30 Dec Jesús y las Posesiones
Cuando quieres saber algo de importancia para tu vida, debes buscar la información, pero también las fuentes correctas. Hay tanta información, que es necesario corroborarla porque hay muchas opiniones; y a ti no deben importarte las opiniones del mundo, sino lo que Dios opina, y lo que Él opina está en su palabra.
Veamos dos cosas que Jesús dijo acerca de las posesiones. Muchas veces se condena a la gente, diciéndoles: no aspires a tener, a alcanzar. Tratando de cancelar o minimizar el deseo, la pasión de alcanzar. Todos deseamos mejorar en nuestra vida. Hay quien siente la necesidad de justificar lo que quiere, pero quiere algo. Puedes aspirar a tener una casa, por ejemplo. Si no tienes un auto, aspiras a tener uno. No necesariamente tiene que ser lujoso, pero ese no es el punto. Todos aspiramos a algo mejor, y algo mejor es relativo.
“15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.” Lucas 12:15
“23 La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido.” Lucas 12:23
En esta parábola, Jesús habla de un rico insensato, habla del afán y la ansiedad; y hace un contraste poderoso. Cuando dice que la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee, está hablando de la opulencia, de la riqueza desmedida en la que el hombre pone su confianza y su esperanza. Pero más adelante, en ese mismo capítulo, te dice también que la vida es más que la comida y que el cuerpo, llevando un mismo punto de un nivel de opulencia a lo básico. Te está diciendo: Mantén las cosas en la justa perspectiva. O sea: aún aquel que está afanado por la comida, por el vestido, que no ha puesto su confianza en las cosas de Dios, está siendo atado por sus posesiones, por lo que tiene o por lo que no tiene.
La vida de un cristiano es más allá de las cosas que poseemos. Las posesiones cambian, se pierden, vienen y van, se transfieren de mano, de poder, de autoridad; un día las tienes tú, y otro día, otro. Pierdes el trabajo y piensas que estás perdido. Esa es una manera errónea de pensar porque has puesto tu confianza, tu seguridad, en las cosas que posees. Nuestra iglesia ha alcanzado grandes cosas, pero hace unos años, un huracán destruyó nuestro templo. ¿Cerramos la iglesia? ¡No! La iglesia es más que un templo. Y Aquel que es más grande que un templo, todavía continúa con nosotros. Si la actitud hubiera sido: vamos a dejar de adorar, de servir; entonces hubiéramos sido controlados por lo que poseemos. La vida es más que el vestido, más que la comida y que las posesiones. Eso fue lo que dijo Jesús. Él lo llevó de la abundancia, hasta lo más básico. Tú tienes que saber que la vida es más que las cosas materiales.
“17 Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 18 Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. 19 Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. 20 El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. 21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. 22 Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. 23 Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! 24 Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! 25 Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 26 Ellos se asombraban aún más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? 27 Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.” Marcos 10:17-27
La enseñanza de estos versos es muy simple. Las cosas no te pueden poseer. Tú puedes poseer las cosas, pero las cosas no te pueden poseer a ti. Cuando Jesús le dijo a este joven que siguiera los mandamientos, y el joven dijo que los había seguido, eso provocó que Jesús le amara. Y como lo amó, le dijo: entrega todo eso, ven y sígueme, camina conmigo, tú eres de los míos. Aquel joven, lamentablemente, no lo hizo porque tenía muchas posesiones. En realidad, si analizamos, no es que tuviera muchas posesiones, sino que las posesiones lo tenían a él. Las cosas que había logrado y alcanzado, lo controlaban, la manejaban, le hacían tomar decisiones fuera de lo que era la voluntad de Dios.
No hay nada malo con tener posesiones, riquezas. Los mismos discípulos decían: quién podrá ser salvo? Estos porque ellos tenían posesiones también. El mismo Pedro, cuando el Maestro se encontró con él, estaba en sus barcas con redes vacías, luego de pescar toda la noche. Cuando Jesús llegó, vino multiplicación y se llenaron las barcas. Luego, Jesús le dijo: sígueme. Y Pedro lo dejó todo. Eventualmente, cuando Jesús muere y resucita, Pedro había vuelto a las barcas. Así que, el dejarlo todo no fue que Pedro vendiera su negocio, sino que lo dejó a cargo de otra gente para seguir a Cristo. Si hubiera sido malo que él tuviera las barcas, no hubiéramos visto un segundo milagro. Jesús sabía dónde encontrar a Pedro: en su negocio. Y fue allí y se encontró con Pedro con la misma situación, y le dijo; Tira la red a la derecha. Y le multiplicó. Jesús no se puso a enseñarle allí una lección, como hubieran hecho algunos religiosos. Al ver el milagro, Pedro se tiró de la barca, dejando allí el milagro, buscando al Maestro. Esa es la actitud. Nunca, nada de lo que tú tengas te debe limitar en seguir a Cristo.
Mientras sigas a Jesús por encima de lo que tengas o lo que no tengas, tu vida siempre estará segura. No quiere decir que siempre vayas a tener. Eso no quiere decir que siempre vayas a tener; las barcas de Pedro estaban vacías, pero Jesús las llenaba. Se vaciaban, y Jesús se las llenaba. En tu vida, habrá momentos de dificultad, pero el Señor siempre va a responder, te va a ayudar. En momentos, te va a decir, deja eso y sígueme; no te preocupes por el negocio, por lo que tienes; no permitas que te posea. Cuando entiendes esto, tu vida cambia. Jesús lo explicó claramente: la vida es más que lo que posees, y las cosas no te pueden poseer a ti.
Jairo Alfonso Plata
Posted at 08:21h, 30 DecemberHermoso mensaje, Mil Gracias
Alicia Farías González
Posted at 09:44h, 30 DecemberAmén, amén!,, gracias Pastor Otoniel, Dios les bendiga y les guarde.
Nidia Carey
Posted at 11:18h, 30 DecemberDios con nosotros?
Bendiciones?
Rosana Elera
Posted at 20:33h, 30 DecemberAmén, Gloria a Dios, bendiciones Pastor.
Eglee Rodríguez
Posted at 20:46h, 30 DecemberPoderosa palabra y enseñanza amén ?
marttha
Posted at 23:10h, 30 DecemberAmén poderosa palabra
Sólo creyendo en él tendremos todo
Ana Silvia Zambrano Romo
Posted at 10:49h, 03 JanuaryNecesitaba de ésta palabra, Dios no llega antes ni después, sino justo a tiempo. Gloria Dios