20 Sep Lo Demás Está Cubierto

En Hageo 1, Dios llama la atención al pueblo de Israel porque decían que no era tiempo de restaurar el templo, la casa de Dios, mas sin embargo ellos vivían en casas lujosas, artesonadas.  Aunque Dios les llama la atención, no les está condenando, ni diciendo que están en pecado por tener buenas casas.  Lo que Él les quiere decir es: Están mal por tener casas preciosas, sin haber construido la mía primero; haz arreglado tu vida, haz arreglado tu casa, y piensas que estás en el orden correcto, arreglando tu casa y descuidando la mía.  La pregunta es: ¿Estás satisfecho con tu casa artesonada, en tu casa lujosa?  

“Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.”  Hageo 1:6 

El Señor le dice: Medita en tus caminos; haces mucho para cubrir tus propias necesidades, pero aun así no estás conforme con los resultados.  Entonces, tiene que haber un momento en tu vida donde reflexiones y pienses: Por más que tengo una casa lujosa, no veo la solución a los problemas que tengo.  

Hay gente obsesionada naturalmente con tener una casa, y aunque no hay nada malo en prosperar y tener lo que anhelas, ¿de que te serviría tener una propiedad, y que todo a tu alrededor provoque que no puedas disfrutar de ella?  Tal vez el orden de Dios para tu vida no es tener la casa primero; tal vez se supone que primero pongas en orden otras cosas para, cuando tengas la casa, entonces no tengas que dedicar tu vida a tratar de justificar tus fracasos, esos resultados externos que obtuviste por no hacer las cosas en el orden divino de Dios para tu vida.  

Esta gente podía decir: Siembro mucho y recibo poco, pero bueno, tengo casa.  No era que Dios no quería que tuvieran casas; al revés, Dios quería que ellos vivieran en una buena casa, y que tuvieran una vida en orden.  El problema era que ellos no se habían dado cuenta que, si no ponían la casa de Dios en orden primero, sus casas propias y sus vidas serían un caos, sin importar cuántas casas tuvieran o cuan lujosas fueran.  

Pero este capítulo no solo está hablando de una casa física, sino más bien de poner las prioridades en el lugar correcto, para que todo lo que se haga traiga los resultados que debería traer; o ¿no crees que sea frustrante sembrar y no cosechar?  Es frustrante vestirte y que el vestido no te caliente.  

Pregúntate, hoy: ¿Dónde tengo que poner orden en mi vida?  ¿Cuáles son los detalles que provocan que tenga resultados contrarios a los que deseo?  La cosa más pequeña puede hacer que tu vida se salga de orden.  Cuando logras identificar aquello que ha desorganizado tu vida, cuando logras poner tu vida en orden y buscar a Dios como él quiere que le busques –no como tú quieras buscarlo – entonces, tu vida cambia. 

¿Cuál fue una de las cosas que Jesús dijo que tenían que ser primero en tu vida?  En Mateo 6:32-33, Jesús viene culminando una serie de mensajes que estaba predicándole a sus discípulos y a la multitud, y termina con unas palabras que son muy conocidas: Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.  Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Jesús dice: Las cosas no son malas; los gentiles buscan todas estas cosas, pero ustedes tienen que entender que el Padre sabe de qué tienes necesidad; y, si el Padre sabe de lo que tienes necesidad, tu tarea debería ser primeramente, buscar el reino de Dios y su justicia, y todas las cosas que los gentiles buscan, a ti te serán añadidas.  

Un ejemplo en el que podemos aplicar este principio, es el siguiente: En ningún hogar un niño debe ser cargado con la presión de saber en qué problemas financieros están sus padres.  Los niños deben estar allí para estudiar y prepararse; a esos niños hay que decirles: No te preocupes de lo demás, no te preocupes del resto; nosotros nos vamos a encargar de lo que tú necesitas para que te enfoques en lo que es primero para ti.  Tal vez tú no tuviste esa libertad de poder enfocarte únicamente en tus estudios; tal vez tuviste que trabajar, estudiar; tal vez tuviste que luchar.  Hubiese sido más fácil si hubieses tenido la oportunidad de dedicarte única y exclusivamente a tus estudios, sin preocuparte porque lo demás estuviese cubierto.  Esa es la dinámica que Dios quiere para ti, ahora. 

No se trata de dejar de buscar las cosas, se trata de buscar las cosas en la manera en que Dios quiere que obtengamos las cosas, para que las cosas sean añadidas.  Él dice: Yo quiero que tú entiendas que, si me buscas a mí primero, lo demás está cubierto, aun lo que todos buscan, te lo voy a añadir. 

Mensaje transmitido por Televisión y Radio el Martes, 20 de Septiembre de 2016

Código del Programa: PP-01B