25 Mar Aprende a Pedir

“² Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. ³ Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.”  Santiago 4:2-3 

Los que no se atreven a pedir, mueren de envidia, de codicia, se enchisman.  Por supuesto, hay que pedir correctamente.  La Biblia dice que hay quien no pide, y muere de envidia; Otros piden, y no reciben porque piden mal.  Ambos están mal; Tienes que pedir por las razones correctas.  ¿Por qué Dios no te da más?  Porque no has pedido.  Y, si has pedido, y no has obtenido, quizás has pedido mal.  Pediste una empresa, pero quizás por darle por la cabeza a otro y no para darle gloria a Dios o trabajo a otro; Y Dios no va a complacer tus malos deseos y motivos.  Él no tiene problemas con que tú pidas por una empresa; Lo que no puedes es pedir incorrectamente; Tienes que saber pedir. 

¿Cómo pedimos correctamente, cómo arreglamos nuestro corazón?  Hay varias cosas que debes tener claro en tu mente para pedir correctamente.  Uno, tienes que comprender el poder del nombre de Jesús.  Tu petición tiene valor, cuando pides en el nombre de Jesús; Y Él te ha dado autoridad para que uses su nombre.  La Biblia dice que Dios le ha dado un nombre que es sobre todo nombre, para que toda rodilla se doble delante del nombre de Jesús.  Esa es tu carta de recomendación.  El nombre de Jesús tiene poder; Tenlo en tu consciencia.  Pide por la sanidad de tu cuerpo, de tu vida, en el nombre de Jesús.  Juan 14:13 dice, “Y todo lo que pidieres al Padre en mi nombre, lo haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo”.  Pedimos en el nombre de Jesús porque, cuando lo hacemos, el Padre recibe la gloria.  Todo lo que Jesús pedía, era para gloria del Padre.  Cuando multiplicó los panes y los peces, dijo: Gracias Padre, porque tú siempre me escuchas.  Cuando fue a pedir que Lázaro se levantara: Señor, no digo esto por mí, porque yo te creo, pero lo digo para que todos los que están aquí comprendan; Para que seas tú, quien se lleve toda la gloria.  Así que, cuando pides en el nombre de Jesús, es una manera de darle la gloria al Padre por lo que estás obteniendo.  Dos, si quieres pedir correctamente, tienes que conocer la palabra de Dios, que es su voluntad.  Tienes que pedir de acuerdo a la voluntad de Dios, y su voluntad es su Palabra.  I Juan 5:14-15 dice, “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”.  Tienes que pedirle al Señor, conforme a lo que dice su Palabra; Esa es su voluntad.  Si pides a Dios un auto, a Él no le importa el color o la marca o si es híbrido o no; Esas cosas nos importan a nosotros.  Lo que a Dios sí le importa, es que vaya de acuerdo a tu fe, y al momento que tú estás viviendo.  No debes comprar un auto de lujo, si lo que necesitas hoy son cuatro ruedas que te lleven al trabajo, en lo que llegas algún día a tener algo mejor.  Tú puedes aspirar a tener, entendiendo que el carro no es lo que te da importancia; Ahora, la voluntad de Dios es que tú tengas transportación; Jesús la necesitó, y mandó a buscar un burrito.  Es la voluntad de Dios que tú tengas transportación, sí; Que puedas llegar a tu trabajo; Y tú puedes creer.  ¿Se necesita más fe para una marca que para otra?  Es la misma fe, lo que necesitas es más dinero para pagar el otro.  Es la misma fe y Dios no está pendiente a esas cosas, somos nosotros.  Y lo que te ayuda a alinear tu vida es la Palabra de Dios.  Cuando conoces la Palabra del Señor, conoces tus temporadas, tus tiempos; Te mantienes en la voluntad de Dios, enfocado, concentrado.  Hay temporadas, épocas, momentos, y la Palabra de Dios te ayuda a ubicarte en tiempo y espacio para conocer cuál es la voluntad de Dios en tu vida en este momento; Y tú pides de acuerdo a ese conocimiento.  Tres, tenemos que orar con confianza.  Hebreos 4:16 dice, “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.  Cuatro, tenemos que depender de la dirección del Espíritu Santo.  ¿Por qué?  Romanos 8:26 dice, “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu intercede por nosotros con gemidos indecibles”.  Hay veces que no sabemos qué pedir.  A todos nos pasa en ciertos momentos; A veces, tenemos ciertas situaciones y no sabemos qué vamos a pedir.  No pidas a lo loco, pídele al Espíritu Santo que te dirija; Dile: Dirígeme, ¿tengo que pedir por la libertad de esto, o tengo que pedir por soportar esto?  ¿Qué es lo que tengo que pedir?  ¿Por sabiduría, por conocimiento?  Dirígeme para pedir correctamente. 

Número cinco: Atrévete; Pide, llama y busca.  Mateo 7:7-12 dice: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.  Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.  ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?  ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?  Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?  Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.”  Pide, llama y busca.  En la oración de petición, es importante la perseverancia.  Pide en múltiples ocasiones.  Esta tal teoría de que tú le pides a Dios hoy y no le vuelves a pedir, y mañana tú lo que haces es darle gracias, “Señor, gracias porque ya lo recibí.”  Porque hay quien dice que, si lo pides múltiples veces, es porque no tienes fe de que la primera vez lo recibiste.  Eso tiene un poco de lógica, pero en la Biblia tenemos ejemplos de gente que pidió, y pidió; Ana pidió al punto tal, que parecía loca pidiendo; Y Dios le contestó.  Hay una parábola donde, Jesús dice, que había una mujer que era imprudente y que iba, e iba y pedía y pedía; Ella no recibió el milagro por la fe, recibió el milagro por la perseverancia de pedir.  Tú tienes que demostrar perseverancia en tu petición. 

Cuando tú pides en el nombre de Jesús, conforme a la voluntad de Dios, con confianza, dependiendo de la dirección del Espíritu, y eres persistente en tu oración, tu vida de oración cambia. 

Mensaje transmitido por Televisión y Radio Lunes, 25 de Marzo 2019

Código del Programa: OE-06C

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