31 Mar Expectativa de un Nuevo Tiempo

“Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que quedare hasta la mañana, lo quemaréis en el fuego. Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es la Pascua de Jehová.”  Éxodo 12:10-11  

La historia de Éxodo 12 representa lo que lo que Jesús vino a hacer por todos en la cruz del Calvario.  Jesús tomó el mismo día en que los judíos celebraban la pascua para entregarse.  Lo mismo que pasó con el pueblo de Israel en aquel momento, es lo que ocurre con la iglesia de Cristo espiritualmente hoy.

En Éxodo 12:10-11, Dios le dice a al pueblo de Israel que se preparen con sus vestiduras porque saldrían de Egipto.  Les pidió que se pusieran sus zapatos, y llevaran el bordón en mano.  Les dijo que comieran apresuradamente porque era la Pascua del Señor.  

En el tiempo de la Pascua, debe haber expectativa de que cosas transformadoras ocurran en tu vida.  Todas estas especificaciones que Dios le hizo al pueblo, significaba que ellos debían tener expectativa de un milagro.  Tenían que tener expectativa de que la vida iba a cambiar.  Ellos tenían que tener expectativa de que esa noche serían cuidados del mal que vendría a Egipto, y también de que podrían moverse a un nuevo lugar.  Cuando le dices a tus hijos que los vas a llevar de viaje, o que habrá una salida familiar, en ellos se crea una expectativa y comienzan a hacer arreglos para ese tan esperado momento y, mientras más se acerca el momento, más emoción hay en ellos. Así mismo debería pasar contigo.  Cada vez que celebres la Pascua, debe haber expectativa en tu corazón de que tu familia tendrá un nuevo comienzo y una nueva temporada.  

Quizás estés pensando que has creído otras veces, y se ha atrasado mucho tu milagro.  Todos tenemos que luchar con los tiempos de espera.  Imagínate, por un instante, al pueblo de Israel; ellos llevaban cuatrocientos treinta años esclavizados.  Muchas veces, los tiempos de espera roban nuestra expectativa de los milagros que Dios quiere hacer.  Puede que se te haga difícil creer que aquello que no ha ocurrido en varios años, pueda ocurrir en los próximos días; pero no importan los años de espera, ni todas las circunstancias que has vivido, cada vez que te sientas a la mesa, tiene que haber expectativa de que Dios lo va a hacer, y de que estarás listo para experimentar el poder de Dios sobre tu vida.  ¿De qué serviría que Dios se moviera en favor tuyo, y que no estés preparado para el viaje?  Esto mismo se puede ver en el momento que el pueblo de Israel ya está en el desierto.  Ellos tenían que moverse cuando la nube o la columna se movían.  Imagínate que la nube se moviera, y el pueblo no estuviese listo.  Muchos se hubiesen quedado retrasados, hubiesen sido víctimas de las circunstancias del desierto.  

Tú tienes que estar listo para el mover de Dios; no importa todo lo que haya ocurrido, lo que importa es que viene un nuevo tiempo para tu familia, y que Dios lo va a hacer pronto.  Nunca debes sentarte a la mesa del Señor sin la expectativa de que algo Él hará.  Cuando Moisés se encuentra con la zarza ardiendo, Dios le dice que se quite el calzado de sus pies, que representa el dejar atrás el pasado.  Sin embargo, al pueblo de Israel le dice que se ponga el calzado, lo que significa que los llevaría a caminar a un nuevo lugar. 

¿Estás listo para emprender el viaje?  Hay personas esperando que las cosas cambien rápidamente, pero lo que Dios quiere es una transición a una nueva temporada, y todo conlleva unos pasos.  Puede que hayas perdido el gozo y la expectativa por los años de esclavitud, pero hoy Dios te dice que te prepares porque vas a salir en un viaje hacia tu liberación.  

Dios estaba cambiando un pueblo que era esclavo, a ser uno que daría reyes y sacerdotes.  Les estaba dando la libertad para que pudieran caminar en un tiempo de abundancia y poder.  Puede que tu familia nunca haya experimentado esos tiempos de libertad, pero tu familia puede empezar una nueva temporada hoy.  Tus generaciones no verán la esclavitud por lo que Dios va a comenzar a hacer contigo, y eso se va a transferir a tu familia, y a los hijos de tus hijos.  Será un nuevo camino para ti y los tuyos.