29 Jan Deja un Legado

Ya este fin de semana es nuestro congreso anual, LiderazGo.  Regístrate aquí.  Los tiempos que estamos viviendo requieren de nuevos líderes con una consciencia diferente; líderes con una consciencia que pueda conectar al pueblo de Dios a la nueva realidad que vivimos, a la nueva realidad social que tenemos que enfrentar todos los días.  El camino para los líderes no está fácil; la cosa se ha complicado.  Hay que tomar medidas, iniciativas con nuestros jóvenes, con nuestros líderes, porque la batalla que existe es por la mente de nuestro pueblo.  Pero no estás solo; queremos ser parte de tu progreso, queremos contribuir contigo.  

En los tiempos que estamos viviendo, tiempos cruciales, difíciles, los líderes tenemos que tomar decisiones trascendentales, decisiones que nos van a poner en momentos complicados donde va a haber batallas, donde vamos a sentir que podemos flaquear por la presión de la sociedad y aún de la misma iglesia.  Los líderes de hoy tenemos que dirigir, pensando en dejar un legado, no necesariamente buscando tener una buena reputación momentánea.  

El mundo ataca la reputación de una forma feroz.  Todo lo que quieren es manejar al resto del mundo, basado en la opinión pública.  Los políticos y líderes en general son todos vulnerables a esto.  No hay manera de complacer a todo el mundo, así que siempre estarás en la boca de alguien de forma negativa, alguien estará en contra de lo que tú piensas.  Pero una cosa es estar en contra de lo que una persona piensa, no creer en la religión de otra persona, y cada quien tiene derecho a su opinión; el problema es cuando las diferencias provocan que quieran dañar tu reputación, y lo peor es que cedamos ante esa presión y que tú pienses que tienes que cuidar tu reputación porque si la cuidas, cuidas la del Evangelio, de la iglesia y, sobre todo, de Cristo.  

Una cosa es tu testimonio como líder, ese tienes que guardarlo, cuidarlo.  Tu testimonio y tu vida personal, espiritual, moral, tiene que ser guardada.  Pero tienes que saber que delante del mundo, nunca tendrás una buena reputación.  Así que tú no vas a actuar buscando una buena reputación.  Tú actúas buscando dejar un legado, una marca.  

Tus hijos no siempre van a estar contentos contigo.  Tú los regañas, los disciplinas; no siempre van a estar contentos; en momentos, van a hablar mal de ti.  Pero tú tienes que escoger si pasar tú ese momento amargo, o si perpetúas en tus hijos la indisciplina.  Así pasa en la sociedad.  Por eso, el mismo Cristo dijo: Bienaventurados cuando os persigan, cuando hablen mal de ustedes mintiendo.  Cada vez que mientan, que hagan algo para vituperarte, para hablar mal de ti, eres bendecido.  Tu nombre Dios lo va a cuidar, lo va a poner en lugares altos, pero será por causa de que tú estás visualizando tu vida, tus acciones y decisiones para dejar una marca, un legado, y no una reputación.  

Aquel que trata de dejar de reputación, va a estar siempre pendiente a las redes sociales, a lo que dicen, lo que hablan, vas a dirigir tu vida por lo que otros digan, comenten, y así no se puede dirigir.  Líder, atrévete a lanzarte con todo, y permite que Dios te use en este tiempo y que dejes una marca poderosa, que muchos tengan que decir: La vida de esa persona cambió la mía, su mensaje cambió mi vida.  Regístrate GRATIS en LiderazGo.  

En una ocasión, Dios habló a mi espíritu, a mi corazón, y me dijo: Cuándo fue la última vez que estudiaste la Palabra para que yo pudiera hablar a tu vida?  Porque no es lo mismo estudiar la Palabra para prepararte para un mensaje, para ministrar.  Cuando buscas la Palabra para darle a otro, no necesariamente te estás alimentando tú ni estás recibiendo acerca de lo que Dios quiere hacer contigo.  Una cosa es que busques para ministrar; otra, para ser ministrado.  Y como líder, tú necesitas tiempo para ambas cosas.  Dios te da para darles a otros, para bendecir la vida de los demás; pero también tienes que sacar tiempo para ti, para tú reflexionar, meditar, entender.  

Regístrate y recibe de parte del Señor, tanto para tomar ideas para ministrar a otros, como para recibir las claves que Dios quiere darte para tu crecimiento espiritual y personal en esta temporada de tu vida.  Busca recursos para instruir a otros, y pídele a Dios que hable a tu corazón.  Él lo va a hacer y va a obrar en tu vida de manera especial.