo en su acto.  En 1947, hicieron el acto de pirámide por primera vez con 7 personas, aumentando el riesgo aún más.  Este acto fue un éxito por quince años consecutivos.  Pero los voladores Wallenda no son exentos de la tragedia.  En los años ‘60 y ‘70, enfrentaron tragedias.  Un 15 de enero de 1962, uno del equipo realizó un movimiento en falso, trató de tomar el cable y cayeron todos al piso.  Dos murieron esa noche, uno quedó paralítico, y cuatro heridos graves, incluyendo a Carl Wallenda, quien era el jerarca de la familia.  Aun así, al día siguiente, caminaron en el cable los sobrevivientes; esto, por respeto a su público, para demostrar que se podían levantar, y además demostrando su profunda fe cristiana.  Esto aumentó el prestigio y la fama de la familia.  Carl se convirtió en el miembro más famoso por sus caminatas en el cielo que hizo alrededor del mundo.  Pero dieciséis años después del fatídico accidente, en una de esas caminatas, murió.  A sus 71 años, la leyenda se desvaneció en un evento sin precedentes en la Isla, que finaliza como la más funesta de las atracciones para grandes y chicos.  Aun con eso, honrando la memoria y tradición de la familia, esa misma noche, la familia Wallenda hizo una presentación al público en San Juan de Puerto Rico, y de la misma forma, en todos los otros lugares donde se pudieran presentar.  Los Wallenda nunca han dejado de actuar.  En 2017, tuvieron otra caída en una práctica de la pirámide humana, esta vez con ocho personas, donde varios fueron lesionados.  El nieto de Carl y su bisnieto, así como otros familiares, hicieron el mismo trayecto donde murió Carl; pero fue en 2020 cuando hizo historia, al pasar de un extremo al otro de un volcán activo en Nicaragua.  Sin dudas, esta familia sigue haciendo historia por su valentía y disciplina.  

¿Cuál ha sido tu reacción en tu familia ante las tragedias?  Ante los divorcios, ante las crisis económicas, ante las dificultades personales, ¿cuál ha sido la reacción?  De la historia de los Wallenda, podemos resaltar que no practican para las caídas.  Si no hay mallas, no hay donde practicar ni para qué.  Lo que practican es para sostenerse en la cuerda lo suficiente hasta que alguien llegue a rescatarlos.  Pero muchos viven siempre con un fondo de emergencias.  No tienen un fondo de ahorros para inversiones, para creerle a Dios que cuando llegue una oportunidad tendrán algo con qué arriesgarse.  Es una manera diferente de pensar.  Antes de cada acto, los Wallenda oran.  ¿Por qué orar, si otros han muerto, aún orando?  Por su resiliencia, por su fe.  Ellos saben que están haciendo algo riesgoso, pero su fe es tan importante que no se puede dejar de transmitir a sus próximas generaciones.  Se dice en sus biografías que, de las palabras que más repiten en sus travesías, es el nombre de Jesús.  Carl Wallenda siempre le decía a su familia: Siempre sonríe; no es lo que tú haces, sino cómo lo haces; haz un show y sonríe.  Nick Wallenda, bisnieto de Carl, decía: Camino siempre por fe; si crees que puedes caer, tienes más probabilidades de hacerlo; la acrobacia de alto riesgo se transmite de generación en generación; nunca nos damos por vencidos, es la forma en la que vivimos.  Carla Wallenda, la más anciana y que todavía hoy sigue haciendo actos a sus ochenta y cuatro años, a la pregunta de por qué sigue haciendo acrobacia, ella respondió: Si dejas de usar tu don, lo pierdes.  

Quizás tú has dejado de usar tu don porque algo no te salió bien.  Al primer negocio, fracasaste.  Algo no te salió como tú esperabas.  Si dejas de usar tu don, lo pierdes.  Nick dijo en una ocasión: Si naces Wallenda, naces acróbata, aunque seas abogado.  ¿Cuál es la frase de tu familia?  Hay que tener una gran tenacidad para levantarse de tanta crisis.  Y esa debe ser la actitud tuya y de tu familia: Si naces en esta familia, sonríe y sigue con el show.  En esta familia no practicamos para las caídas; nos preparamos por si caemos, pero si naces de esta familia, tú vas a ver tus problemas como un nuevo punto de partida.