08 Jun No Digas que fue Dios

Tienes que romper en tu consciencia la mentalidad de que todo lo que viene a tu vida proviene de Dios.  De lo contrario, aceptas los problemas como de parte de Dios.  Santiago, el hermano de Cristo, escribe estas palabras:

“¹² Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. ¹³ Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; ¹⁴ sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. ¹⁵ Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. ¹⁶ Amados hermanos míos, no erréis. ¹⁷ Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.”  Santiago 1:12-16 

Santiago tenía que estar molesto; su hermano había muerto por todos ellos, para salvarlos y sanarlos; pero ellos decían que todo lo malo que les sobrevenía provenía de él.  O sea, estaban diciendo que lo que hizo su hermano, Jesucristo, no tuvo valor.  Y él estaba diciendo: Nadie diga que viene de parte de Dios.  No vuelvas a decir que todo lo malo que te viene, viene de Dios; porque lo único que viene de Dios es lo bueno, y dice Santiago que lo bueno de Dios desciende sobre tu vida.  Todos los días Dios te baña en lluvia de bendiciones.  El problema es nuestra mentalidad religiosa.  Los judíos no tenían en su  mente consciencia del enemigo, por lo que entonces todo lo aceptaban como de parte de Dios; lo bueno y lo malo.  Los judíos no entendían que lo bueno proviene de Dios, y lo malo no; lo malo proviene de tu carne, de influencia negativa del mundo.  Hay cosas que ni es el enemigo, sino sinvergüenzadas.  Y Santiago dice que nunca vuelvan a decir que lo malo proviene de Dios. 

Es más fácil decir que lo malo proviene de Dios y aceptarlo y acomodarte a eso, que tener fe para cambiarlo, para resistir el mal que viene a tu vida.  Es más fácil justificarlo como que viene de Dios para entonces quitar el deseo de luchar y de tener fe.  Es más fácil echarle la culpa a Dios que atreverte en fe a resistir hasta el último momento, sabiendo que todo don perfecto proviene de Dios, que Dios para ti quiere cosas buenas; sanidad, libertad, prosperidad. 

Rompe con esa mentalidad religiosa.  No todo viene de Dios; solo lo bueno.  No es que no vayan a venir problemas, dificultades, pero no vienen de Dios.  En este mundo habrá situaciones, pero no vienen de Dios.  De Dios viene la bendición, la fortaleza; a pesar de todo lo que tengas que enfrentar, tu fe te va a sostener.  Renuncia a todo aquello a lo que tú te has conformado en esta vida y has aceptado como de parte de Dios, porque lo que Él tiene para ti son cosas buenas.  Deja de estar diciendo que “eso era lo que Dios quería”.  No; eso fue lo que pasó, lo que ocurrió; y, a pesar de que pasó así, has visto a Dios en el proceso, y algo más grande Dios va a hacer, y lo va a transformar en bendición, de allí va a sacar gloria.  No digas que es que Él tenía que pasarte por eso. 

Renuncia hoy a todo lo malo.  Sobre ti hay una lluvia de bendición que baja todos los días, y todos los días cae salud, cae gozo.  Extiende tu mano y toca la lluvia, la bendición que viene para tu vida de parte de Dios.  ¿Tuviste un problema?  ¿Te despidieron?  No fue Dios, pero puedes estar seguro que, a pesar de que te despidieron, Dios no te va a dejar, no te va a abandonar.  Dale gracias a Dios porque tú no dependes de tu trabajo, porque ese jefe no es el que suple tus necesidades.  Ahora es que tú vas a ver cómo Dios suple para tu vida.  Extiende tu mano y agarra la bendición.  Tu ganancia viene cuando tu fe se sostiene, a pesar del problema. 

Tu fe es la que te va a hacer sostenerte hasta el otro lado, hasta que tú puedas alcanzar la victoria.  Tu fe es la victoria que ha vencido al mundo.  Renuncia a todo lo malo que tú piensas que ha venido de Dios.  ¿Enfermedad?  Si tienes que tomarte las pastillas, hazlo, pero rehúsate a vivir atado a eso.  Declara tu sanidad, declara que vas a vivir en libertad.  Tú no tienes que vivir condenado por aquello que el mundo ha dicho que tú tienes que vivir condenado. 

Mensaje transmitido por Televisión y Radio el Viernes, 8 de Junio de 2018

Código del Programa: DG-02B