30 Oct El Árbol de la Vida

En Números 13, se les da la instrucción a los espías de ir a mirar la tierra. 

“¹⁷ Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Subid de aquí al Neguev, y subid al monte, ¹⁸ y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso; ¹⁹ cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas; ²⁰ y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las primeras uvas.”  Números 13:17-20 

Donde dice que tomen del fruto, en realidad, Moisés lo que estaba diciendo era que comieran del fruto; pero ellos trajeron del fruto.  Comer del fruto, en aquel tiempo, era un acto profético de posesión de aquella tierra; eso fue lo que Moisés les instruyó que hicieran, pero no fue lo que ellos hicieron. 

Además de esto, en estos versos Moisés les dice que vean si hay árboles o no.  Aquella era una tierra productiva, ¿cómo no habría árboles?  Cuando vemos el texto original, esa palabra se encuentra en singular.  Busca si hay árbol; en singular.  Los estudiosos judíos dicen que lo que Moisés mandó a hacer era ver si allí estaba el árbol de la vida eterna.  Moisés conocía la historia.  En Génesis, había dos árboles: El de la vida, y el de la ciencia del bien y del mal; y de este último, Adán no debía comer porque moriría, perdería su inocencia, conocería el mal.  Adán come de aquel árbol y es echado fuera del Edén, por lo que ahora no tiene acceso al árbol de la vida.  El pueblo de Israel conocía esta historia, al igual que Moisés.  Así que esperaban algún día encontrar el huerto, el árbol de la vida, ese lugar especial y entrar en esa conexión.  Y Moisés pide a los espías que busquen a ver si allí estaba el árbol, la vida, la bendición, lo eterno, lo bueno, lo que les daría la estámina, la fe, lo que les diría que habían llegado a la tierra prometida, al lugar correcto.  Lamentablemente, cuando analizamos lo que pasó en la mente de estos espías, vemos que ellos nunca encontraron el árbol.  Y quizás no estaba allí físicamente, pero veamos el contexto espiritual. 

Lo que Moisés estaba tratando de pedir, espiritualmente hablando, es lo que Dios nos pide cada vez que nos envía a conquistar.  Todos debemos buscar el árbol, la vida, lo positivo, lo correcto, lo inocente, la bendición de Dios, la pureza.  El problema de los espías fue que lo menos que encontraron fue el árbol porque todo lo vieron de forma negativa.  Tú nunca podrás prosperar, progresar, alcanzar las promesas de Dios para tu vida, mientras tu enfoque sea ver todo lo bueno y lo malo y tu consciencia se dañe y nunca encuentres el árbol en eso que Dios te ha mandado a poseer, en eso que Él quiere entregarte.  Esta es de las cosas que puedes aprender: Mantenerte enfocado. 

Todos nuestros países están enfrentando dificultades; algunos situaciones críticas; cuentan con nuestras oraciones y nuestra ayuda.  Hemos visto momentos difíciles; algunos han decidido emigrar, por ejemplo.  A todos se nos puede llenar la cabeza de todo lo negativo alrededor y no ver lo positivo detrás de lo negativo de lo que Dios nos ha mandado a poseer, a conquistar.  Dios te llamó a un lugar, y comenzó a abrirte puertas, y también has vivido momentos difíciles; pero si Dios no te ha dicho que te vayas, tú no te vas.  Para poseer el lugar que Dios te dijo que reconocieras, tú tienes que permanecer viendo el árbol, la promesa de Dios, lo bueno de lo que Dios tiene para ti en esa tierra, y tu vida será diferente a lo que el mundo vive y tendrás la victoria. 

El problema es cuando el hombre sale del huerto del Edén y pierde de vista el árbol.  Cuando tú pierdes de vista el árbol, lo que te queda es la consciencia del bien y del mal, que muchas veces lo que trae es confusión, amargura.  Quizás tú hoy estás pasando por momentos difíciles, duros, pero en medio de tu nación, de tu país, hay un árbol.  Si Dios te tiene en ese lugar y Él quiere que tú poseas en ese lugar, hay árbol; hay un árbol que te debe motivar e inspirar a continuar y poseer esa tierra, conquistar ese lugar. 

Lamentablemente, los espías comenzaron a ver todo lo malo, todas las dificultades que vivirían, lo difícil y lo complicado que sería.  Tú quieres emprender, alcanzar algo nuevo para tu vida, salir de donde estás, pero ves una promesa y surge el deseo en tu corazón y cuando comienzas a caminar hacia eso, empiezas a ver problemas y a escuchar la voz de los espías que van contigo.  Te dicen que no es tan fácil como pensabas, y quitan tu mirada del árbol, de la promesa de Dios, de la eternidad y la bendición que Dios quiere darte en ese lugar.  Y ahora comienzas a dudar de que realmente Dios quiera que poseas esa tierra. 

Si tú quieres realmente prosperar en tu vida económica y conquistar, tú tienes que ser diferente.  Tú tienes que aprender a ver la bendición de Dios en medio del huerto.  Aprende a ver la victoria, la bendición, la abundancia.  Busca ese árbol de la vida, esa promesa de Dios.  Aprende a ver a Cristo en todo lugar, en medio de tus dificultades, de tus situaciones difíciles.  Aprende a ver a Cristo dondequiera que tú estés, dondequiera que tú vayas. 

Hoy es un buen momento para decidas terminar con tu mentalidad negativa y dejar de estar vacilando en tu mente entre hacerlo o no hacerlo.  Encuentra el árbol, la victroria, el lugar de la promesa.  Esa fue la mentalidad de Josué y Caleb, quienes dijeron: Nos los vamos a comer como pan.  Ellos vieron la bendición en aquellos gigantes.  Se enfocaron en el árbol que vieron, en la bendición de Dios.  Siempre que andes entre lo bueno y lo malo, habrá confusión en tu vida, desánimo, tristeza.  Tienes que mantenerte enfocado en el bien que Dios quiere darte, en la victoria que Él te ha prometido.  Vienen tiempos maravillosos para ti.  Otros no podrán poseer la tierra, pero mientras tú encuentres el árbol y veas la promesa de Dios, te darás cuenta que lo podrás alcanzar.