14 Jun Persíguelos, Alcánzalos y Recupera Todo

En 1 Samuel 30, se nos narra el momento en que David y sus hombres regresan a su ciudad y la encuentran en llamas, porque los amalecitas habían invadido y habían llevado cautivos, además, a todos los que estaban allí.  Ante tal escena, David y sus hombres lloraron, hasta no quedarles fuerzas para llorar.  

David se angustió porque el pueblo hablaba de apedrearlo, mas, dice la palabra, que David se fortaleció en Jehová su Dios.  Entonces, David consultó a Dios, preguntando si los perseguiría, si los alcanzaría; a lo que Dios respondió: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos.  

Hay una época nueva, un tiempo nuevo, para el que debes marcar estas palabras en tu conciencia: Persigue, alcanza y recupera.  

¿Habrá algo en tu vida digno de perseguir?  ¿Habrá algo en tu vida digno de que continúes luchando?  ¿Habrá algo que tú quieras alcanzar?  ¿Habrá algo que tú quieras recuperar?  Pues, si hay algo que es digno de perseguir, si hay algo que es digno de alcanzar, si hay algo que es digno de recuperar, este es tu tiempo.  Hoy Dios te dice: Persíguelos, porque ciertamente los vas a alcanzar, y de cierto vas a recuperar todo.  

¿Te atreverías tú perseguir algo si, ciertamente, supieras que lo vas a alcanzar?  ¿Si supieras que, de cierto, recuperarás todo? 

David no tenía que orar para saber que tenía que salir tras ellos, sino para tener la seguridad de que lo iba a lograr.  David no tenía que orar para saber si debía tratar de libertar a su esposa.  Eso era algo que le correspondía hacer.  David no oró para que Dios le diera permiso para perseguir a aquel pueblo que se llevó a su esposa y a sus hijos.  David oró para que Dios le diera la certeza de que, lo que él iba a perseguir, lo iba a alcanzar y que, ciertamente, iba a recuperar aquello que se había perdido.  

En el camino encontraron a un siervo de los amalecitas que los llevó hasta el campamento, donde estaban festejando por el botín tomado.  Entonces David los hirió y, dice el verso 19: todo lo recuperó David.

Todo lo que el enemigo te ha querido robar, lo vas a recuperar.  Vas a recuperar todo. Vas a recuperar tu familia; vas a recuperar tus hijos; vas a recuperar tus finanzas; vas a recuperar tu casa.  

Vas a recuperar todo lo que el enemigo te haya querido robar.  

David venía de una mala racha.  Su jefe lo quería matar, sus hermanos lo habían rechazado, todo parecía perdido, David se encontraba huyendo.  David regresa a Siclag pensando que allí tendría descanso.  Los hombres que andaban con David se molestan con él porque perdieron todo por salir a luchar una guerra incorrecta, una que Dios no le mandó.  Pero estos hombres eran medio malagradecidos porque eran los mismos que estuvieron con David en una cueva deprimidos, endeudados, y que luego de hacer rey a David, él los llevó de victoria en victoria, fueron prosperados; Pero ahora tienen este problema y piensan en apedrear a David.  Pero David se fortaleció en Jehová.  Porque, cuando tú no puedes contar con más nadie, hay uno solo con quien tú puedes contar. 

Cuando se trata de tu familia, buscas cómo fortalecerte.  Tú no puedes quedarte en tu casa todo el tiempo para proteger a los tuyos; Tú sales y haces lo que tienes que hacer, y Dios protege a tu familia; Y si algún día el enemigo se mete con los tuyos, Dios te da la capacidad de recuperar todo.