12 Jun 318

“¹⁴ Oyó Abram que su pariente estaba prisionero, y armó a sus criados, los nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y los siguió hasta Dan. ¹⁵ Y cayó sobre ellos de noche, él y sus siervos, y les atacó, y les fue siguiendo hasta Hoba al norte de Damasco. ¹⁶ Y recobró todos los bienes, y también a Lot su pariente y sus bienes, y a las mujeres y demás gente.”  Génesis 14:14-16 

Abraham era un hombre bendecido; Dondequiera que iba, prosperaba.  Y la gente se juntaba, se conectaba, y se creó una multitud.  Pero había un grupo selecto con el que Abraham contaba para hacer lo que otros no podían.  El texto en inglés dice “trained servants”, siervos entrenados, preparados, en los que Abraham había invertido su vida. 

En Números 11, vemos a Moisés cargado por la presión de la responsabilidad del pueblo de Israel, y Dios le dice: Busca setenta.  Eran más de seiscientas mil personas, pero setenta profetizaron, y el resto comió codornices.  Todos se benefician, pero hay unos que tienen un espíritu diferente, que permite que tú puedas depositar en ellos, algo que no puedes depositar en todo el mundo.  Así pasa en la iglesia; Se predica, pero no todos permiten la preparación o entrenamiento necesario para ser en un nacido en casa.  Si tú quieres prosperar en tu trabajo, no es la antigüedad lo que debes perseguir, sino permitir que la visión de la empresa se meta dentro de ti, que tú vivas por ella.  Cuando haces esto, tú eres entonces de un grupo selecto.  Los nacidos en casa hacen más de lo que se les pide, trabajan por la visión, son la gente que permite otro nivel. 

La Biblia dice que el más que sirve es más grande; El que más hace, más recibe.  Al que entrega un hijo, Dios lo hace Padre de mucha gente, le da una promesa que no le puede dar a aquel que da una oveja.  Abraham estuvo dispuesto a hacer lo que nadie más, y Dios lo llamó su amigo.  ¿Tú quieres prosperar?  Haz más allá.  Puede que pienses que lo haces y no te reconocen; Pero no se trata de hacerlo para que te reconozcan, sino porque tú sabes que hay un Dios que te está viendo, y es Él quien te va a recompensar.  Nadie más te ve, pero Él te ve en lo secreto, y te va a recompensar en público.  No van a entender por qué, pero mientras otros hacían diez llamadas, tú hacías veinte; Otros salían, y tú te quedabas media hora más.  Esos son los nacidos en casa, un grupo de personas que sobresalen. 

Moisés tenía líderes; Josué, Caleb, y un grupo de príncipes.  Cuando envió espías, envió doce príncipes.  Diez volvieron con un reporte negativo; Dos, con uno positivo: Josué y Caleb, quienes tenían un espíritu diferente.  Muchos no se dan cuenta de esa diferencia, y se lamentan porque no obtienen lo que piensan que deberían.  En una ocasión, Moisés subió al monte con Aarón y Ur, mientras Josué estaba abajo en el valle peleando.  A muchos, lo que les gusta es estar arriba en el monte, posando para la foto.  Moisés sabía a quién mandar para que aquella batalla acabara, y lo vemos en la actitud de Josué; Se le acababa el tiempo, y no optó por un descanso, sino que dijo: Sol, detente, y luna no salgas; No me voy hasta que esto termine.  Si tú eres un Josué en el campo de batalla, deja de estar deseando ser un Aarón y Ur en el monte; Haz lo que tienes que hacer porque, si han puesto esa tarea en tus manos es porque más nadie está dispuesto; Y si más nadie está dispuesto, tampoco podrán reclamar las bendiciones que van a llegar a tu vida, por causa de hacer lo que tienes que hacer.  Esos son los nacidos en casa, gente de una consciencia diferente. 

Estos hombres, entrenados por Abraham, un grupo selecto, combatieron a cinco reyes, y vencieron; Dice la Biblia que los persiguieron de noche, hasta llegar al otro lado, hasta vencerlos, hasta terminar con lo que habían comenzado. 

Cuatro personas en la vida de Abraham sobresalen: Lot, Eliezer, Ismael e Isaac; Estos últimos tres, son ejemplos de gente nacida en casa.  Lot no era un nacido en casa, por eso estaba en Sodoma y Gomorra.  Lot era una relación almática, de las emociones, una relación no espiritual, una de sentimientos.  Cuando Dios llama a Abraham a irse de su casa y parentela, Abraham quiere llevarse algo que le recuerde su tierra, y se lleva a Lot; Las relaciones almáticas lo que causan son problemas.  Cuando hay conflicto en tu vida con Lot, lo mejor es que uno coja a la izquierda, y otro a la derecha.  Con las relaciones de alma, en un momento dado, siempre va a haber conflicto.  Eso es lo que vemos en Génesis 13. 

Los problemas emocionales con los Lot, nunca vienen en alta jerarquía, siempre vienen abajo; Las relaciones emocionales, siempre pelean por cosas triviales.  Los que estaban peleando eran los siervos de Abraham y los de Lot.  Y Abraham dice: Como tú no puedes controlar tus siervos, y los míos tampoco aprenden, dime para qué lado te vas, y yo voy para el otro, porque es mejor que nuestra relación siga bien y nos vayamos cada uno por su camino porque esos conflictos de allá abajo no deben cambiar nuestras emociones hacia el otro.  En tu familia, hay personas con las que tienes rencillas por boberías.  Y lo grande es que tú tratas de mantener esas relaciones, pero estás peleando en lugares bajos.  Si tú quieres una relación con alguien, resuelve las cosas más tontas; Y si no se puede, entonces, tome cada uno su lado, sabiendo que el día que el otro esté en problemas y tú te enteres, tú vas a ir y vas a poner tu vida para rescatarle y sacarle del lugar donde esté.  Pero es mejor separarse; De lo contrario, vivirán toda la vida amargados por los siervos. 

Ten cuidado con los Lot de tu vida.  ¿Con cuántos estás molesto por tonterías?  Y la mejor decisión que puedes tomar es: Cada uno por su lado; Antes que se dañe tu corazón; Sabiendo que, cuando el otro necesite, ahí tú vas a estar.  Si el otro no lo entiende, deja que se meta en Sodoma y Gomorra.  No te va a llamar.  Lot no mandó a buscar a Abraham, sino un espía que salió corriendo, huyendo.  Tú te vas a enterar que los Lot de tu vida están en problemas, por otros; Y tú decides: O lo tomas como chisme, o vas y te metes y haces lo que tienes que hacer, y los redimes y los sacas entendiendo que, aunque fue una relación emocional, tú lo sacaste de su casa.  Porque Dios sacó a Abraham, pero Abraham sacó a Lot, así que Abraham era responsable. 

En la iglesia, a veces, alguien se entera que otro está en problemas, y su reacción es: Yo lo sabía; Todo lo que tú siembras, cosechas; Ese es el juicio de Dios; Yo estaba bien, yo se lo dije.  Pero hay otros que dicen: Vamos a armar a un grupo selecto de amigos, de personas que vamos a estar dispuestas a poner nuestras vidas para salvar a ese.