31 Dec Una Serie para una Década

Jamás pensamos que este año terminaría con las noticias de lo que hemos vivido por los pasados meses.  Nadie podía predecir que viviríamos lo que hemos vivido.  Este año nos trajo sorpresas, alegrías, tristezas, reflexión, meditación, cambios, transformación, y no tan solo un país en particular, sino a nivel mundial.  El mundo entero ha sido tocado por lo que ha ocurrido este año.  Damos gracias a Dios que hasta aquí nos ha traído, y le estamos creyendo que hoy ponemos cierre a este año y comenzamos una nueva temporada.  

En nuestra iglesia, comenzamos el 2020 predicando la serie Compás 2030.  Comenzamos a visualizar los próximos diez años de nuestra vida, que miraran al mañana, al futuro, a lo que iba a pasar de aquí a diez años; que más allá de planificarse para el 2020, se planificaran para la próxima década.  De alguna manera, este fue un mensaje profético.  Esto protegió la mente y el corazón de nuestra iglesia, y de muchos que se conectaron con nosotros durante esa temporada.  

“18 Sin profecía el pueblo se desenfrena; Mas el que guarda la ley es bienaventurado.”  Proverbios 29:18  

Cuando tú no tienes visión para el mañana, para el futuro, para lo que viene, tu vida se convierte en un caos en el presente.  La única persona dispuesta a hacer esfuerzo y sacrificios es aquella que piensa que tiene futuro.  Los que piensan que no tienen futuro, que no hay oportunidades para nada nuevo, viven para el hoy.  Cuando llegan los caos, las dificultades, hacen que la gente comience a vivir bajo impulsos y desesperación, tomando malas decisiones que eventualmente afectarán el futuro.  A todos nos toman por sorpresa cosas que no esperamos; es la ley de causa y efecto.  Pero no todo efecto en nuestra vida somos nosotros quienes los causamos.  Sí, cuando tú tomas una acción, hay un efecto, pero a veces hay efectos, resultados, que llegan a ti causados por las decisiones de otros.  No fue en tu país que comenzó esta pandemia, por ejemplo, pero sí has sufrido los efectos de ella.  Ibas encaminado a un futuro en particular, te habías puesto en expectativa hacia ciertas cosas, pero mientras trabajabas para todo eso, llegó un efecto no provocado por ti.  ¿Cómo trabajamos con eso?  

Dios estaba hablando a nuestra iglesia.  Nos puso a visualizar al 2030, diciéndonos: lo que va a pasar este 2020 no lo puedes ver a corto plazo, sino a largo plazo; este no es el final, sino el comienzo de una década; ten confianza de que yo voy a tornar esto en bendición.  Todo aquel que puso todo su empeño y su visión en lo que quería para este año y no se proyectó a un futuro más lejano, hoy está frustrado, preocupado, y no tiene esperanza.  Por eso, dice Proverbios que sin profecía el pueblo se desenfrena.  Cuando no hay una visión a largo plazo, nos desenfrenadas, tomamos decisiones por impulsos, pensamos que si no hay mañana pues vamos a vivir para hoy.  Es ahí donde complicamos los efectos de lo que ha llegado a nuestra vida que no fue causado por nosotros.  

Determina que lo que ocurrió en este 2020 no va a castrar tu sueño, no va a acabar con tu vida y que la próxima década tú vas a ver la mano de Dios y esto será solo parte de tu historia con la que podrás contar grandes testimonios de lo que Dios ha hecho.  

Cuando no tienes visión a largo plazo, cometes muchos errores:

1. Te desenfrenas.  
2. No tienes pasión por hacer sacrificios, esfuerzos.  Sin estos, no hay resultados.  

En la vida hay causa y efecto; tú tomas acciones esperando un resultado.  No siempre tienes el resultado que quieres, pero sí sabes que todo lo que hagas tendrá una reacción.  Pero hay muchas cosas en la vida con la que tendrás que trabajar, que son resultado de decisiones y acciones de otros.  Si no entiendes esto y no tienes visión para el futuro ni tienes confianza en el futuro, puedes empeorar con tus decisiones el efecto de lo que estás teniendo en este momento.  En medio de esta pandemia, por ejemplo, habemos quienes decidimos hacer cosas a favor de prepararnos para el futuro que Dios tiene para nosotros.  

Es importante tener visión a largo plazo, futuro, esperanza, para poder ver que el efecto de lo que estás viviendo, aunque no haya sido causado por ti, tú sí puedes hacerlo peor o mejor.  Dios te hace llegar este mensaje para que tú mires tu futuro a largo plazo, para que tu vida no se desenfrene, para que no pierda sentido.  Hoy Dios te dice: Tu vida no la puedes medir por el 2020, sino por mi plan, mi propósito para ti y por lo que yo voy a hacer contigo para el futuro.  

Ya estamos viendo un poco la salida del problema, pero sabemos que tenemos que trabajar con el efecto de este problema por mucho tiempo.  Tú necesitas entender que hay futuro para ti, hay un mañana, esperanza para tu vida y para los tuyos.  El 2030 será un tiempo glorioso, de bendición, de poder.  Todo lo que has vivido en esta temporada, será solo parte de tu historia para tu futuro, y Dios va a hacer contigo cosas grandes, así que prepárate.  

En la Biblia hay grandes hombres y mujeres que hoy celebramos porque conocemos el final de su historia, pero ellos no la conocían.  Conocemos que David fue un jovencito que no era apreciado y terminó como rey; celebramos su final.  Vemos su camino, el rechazo, y nos da pena, pero nos alegramos porque sabemos el final.  La pregunta es si tú piensas que lo que estás viviendo hoy es tu final, o piensas que tendrás un final como el de los héroes y las heroínas de la fe que vemos en la palabra.  

Hoy ponemos final a este año, cerramos este capítulo mirando al futuro con expectativa, y lo que viviste durante esta temporada, las pérdidas dolorosas, los finales, lo que hayas vivido quedará atrás y habrá un nuevo futuro para ti.  Si Dios lo hizo con David, con José, con Abraham, con Ester, con Sarah, con Noemí, que vemos sus tragedias pero sus finales fueron gloriosos, la pregunta es si puedes creer que Dios también lo puede hacer contigo.  

Creemos contigo que Dios lo va a hacer también en tu vida y la de los tuyos, y juntos vamos a celebrar las grandezas de Dios.