01 Mar Tu Actitud y tu Oración

Oración, más que palabras, es un estilo de vida.  Hay oraciones breves, oraciones largas; Y para una mejor experiencia en esos tiempos más extensos, debes conocer elementos que pueden ser parte de tu oración, y a su vez pudieran ser tipos de oración en sí mismos. 

El primero, la acción de gracias: Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia. (Salmos 118:1)  Dar gracias es vital; Y parte de tu alabanza, es agradecer a Dios por todo.  Jesús, cuando oró por los panes y los peces, dio gracias.  Tu alabanza a Dios es reconocimiento de lo que Él ha hecho; Cuando estás agradecido y das gracias, es porque recuerdas lo que Dios ha hecho.  No es un simple “gracias”; Es: Señor, gracias porque cuando yo necesitaba, tú trajiste a esta persona, me salvaste de esto, por eso alabo, vivo agradecido, cuando estaba en pecado tú me sanaste, me salvaste, me limpiaste; Recuerdas y dejas saber a otros lo que Dios ha hecho en tu vida.  Cuando tú oras por la comida, demuestras a todos alrededor, que reconoces quién es quien te provee. 

Tu dádivay tu servicio a Diosson parte de tu vida de oración.  Cuando hagas algo en agradecimiento a Dios, hazlo con esa consciencia; Si eres ujier, si regalas comida, hazlo sabiendo que es parte de tu vida de oración.  Sirve, agradecido porque Dios te provee.  Cuando ofrendas, no das limosna; Hazlo en actitud de gracias porque, de lo que Dios te ha dado, das y bendices.  Tu vida debe mostrar agradecimiento.  Durante la semana, saca un tiempo donde solo des gracias a Dios; Si tú siembras, tienes derecho a pedir cosecha, pero tu generosidad produce agradecimiento; Es decir: Señor, si no me das más nada, lo que me has dado es suficiente; Vengo a darte gracias.  Tu servicio y tu generosidad demuestran tu agradecimiento a Dios.  En tu oración, tiene que estar el elemento de la acción de gracias. 

El segundo elemento es la confesión de pecados; Dios los conoce, pero no se te puede brindar perdón hasta que no los aceptas y pides perdón.  Esaú vende su primogenitura, su papá bendice a Jacob, y la reacción de Esaú es echar culpa: Mi hermano me engañó, lo voy a matar.  En ningún momento dijo: Perdóname, cometí un error.  Esaú llora, pero no hay cambios; Porque hasta que no hay aceptación de tu error, no puede haber liberación. 

La gente se acerca a la oración con sentido de culpa, por no estar dispuestos a aceptar su error.  ¿Cómo puedes acercarte a Dios confiadamente, si no entiendes que te va a perdonar, que te ha perdonado?  Cuando tú expresas tu error, lo próximo que experimentas es misericordia, paz, descanso.  Van a orar, pensando: Yo sé que no estoy yendo a la iglesia ni ofrendando, no me estoy portando bien.  ¿Crees que esa oración da resultado?  No; Por más fe que tengas; Porque ya estás diciendo por qué no debes recibir contestación a tu petición.  No es que si no ofrendas ni vas a la iglesia, no vas a recibir respuesta; Pero tu conciencia bloquea tu petición porque sabes que no vives como deberías.  Dios no te pide perfección, pero sí un corazón sensible.  No hay nadie que se acerque a Dios y pida perdón y que Dios no lo perdone.  Saúl pecaba y se mantenía erguido, orgulloso; David pecaba y rasgaba sus vestidos: ¡Señor, perdóname; Me arrepiento!  Saúl pecaba y huía de Dios; David pecaba y corría al templo.  Una actitud diferente.  Todos erramos, hacemos mal en algún momento; Lo mejor que podemos hacer es: Señor, perdóname; He fallado en esto. 

“⁴ Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos; ⁵ hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas.”  Daniel 9:4-5  

Daniel confesó los pecados del pueblo; Él sabía de la misericordia de Dios.  El salmista decía: Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día.  Cuando tú callas el pecado y no lo expresas a Dios, te enfermas, tus huesos se secan.  Saca tiempo para pedir perdón al Señor; Pide que te corrija, que traiga paz y hable a tu corazón; Si hay alguien que tengas que perdonar, ese es el momento; Pide misericordia.  Para algunos, esto es innecesario porque “vivimos bajo la gracia”, como si todo fuera permitido; Pero no es así.  La gracia de Dios cubre multitud de pecados, pero tu consciencia no se limpia hasta que tú te has arrepentido delante de Él.  Si no te arrepientes y no recibes el perdón de Dios, caminas en tu corazón con obras muertas, con culpa y condenación en tus pensamientos. 

El tercer elemento es la adoración.  Cuando vas a la iglesia y cantas y alabas a Dios, eso es parte de tu oración.  Una manera de tener un momento de oración con Dios en tu hogar, es poner una canción de meditación y alabar a Dios, levantar tus manos al cielo; Adoración es exaltar quién es Él, lo que Él ha hecho en tu vida, su grandeza; Reconocer, quién es Él para ti y lo grande que es Él.  Cuando realmente tú adoras a Dios, muchas veces ni tienes que pedir que un problema desaparezca de tu vida; En la adoración, tu mente reconoce cuán grande es Dios por encima de tus problemas.  Porque el problema es que las dificultades se vuelven más grandes en tu mente de lo que realmente son.  Pero, cuando tú adoras a Dios, su grandeza comienza a opacar lo pequeño de tu problema.  Ya el problema no parece tan problema, no parece tan grande, ya no hay en tu mente esa idea de que Dios no puede hacer algo por ti.  Por eso, parte vital de tu vida de oración es tu adoración. 

Mensaje transmitido por Televisión y Radio Viernes, 29 de Febrero 2019

Código del Programa: OE-02A

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